PRÓXIMOS LANZAMIENTOS: TURULATO´S REVENGE
Turulato´s Revenge es uno de esos videojuegos que no se olvidan fácilmente. Nadie se tomó en serio el anuncio de la granja avícola Pitas, pitas, pitas S.L cuando anunció la creación de un departamento de programación a cargo «del hijo pequeño, el más torpe, que había estudiau infosmática en la capital», y posteriormente cuando revelaron que estaban trabajando en su primer proyecto: «un simulador polluno rebolucionario de toma pan y moja»; ahora que acaba de salir a la venta Turulato´s revenge solamente podemos decir que con esas declaraciones pecaron de humildad y que el estudio Pitas, Pitas SL acaba de entrar en la historia de los videojuegos por la puerta grande.
Turulato´s, no solamente es uno de los juegos más arrebatadores, una auténtica obra maestra, una obra de arte, un regalo de los dioses, un «must have» para niños y grandes, no: Turulato es sencillamente el juego más grande que ha parido madre hasta el momento y punto.
Los gráficos de penúltima generación son foto realistas y biodegradables, la mecánica de juego está a medio camino entre un juego de rol, una aventura gráfica, un simulador de divinidad, una ficha de Excel sobre producción de huevos, un juego de estrategia a tiempo real, un juego de acción en primera persona, un laboratorio de piensos compuestos, un survival horror y el clásico inmortal del «veo veo».
Los efectos de sonido, de un realismo tremendo, se han grabado en las mejores granjas avícolas de Soria y en las oficinas de Pitas,pitas SL y la banda sonora es de lujo: Compuesta enteramente por los serbios magistrales Roberi´s Moravu, a pesar de que conste solamente de un tema, el formidable «Krkenzi Kikiriki evri drej», no se hace ni pesada ni repetitiva en ningún momento.
Esta obra maestra tan heterodoxa consta de tres partes bien diferenciadas. De no ser la gente honesta y sencilla que es, los dueños de Pitas, pitas, pitas S.L lo habrían dividido en capítulos y los irían sacando a la venta según sus caprichos para gozo de la chavalería. Gracias a su honradez podemos disfrutar de un juego completo, y redondo, sin las molestias de tener que esperar años, por poner un ejemplo por su tercera parte, debido a las modas, los modos y los estudios de mercado.
Las primeras 125 horas de juego, unas 240 si decidimos jugar a las misiones secundarias con nombres tan interesantes y sugerentes como «cómete ese gusano que son proteínas«, «más puta que las gallinas«, «cruza la carretera, pollopera» o «pica moreno, pica del grano sin miedo«, pasan volando y se hacen incluso demasiado cortas. En esta primera parte controlaremos a Turulato y disfrutaremos de uno de los simuladores de pollos de corral más completo y documentado.
Como complemento, por si fuera poco, tendremos acceso constante a una completísima enciclopedia donde podremos informarnos exhaustivamente sobre la cría de gallináceas y su historia evolutiva, la Batalla de los Arapiles y el Concilio de Trento. Un editor de Turulato en el que podremos personalizar pluma a pluma su apariencia, el color de su cresta o la tonalidad y volumen de sus cacareos y, aún hay más, otro potente menú en el que podremos controlar la cantidad de grano, limpieza del gallinero y hasta la humedad del aire para que Turulato crezca sano y fuerte.
Turulato explorará la explotación avícola, comerá, cagará y crecerá sano y fuerte en un ambiente de semi-libertad. Una vez bien robusto tendremos acceso a la opción de «noviazgo» donde a través de mini-juegos entretenidísimos y arrebatadores, regalos variados (lombrices, escarabajos, lagartijas…) y todo tipo de atenciones y zalamerías, podremos seducir a la gallina que más atractiva nos resulte, aunque personalmente pienso que todas parecen la misma; siempre estando atentos a la hora de defender nuestro amor de otros gallos, e incluso de algunos aldeanos zoófilos que asaltan nuestro corral con una regularidad pasmosa.
