SAM RAIMI DIRIGIRÁ LA PELÍCULA DE WOW
LOS ANGELES–(BUSINESS WIRE)–Blizzard Entertainment, Inc. and Legendary Pictures announced today that Sam Raimi has signed on to direct the eagerly-anticipated major motion picture based on Blizzard Entertainment®’s award-winning Warcraft® universe. Raimi has, in the course of his career, clearly demonstrated a genius for developing and adapting existing fictional universes for mainstream audiences while staying true to the spirit of the original content.
Raimi directed the Spider-Man trilogy, which has broken box-office records around the world and garnered five Academy Award® nominations. Known for his imaginative filmmaking style, richly drawn characters and offbeat humor, Raimi wrote and directed the cult classic, The Evil Dead and produced 30 Days Of Night. He most recently wrote and directed the supernatural thriller, Drag Me To Hell.
Así es amigos, el director que destrozó por completo la saga de Spiderman, haciendo que Peter Parker en lugar de un científico friki inteligente pero retraído, pareciera un pagafantas; el «onvre» que tuvo los cojones de poner en el papel de la buenorra de Mary Jane al truño ese que se parece a Yola Berrocal, el onvre que consideró que el simbionte en vez de pudrirte el alma, lo que hacía era convertirte en Toni Manero; esta vez está preparado para destruir el mundo de «World of Warcraft»; lo cual a mi me la pela bastante porque me la pela WOW y me la pela Sam Raimi, pero en el fondo lo que yo quería era contarles una historia sobre Yola, a la que vi actuar en una discoteca haciendo un excelente playback alcanzando cotas de verguenzísima ajenísima y propia, sólo alcanzables por esta «envra». Cuando teminó dijo que le firmaría un disco y se haría una foto con el primero que le tirara una prenda íntima al escenario.
Tres décimas de segundo después, un calcetín propiedad de un servidor, impactaba con asombrosa precisión en el cráneo de Yola, que cumpliendo con su palabra, se hizo una foto conmigo y un colega y nos regaló su disco firmado. Acto seguido, y gracias a los efluvios del alcohol; mi amigo y yo, con lágrimas en los ojos de la emoción, le cantamos (con performance incluída) nuestro otrora famoso tema «Yola, Yola, Yola, pa’ti es toa mi cola» lo que nos ocasionó un problema con sus guardaespaldas e hizo que termináramos con nuestros huesos en el suelo de la entrada de la discoteca.
De aquella noche guardo el bonito recuerdo de su CD con foto firmada; (OBRA MAESTRA), una patada en las costillas de un señor con auricular vestido de negro; y el amargo sabor de aquél cuyo arte no termina de ser comprendido por un artista al que admira.
Mi vida es extraña, lo sé.