NO HACE UN MILLÓN DE AÑOS

Existen dos rasgos que son intrínsecos en el ser humano:

1- Olvidar el pasado
2- Repetir los mismos errores

Si a esto le añadimos que la adolescencia nunca se supera del todo lo que tenemos es terreno abonado para el egocentrismo.

Algunos de ustedes recordarán 1976, otros estábamos saltando de un testículo a otro de nuestros padres y los que más pensarán que estamos hablando de una época cercana al desembarco de Normandía.

Pero lo que son las cosas, 31 años después seguimos discutiendo acerca de los mismos temas y polemizando por exactamente las mismas cosas.

Mucho se ha dicho y escrito acerca de Manhunt2, básicamente lo mismo que en su día se dijo sobre Carmaggedon o Doom, y lo que, aparentemente, debería ser un debate insulso por repetido, resulta que aumenta su interés con la incorporación de nuevas generaciones que estaban pidiendo a gritos su propia censura para poder esgrimir el legítimo y manido tema de la libertad de expresión. Ya saben que, en mayor o menor medida, todos hemos sentido celos de esos jóvenes de Mayo del 68 y sus ostias a adoquín limpio con los CRS (Cuerpos de seguridad) franceses.

Yo tenía una opinión sobre el tema, pero exponerla en mitad de los rugidos de los demás no me parecía sensato, ya no porque me molesta mucho que en esto de la Internet todo tengan que ser noticias instantaneas, capitaneadas por la tropa del timeline y abanderadas por un sentido de la urgencia que, demasiado a menudo, genera reflexiones apresuradas y con falta de fundamento.

Yo no es que vaya a escribir un discurso propio. Sencillamente les pego y traduzco un fragmento de «The ultimate history of videogames» de Steven L. Kent. Los que quieran que lo lean, cuando vayan por las 100 primeras páginas descubrirán al menos 73 argumentos para derrotar a cualquier fanboy.

En 1976 sale a la venta Death Race, un juego consistente en atropellar esqueletos, o gremlins, o vaya usted a saber qué. Porque lo cierto es que en aquella época un montón de puntos podían ser lo que uno quisiera. Como no podía ser menos, se alzaron voces en contra del juego y lo acusaron de incitar a la violencia al volante ya que el objetivo era atropellar personas. Por mucho que desde Exidy Games se intentará argumentar que los atropellados no eran seres humanos, la polémica estaba servida.

No me negarán que esto tiene mucho qu ver con los GTA o el propio Manhunt, donde el objetivo del juego se ha simplificado hasta el absurdo de pretender hacer creer a la gente que GTA va de matar putas y Manhunt de asesinar sin mas. Aunque lo interesante, como siempre, viene de las declaraciones del ejecutivo fundador de la compañía, Pete Kauffman:

«Death Race did very well, but nobody wanted to be associated with it publicly because of the acussations from the press. it seemed like the more controversy… the more our sales increased.»

Traducción Ajare: Death Race vendió muy bien, pero a consecuencia de las acusaciones de la prensa, nadie quería ser asociado públicamente con el juego. Parecía que a medida que aumentaba la controversia…también lo hacían las ventas.

«We did a sequel, but it was really just the same game. There wasn´t anything new about it»

Traducción Ajare: Hicimos una secuela, pero en realidad era el mismo juego. No había nada nuevo en él.

Esto es todo lo que necesitan saber sobre la industria de los videojuegos y el periodismo.