Pasaremos horas y horas de gozo viendo como nuestra preciosa gallina pone huevos, los incuba con amor, pero sobre todo con calor, y tras cientos de mini-juegos más contemplaremos el misterio de la vida digital en toda su belleza cuando los huevos eclosionan y tendremos una bonita y enternecedora descendencia a la que podremos poner el nombre que deseemos, en mi caso: Lupita, gualberto, Jonathan, Silvio, Laurita y Alitas.
Después de más horas y horas de gozo alimentando a los pequeñuelos y protegiéndoles de raposas, más aldeanos zoófilos y accidentes doméstico-rurales mortales, creeremos, con cierta pena y angustia, que el juego está llegando a su fin, por suerte y por desgracia, resulta que es todo lo contrario porque aquí empieza la segunda parte.
Turulato se despierta una mañana, cacarea como tiene costumbre, se come dos escarabajos y de repente repara que toda su familia ha desaparecido del corral. ¡El drama, la tragedia!
Lo que al principio creemos que es un error de programación pronto se convierte en la conmovedora y angustiosa historia de un padre en busca de su familia desaparecida por caminos, arrabales y gallineros ajenos.
Esta segunda parte, a medio camino entre una aventura gráfica y la guía Campsa de carreteras, consta de un mapeado de unos 500Km2 de pantanos, desiertos, junglas y otras granjas que recorreremos a paso de gallo, sin prisa pero sin pausa.
Iremos buscando pequeñas pistas (excrementos, huellas de neumáticos, colillas, condones usados…) y cada cincuenta metros deberemos detenernos y pulsar la tecla «K» para llamar a nuestros polluelos, sino nuestro «Medidor de esperanza» irá bajando y si se agota Turulato se morirá de pena. Lo que al principio parece una mecánica molesta y engorrosa, pronto se revela como un truco narrativo que mantiene el tempo narrativo y la intensidad arrebatadora del pathos polluno.
Después de más de 200 horas de exploración interesantísima, apabullante gráficamente, y de una intensidad y densidad sentimental formidable, casi al azar, porque las pistas más que ayudar tienen la función de despistar, conoceremos el fin que ha tenido nuestra familia plumífera:
¡Una maldita barbacoa!
Encontraremos, aunque su localización cambie de partida a partida, una terrorífica barbacoa improvisada sobre un carrito de la compra, una ernome pila de huesos rebañados y chupeteados y los cadáveres de tres de sus hijos: Gualberto que se les había quemado demasiado, Laurita que se les había quedado medio cruda y Jonathan al que habían sometido a todo tipo de torturas y juegos, posiblemente sexuales, con una polea que aún tiene incrustada en su profanado cadáver.
En una de las escenas más conmovedoras, desde la muerte de Chanquete por Sida, podremos disfrutar de un video de cinco horas de duración, con banda sonora original de los maestros Roberi´s Moravu, que además no se puede saltar, en el que veremos una selección a través de capturas de pantalla de nuestra propia partida, los momentos más felices en la vida de turulato, la frenética búsqueda de sus pequeños y el descenso a los abismos negros de la locura y la venganza en los que se sume.
Este video es de tal intensidad dramática, y de tal valor cinematográfico y musical, que se proyectará en las salas comerciales en 3-D a partir del próximo mes, además de estar nominado a varios cientos de Goyas y Oscars, que de pollos, gallinas y huevos saben lo suyo. Con esta breve escena cinemática, el corazón encogido y las lágrimas corriéndonos por la altura de los tobillos del disgusto, pasamos a la tercera parte del videojuego:
Turulato clama venganza en esta parte más orientada a la acción y el sigilo, en la que se embarca como un renegado en una sangrienta guerra contra la raza humana y los asesinos de su familia.
En este campo de batalla, con 70000km2 de ciudades, selvas, pantanos y bosques, asaltaremos a excursionitas domingueros, granjeros despistados, autobuses escolares y del Imserso, provocaremos devastadores incendios en gasolineras y en KFC y sembraremos el caso y el terror como solamente un gallo despechado que clama venganza sabe hacer.
