¡VÁMONOS AL MOMA!
En los siguientes años a la caída del muro de Berlín, las afueras de ambos lados, curiosamente el centro de la ciudad hoy en día (Mitte) fue territorio comanche. De la noche a la mañana cientos de edificios se quedaron vacios en mitad de una ciudad nueva, de un país nuevo. La distancia de seguridad de alambradas, bloques vacíos y puestos de vigilancia había quedado en un vacío, tanto legal como físico; y ya sabemos lo que la naturaleza, también humana, odia ese vacío.
Pronto la zona empezó a llenarse de okupas que no eran okupas (Primero la guerra, la post-guerra y la reconstrucción, y después el régimen comunista y su mauer habían dejado bloques enteros sin agua ni luz pero «prácticamente» intactos y sin propietario legal localizable. A los okupas le siguieron los artistas, estudiantes, tribus urbanas, turistas de la vida y demás fauna de toda Alemania, Europa y el mundo. Juntos crearon una zona inesperadamente salvaje y creativa en la que las fiestas salvajes con hoguera interior para calentarse cohabitaban con los atelier de futuros grandes apellidos. Berlín era una fiesta, o mejor dicho su nuevo centro, y estaba sediento por cerrar demasiadas heridas y liberarse de demasiadas ataduras.
En semejante anarquía un joven Biesenbach fundó el Kunts-Werke (1991) en un carcomido conjunto de edificios que había sido almacén de pescado, fábrica de tornillos y hasta fábrica de mantequilla, para intentar recoger y enseñar al resto de la ciudad y del mundo algo de toda esa potencia creativa de vanguardia que estaba aconteciendo en la capital alemana. La iniciativa funcionó. Funcionó tan bien que al señor Biesenbach se le ofreció en el 96 la dirección del MOMA, el Museo de Arte Moderno en Nueva York.
El corazón del eternamente joven, y humilde (que lo es en extrema medida), Biensenbach no se dividió, al contrario ¡Se multiplicó! y a partir de ese momento iba a establecer un puente entre su hijo predilecto y su nueva familia que le abría las puertas del mundo. Los jets privados desde New York con celebridades para acudir a las inauguraciones de su «experimento» en pleno Berlín terminaban en fiestas en las que se cerraba la barraca a primeras horas de la madrugada y los cotilleos sobre esas vernissages eran la comidilla de mucha gente a ambos lados del Atlantico. Arte sí, pero jolgorio a punta pala también.
Los tiempos han cambiado mucho, demasiado, aunque Biesenbach sigue llevando con buen tino los diversos departamentos de un MOMA que en muchos aspectos él resucitó y que logra que hasta en Gamesajare hagamos eco de su devenir ¡Siempre A TOPE!
La labor de un museo es la de estudiar, conservar y difundir. Quizá la noción de museo como sala llena de lienzos, el museo «almacén» de «toda la vida» puede ser correcta como prejuicio e incluso como realidad en determinadas colecciones. En arte moderno y de vanguardia, no me pongan esas caritas por favor, es una fórmula que no funciona.
-¿Por qué Mr.Giallo? ¿Por qué? ¡Háblanos de las fiestas locas y déjate de moderneces!
-Otro día, ajares. Además cuento lo que me han contado. Sigamos.
Les decía que su continente ha quedado obsoleto por su contenido y su variedad de formatos y propuestas. El MOMA sabe de ello y su departamento de Arquitectura y Diseño ya riza el rizo. Con decirles que recogió para sus fondos la arroba, sí @ , se imaginarán el nivel de vanguardia que tratamos, punta de lanza pero más común a todos nosotros de lo que podemos creer. Esto lo digo para que se atemperen y no digan cosas como «¡Esta @ la hace hasta mi hijo de 6 años, ¡Qué #&$E#!»
Este mismo departamento, como no podía ser de otra forma, sigue esas cosas conocidas como videojuegos muy de cerca: Su impacto en el diseño moderno (o recreación de él), sus propuestas narrativas más heterodoxas, su devenir como formato audiovisual multimedia (esto es pisando a la vez tantas fronteras y arrabales) y un sinfín de razones que van de lo más banal (El heroe videojueguil como icono moderno) a la más rebuscado (Pulsa X para continuar)
En esos avatares la buena gente de este museo ha anunciado los primeros 14 títulos que adquirirán breve, de una lista total de 40 posibles, para deleite de niños y mayores interesados por el diseño y el arte. ¿Es Ubisoft mecenas de artistas? ¡Los cojones! NO ¿Son los videojuegos arte? Otro día hablamos de eso, pero de momento digamos NO ¿Qué pintan esta estupenda lista de primeras adquisiciones en los fondos del MOMA? Así sí. Miren:
-Pac-Man (1980)
-Tetris (1984)
-Another World (1991)
-Myst (1993)
-SimCity 2000 (1994)
-vib-ribbon (1999)
-The Sims (2000)
-Katamari Damacy (2004)
-EVE Online (2003)
-Dwarf Fortress (2006)
-Portal (2007)
-flOw (2006)
-Passage (2008)
-Canabalt (2009)
Pintan mucho, estén o no de acuerdo con algunos títulos, como es mi caso. Como ellos mismos han explicado (fuente al final) la lista, tanto la completa como esta primera, sigue una serie de puntos de interés, hoja de ruta, en la que MOMA quiere centrarse: Por ejemplo el cambio de comportamiento, se entiende dentro de la dimensión del juego, y los estímulos que aportan en referencia a éstos. Por su importancia de valor estético en diseño y elaboración gráfica. Por el uso del espacio, acotación en un mundo alternativo que tiende al infinito y alteración de las leyes del mundo real. El uso (pre)definido del tiempo, tanto de la experiencia personal como del tiempo recomendable o necesario para desvelar los entresijos de un título en concreto.
En la lista completa hay títulos como Pong (1972), Space Invaders (1978), Super Mario Bros (1985), Grim Fandango (1998) o Minecraft (2011). Apuntemos que lo que hoy tanto imberbe gafapasta considera retro, entra por la puerta grande en EL museo de arte moderno por excelencia. Bofetón a dos bandas y colleja de propina. No puede ser que llamen retro a todo lo que venía antes del nacimiento de su ombliguito.
A modo de deberes ajares les pediría que se informen de qué día es gratuita, o reducida, la entrada a su museo más cercano (si es posible de su elección) y lo visiten como LOCOS. Porque ¿Saben qué? En este mundo no hay compartimentos estancos, todo toca todo y encima, por si fuera pequeño motivo, los videojuegos que tanto les gustan (o se han equivocado de página) es hoy por hoy el medio más abierto a referencias y reinvenciones.