PUNK, POSTPUNK Y PATILLAS.

Se que todavía queda gente que compra música en formatos físico, esto es, que compra Cd´s, o vinilos (las k7 ya no se encuentran ni en las gasolineras). No os avergoncéis, yo también lo hago, y una de las razones es por el libreto que acompaña al disco. Cierto es que algunos son más escuetos que las instrucciones de un juego de Spectrum, pero en general están plagados de detalles sumamente interesantes: desde la lista de agradecimientos (en los que siempre puedes encontrar dedicatorias a otros grupos y a Jesucristo), pasando por la autoría de las canciones (generalmente la instrumental o la más moña la ha compuesto el bajista) y llegando a los créditos para los artistas de los que se ha tomado prestado unos samplers. Particularmente larga es está ultima lista en discos de hip-hop o en discos de grupos de nu-metal que incorporen a un DJ como integrante de la banda.

En fin, a esto de tomar trabajos ajenos (pagando claro) se le puede llamar homenaje. Se le llama punk cuando lo haces sin pagar.

A mi esto del punk siempre me ha parecido la escusa perfecta para elevar a los altares de la modernidad a los más caraduras del pueblo. Bajo la premisa del “hazlo tú mismo”, se han legitimado autenticas barbaridades estéticas y musicales que, sin tanto esnobismo por en medio, hubieran merecido el típico baño en alquitrán y plumas del Far West, deportación al Valle de la Muerte incluida.

Porque una cosa es la economía de medios y la consiguiente obligación de trabajar con lo puesto y la otra el dar crédito a todo lo que se hace uno mismo, porque vamos, entonces mas punk que mi suegra que se dedica al patchwork no hay nadie.

Aquellos tiempos en los que un adolescente podía programar un juego en dos semanas en su casa no eran punks, eran lo que había y punto. Que ahora alguien quiera hacer lo mismo y se llame postpunk es una ridiculez suprema, porque esos tiempos ya pasaron y ahora es imposible hacer lo mismo (a menos que programes exactamente un juego igual a los de hace 20 años).

Los clones descarados de Diablo son legitimados como en su día lo fueron los de Pacman o Arkanoid porque al fin y al cabo tampoco eran malos juegos, pero resultaba evidente que la idea era la misma. Entonces: ¿Por qué Limbo of the Lost está siendo machacado? Pues entiendo que porque ha tomado no ideas, sino diseños y lo ha hecho sin pagar, pues mira eso es punk.

En el fondo el principal problema es que han cobrado por el trabajo, y eso es lo que les deslegitima a ojos de los cabezas pensantes. Bueno, y también porque no han permitido que los del club Zed les distribuyeran el juego. Al fin y al cabo, los juegos para móvil son copias descaradas de antiguos éxitos: el rompebolas es el Pang, a Sonic le han sustituido el erizo por un diablillo, pero aquí nadie paga derechos aunque se forran gracias a la gente que se los descarga.

«Limbo of the Lost» juega en la misma categoría que los diseñadores que comercializan ropa con el trabajo de otros, pero poniendo un trazo rojo donde antes no había nada, o que esos músicos que están en lo mas alto de las listas de ventas fusilando melodías ajenas, pero cambiándolas un pelín para no tener que pagar. «Limbo of the Lost» es la obra maestra del porlapatilla, no comprendo por qué en España no se cantan alabanzas a un juego que recoge lo mejor de nuestra idiosincrasia. En el fondo es una cuestión de dinero, se entiende que no hayan pagado a nadie para que diga lo mismo que estoy diciendo yo en estas líneas. No importa la calidad del trabajo si sabes vender el producto. En eso consiste el punk, en conocer como funcionan los mecanismos del mercado y aprovecharse de los tontosdelapolla que huelen un frasco de mierda y te dicen que captan matices de melocotón para no quedar como auténticos imbéciles delante de compañeros de profesión.

«Limbo of the Lost» es lo mas punk que se ha hecho últimamente. Es una mierda de juego sí, pero es lo que todos hemos soñado hacer: coger lo mejor de cada casa y meterlo en una coctelera para parir algo tan infame, pero tan personal, que se dejen a un lado las consideraciones sobre su calidad y sólo se hable de la obra en si misma.

10 Ajares ahora y siempre.