Hay gente que tiene aficiones verdaderamente curiosas. Una de ellas, como otra cualquiera claro, es agarrar un objeto dado, dirigirse al desierto con una cámara capaz de grabar a diez millones de fotogramas por segundo y hacer volar por los aires con C4 dicho objeto. En esta ocasión el objeto elegido es la Xbox 360. El resultado es ciertamente espectacular. Hay que ver la cantidad de cosas que nos perdemos por tener unos ojos óptimos para la vida en el planeta. Gracias a estos adelantos tecnológicos podemos acceder a estas bellas instantáneas. Explosiones en forma de equis. Lo que hay que ver.