ANALÍS DIS: ICO

He de reconocer que a mi Shadow of the Pegnazo me aburrió hasta límites insospechados, pero lejos de que el aburrimiento supusiera un problema mayor que el de quedarme dormido a lomos de mi caballo Agro, sería injusto no reconocer que artísticamente el juego es una delicia visual. El problema mayor es que ese juego hizo que me alejara de ICO como de la peste, pensando que Fumito Ueda, creador de la ¿saga? lo que tenía en mente era un maligno plan para matarme a base de hacerme sangrar la mandíbula de tanto bostezar. Esto, añadido al hecho de que las siglas de ICO, coinciden con las del Insitituo de Crédito Oficial, me llevó a alejarme de él como la madre de Bambi huía del fuego tras haberlo jugado apenas una hora.

Craso error.

Pero la madre de Bambi fue alcanzada por las llamas. A joderse. Con lo rica que está la carne de de ciervo bien asada.

ICO sí es la obra maestra que yo no veo en SOTC por lado alguno.

ICO es un juego que cuenta un trozo de una pequeña gran historia y te obliga a hacer volar la imaginación como pocos juegos lo hacen. ICO es una aventura en tercera persona que provoca sentimientos tan extraños en el videojuego como el afecto, la empatía, tristeza, soledad, miedo, sobrecogimiento y en muchas ocasiones angustia. ICO es la historia de dos personas sumergidas en un gran puzzle con forma de castillo del que deben escapara a toda costa. ICO es un juego que atrapa con la excelente jugabilidad de un plataformas clásico de los de toda la vida con el excelente añadido de un diseño de puzzles inteligente y un diseño artístico y una puesta en escena sensacionales. Música emotiva. Y la luz. La luz en ICO es cálida Y a veces fría. Y a veces su ausencia es opresiva.

Juegas en el papel de ICO, un niño «diferente» que es abandonado por los de su tribu como supuestamente otros niños fueron abandonados en su día en una serie de urnas funerarias situadas a su vez dentro de un enorme castillo. La suerte parece que corre de tu parte y la urna se rompe y quedas liberado con la única idea, como es lógico, de salir de allí como buenamente se pueda. En tu camino conoces a Yorda, una niña de aspecto fantasmal que te acompañará en tu camino en una asombrosa simbiosis jugable entre dos protagonistas pocas veces antes vista en un videojuego. «Lost Vikings» y «Thunderbirds» por supuesto ya sentaron hace mucho tiempo ya las bases de lo que era una experiencia cooperativa en un juego de un sólo jugador, pero la emotiva y extraña relación de necesidad existente entre los protagonistas yo al menos no la había experimentado jamás en un juego.

Al principio cada sala parece un pequeño puzle, pero a medida que las cosas se van complicado, te das cuenta de que es todo el castillo el que resulta ser un enorme e intrincado problema arquitectónico que tú y tu amiguita la pálida deberéis de resolver.

ICO comenzó siendo programado para la la primera Playstation y lucía así:

El largo tiempo de desarrollo obligó (y permitió) al equipo desarrollador, centrarese en la PS2, lo que al parecer dió alas tecnológicamente al proyecto, hecho fácilmente constatable tras ver el aún a día de hoy, espectacular resultado final que llegaría 4 años más tarde, y cuyos resultados se presentan en éste «estúpido» speedrun de 1 hora y 45 minutos de duración.

ICO es, en mi opinión, una obra maestra como pocas se han programado en la historia de los videojuegos. Y no es algo que yo diga muy a menudo de un juego. Para el que se lo esté preguntando, sí, es de esos juegos que da pena cuando te los terminas y sí, es elegantemente corto (unas 7 horas) lo suficiente como para no llegar a aburrir en ningún momento.

9 Ajares.

Pd: Por último os quería dejar con una nota que me ha pasado el mismísimo Testerman acerca del juego que nos ocupa:

El juego comienza de manera realmente prometedora. La gente mayor de tu pueblo al parecer decide que ya es hora de que eches un polvo y te dejan abandonado en un enorme putiferio. Casi nada más llegar, le echas el ojo a una putita muy mona que baila dentro de una de esas jaulas de acero lo cual hace que se te ponga la polla dura como un puto trozo de hormigón pensando que es de esas a las que le va la caña dura de verdad. Como no estás para tonterías la tiras de la jaula y empiezas a buscar un sitio en el que echar un kiki tratando por el camino de quitarle de en medio a un montón de moscones que quieren llevársela al catre. Al final, como lo únicoq ue encuentras son unos sofás de piedra en los que es imposible echar un buen clavo, decides pedirle explicaciones a la madam del putiferio y como no te convence lo que te cuenta, te la cargas a la muy puta. Cansado de todo te das el piro pero la muy guarrona te sigue hasta una playa dónde al final resulta que parece que vas a echar un clavo pero la muy perra parece que está demasiado cansada, por lo que lo que parecía que iba a acabar en polvo, acaba en paja. Y además mental. No sé, con ésta puta mierda de argumento y por dejarme con las ganas de ver como el niño de los cuernos le daba su merecido anal a la guarrilla de blanco no le daría más de 3 ajares.