Hay videojuegos cuyas peripecias, dimes y diretes perduran en nuestra conciencia durante un buen tiempo, más cuando acabamos de dejarlo y nos ponemos con alguno de los quehaceres de la vida cotidiana. Tras una buena sentada jugando a título de carreras de coches podemos llegar a sentir un cierto malestar en el cuello o en la espalda dado que nuestro subconsciente sabe que en una carrera el cuello de un conductor de Fórmula 1 sufre lo suyo. Es algo de tipo psicosomático, simplemente un cierto tipo de estrés. O un juego de acción, terror, etc. terminamos dándonos cuenta de que estamos en tensión y nos duelen las piernas.
Y qué me dicen de los sueños. Soñar por ejemplo que participas en una pelea a puñetazo limpio, despertarte con las manos doloridas porque estabas tirando puñetazos a la pared. Un poquito de todo esto, aunque bastante exagerado, aparece en el siguiente anuncio comercial televisivo de Xbox One.