TEX MURPHY: TESLA EFFECT
El señor mayor salió de su cama y semejante hazaña ya supuso un triunfo. Se duchó sin apretar en aquellas partes del cuerpo en las que ya hacía demasiado tiempo que arrastraba un dolor asumido como normal. El albornoz hizo su trabajo secando el cuerpo y escondiendo innecesarias miseras ante el delatador espejo. Por fin vestido y perfumado se sentó delante del ordenador. Lo encendió. Un trailer de GTA V. Madre mía. Hasta dónde hemos llegado. Cerró los ojos. El Pong. El tetris. El Hobbit. El Lost Vikings. Los abrió. Montañas. Ciudades. Playas. Coches. Atracadores. Aviones. Submarinistas. Qué barbaridad. Qué bien todo. Qué bonito. Hasta dónde hemos llegado, insistió.
No estaba ni siquiera al día. Al parecer el trailer era del día anterior. Le costaba mantenerse a la última. Un momento. Aún había otro trailer más. Era de lo nuevo de Tex Murphy. Su viejo corazón se aceleró. Lo vio. No le hizo falta cerrar los ojos. Era lo mismo. Más bonito. Con alta definición. Pero lo mismo. Y eso le emocionó mucho porque era justo lo que esperaba.
TESLA EFFECT, se iba a llamar el juego y él, amante de la leyenda que rodea a Tesla, conocedor a fondo de la teoría electromagnética y de los diversos e importantísimos avances que éste entregó a la humanidad, especialmente apasionado de la leyenda de la «Torre de Wardenclyffe» (aquel maravilloso invento con el que según Tesla era posible el transporte de energía eléctrica de una lado al otro del mundo sin usar cables y que llevó a Tesla a la absoluta quiebra económica) y en última instancia enamorado de las aventuras del detective más torpe y encantador del mundo, se tuvo que llevar un dedo hasta el lacrimal para evitar que una gota salada delatara su emoción.
Quizá prácticamente a nadie más le importara en todo el mundo. Quizá los videojuegos alguna vez podrían haber llegado a ser de manera generalizada lo que los juegos de «Tex Murphy» fueron; divertidos, desafiantes, repletos de puzzles bien planteados, emocionantes, con buenos guiones, carismáticos… y quizá el tiempo para juegos así ya había pasado y ningún «yutuber» jamás grabaría sus andanzas en un juego como «Tex Murphy» pero ya quedaba muy poco para la visita de un viejo amigo al que hace años deseaba ver y lo demás; la next gen, los grafikazorls, el eterno pasillo, el abuso de las mismas mecánicas y la sempiterna vista de un arma en pantalla le daban absolutamente igual.