NO SOY IRIDISCENTE: PRESENTACIÓN DE RISEN 2
Hace unas semanas recibí un paquete con un lazo rosa y una nota que leía: “Ponte esto para mí. Llámame. Mister Pink”. Lo abrí con emoción contenida, carmín en un ojo (ese) y colorete en los pómulos. Era una corbata de hermoso color lima. Le llamé. “Ve a ver el Risen 2 a Koch Media, qué te creías”, me dijo. Y eso hice, sin quitarme el maquillaje. ¿Cómo iba a negarme?
Igual de tarde que se publica este artículo, así llegué yo a Koch. Algún ejecutivo decidió que era muy buena idea trasladar la empresa al culo del mundo, a La Florida. Se ve que vive por allí, a un paso del Palacio de La Zarzuela, pero dicen las malas lenguas que lo que quiere es encontrarse con alguna infanta en edad de merecer a ver si cambia el negocio de los videojuegos por el de amiguito del alma. El caso es que yo llegué tarde porque fui en el autobús. Que llega hasta allí, porque a las urbanizaciones de lujo también van niñeras pobres, asistentas pobres, jardineros pobres y otra servidumbre pobre. En Koch te ponen taxi si lo pides, pero ya me como sus canapés del Viena Capellanes y tampoco es plan de abusar.
La presentación que cogí empezada tenía bastante buen aspecto. El juego lucía bien, pero un tanto vetusto. Cuando el responsable de la presentación hace mucho hincapié en lo orgullosos que están del ciclo día/noche que es capaz de representar el motor gráfico (cuando lo que importa es que dependiendo de la hora suceden cosas distintas, hay enemigos distintos y misiones distintas), uno ya piensa que algo huele a cuerno quemado. Y aún así, la versión que vi no era fea, tenía unos efectos climáticos pintones (que también afectan a la jugabilidad), todo era muy colorido, había mucho tiempo real por todas partes. Era la de PC. La que probé era la de Xbox. El horror, la desgracia, la muerte de todo lo bello. Esa versión demuestra que Piranha Bytes igual necesita meterse un poco a tirar tabiques. Si lo pueden hacer unos polacos primerizos (aunque ellos vendieran muchas copias), unos tipos que llevan siendo conocidos más de diez años seguro que algo pueden. Tampoco hace falta el Unreal Engine 4, yo me conformo con las texturas de Skyrim, pero esto daba esa impresión de ajado, de atrezado, que dan los juegos baratos, y además las animaciones (y los modelos de los personajes) son de hace diez años, de lo más tróspidas.
En fin, la versión también demostró otra vez que a mí me dan un pad y me convierto en una viejita demenciada de las que confunden el teléfono con el mando a distancia de la televisión. BrunoLouviers lo sabe bien, porque en el último Gamefest probé The Darkness 2 con él y me tuvo que dar indicaciones. Con mucha paciencia. Y aquí también hubieron de dármelas: el jugador tiene muchas opciones en Risen 2. Tiene las habituales. Tiene vudú, y pude ver dos formas: el cetro, con el que se puede hacer que los enemigos se ataquen entre sí, y el muñeco, con el que se puede tomar control de cualquier personaje no jugador y suplantarlo. Tiene un loro que distrae a los enemigos y un mono con el que se puede explorar el área. Y más. Si uno sabe qué botones tiene el mando, son útiles. A mí me sirvieron para morir de muchas maneras.
Los tipos de Piranha Bytes siempre han escrito mejor que los de Bethesda, ese claro referente que usa la gente que no entiende nada (“Se parece a Skyrim”. Sí, hombre, sí). En Risen 2 hay señoritas putas que pretenden ser finas damiselas y tipos a los que rescatas de monstruos a petición de un amigo y te sueltan “pues mucho no me querría mi amigo si me dejó aquí abandonado”. Que parece una tontería, pero hay ahí un cierto desarrollo que uno echa en falta cuando las putas sólo son putas y los tipos rescatados sólo tienen mujeres nada agradecidas. Las misiones parece (parece, porque no es que viera muchas) que tienen un cierto sentido, que no consisten únicamente en hacer de correveidile. Aparte de las menores y las principales, se dividen en tres facciones (Piratas, Inquisidores y Nativos), y al avanzar en cada rama llega un momento en que se cierran las demás. Esto último es lo que dicen, no lo que vi. Lo que sí vi es que han sustituido a las ratas gigantes por macacos rabiosos, que es un detalle.
Al irme me regalaron una figura de plástico que representaba a una especie de topo pirata. Una cosa verdaderamente fea y con mucho olor a petróleo. Se lo regalé a mi sobrino y ahora duerme con ella. Si se intoxica es que debí venderla por eBay.
Tiene el poder de espantar a los malos espíritus. También a los buenos. A los sobrinos no.