Pronto Turulato se verá envuelto en una despiadada y salvaje guerra de guerrillas, no sólo contra toda la raza humana sino que también contra pelotones, especialmente entrenados, de sexadores de pollos que ha movilizado el Ministerio de Defensa para intentar abatirle.
Esta parte del juego, tan polémica por su ultra-violencia y su contenido explícito, nos sorprenderá por su intensidad argumental, su profundidad táctica y sobre todo por enseñarños lo que puede hacer un gallo con su pico y sus espolones. Turulato es una máquina de matar: Suelto en uno de las zonas de camping logramos matar a 45 turistas alemanes y suizos, hombres, mujeres y niños, antes de que uno de ellos se diera cuenta de la matanza y diera la voz de alarma.
En otro momento nos encontramos una excursión de ciclistas que estaban haciendo una pausa en el camino en la ladera de una montaña. Usando también el sigilo, Turulato les rompió los frenos a picotazos y cuando se dieron cuenta de que algo no funcionaba era demasiado tarde: Se despeñaron por una sima. Por supuesto bajamos a rematarles por aquello de los puntos extras y los logros desbloqueados.
Después de 320 horas, 4730 fresadores de pollos ajusticiados, cinco poblados en llamas, 800 turistas masacrados, 82 granjas arrasadas, 79 Boy-scouts degollados, 4620 civiles destripados, 250 ciclistas despeñados y 53 zoófilos castrados, caimos abatidos en una emboscada que habilmente nos habían preparado junto a un puñadito de alpiste. ¡Era una trampa, canallas, malditos asesinos!
Como el juego no permite salvar la partida para potenciar «el realismo de la simulación y la inmersión avícola«, tendremos que empezar de nuevo, cosa que personalmente estoy deseando porque Turulato´s revenge es uno de esos juegos que uno empezaría una y otra vez.
Las revistas especializadas dicen, dicen mucho como siempre, que esta parte dura unas cuatro semanas y que no sólo es la más interesante de todo el juego por cómo evoluciona la historia con giros narrativos sorprendentes, alienígenas contactando con Turulato, fugas, capturas y más fugas, viajes en el tiempo, apuestas en peleas de gallos y masacre de domingueros con bocadillos de pechugas de pollo, sino que las acciones que aquí realicemos tendrán un peso definitivo en el final de la historia.
Al parecer en uno de los finales, Turulato, después de un terrible combate, perdonará la vida a los culpables de la barbacoa (que resultan ser una humilde familia de Badajoz); en otro, una vez ejecutada su sangrienta venganza, contactará con PETA y creará un ejército de pollos mutantes y humanos agilipollados con los que desencadenará la Primera Guerra Mundial Avícola (¿segunda parte a la vista?). En otro final se descubrirá que todo a sido la pesadilla de un niño de ocho años sufrida por una indigestión de tortilla en mal estado… ¡así hasta 250 finales diferentes dependiendo de nuestras acciones!
Como ven estamos ante la «ovra» maestra, la cumbre, lo más en la historia de los videojuegos. No pueden permitirse dejar pasar esta maravilla. cómpren, no ya una copia, ¡compren tres! Estamos ante una verdadera revolución en la forma de entender los videojuegos y a las aves de corral.
P.S:
Turulato´s Revenge tiene uno de los sistemas anti-copia más modernos y revolucionarios: Un potentísimo software de reconocimiento de voz que viene junto con un pollo joven vivo. A través de un micrófono normal y conexión a internet, la distribuidora podrá comprobar que nuestro juego es original, el pollo es de los suyos y entonces podremos jugar tan contentos. Si el pollo se les muere o su abuelo lo mata y lo cocina un domingo, mala suerte: la garantía no cubre esos casos. Yo al mio lo llamo Turulato, como el del juego y lo apellido Birdemic, no deja de cagarse en el teclado pero es muy simpático y ya le he cogido mucho cariño.