CUESTION DE TIEMPO
Hace unos años (unos cuantos) yo tenía todo el tiempo del mundo para dedicarme a buscar objetos por la mansión de Jet Set Willy (¿El primer juego que puso de moda el «empaning»?) o podía pasar tardes enteras jugando al Every One’s a Wally, «Herbert Dummy Run» o al «Pijamarama» sin saber realmente a ciencia cierta qué diablos pasaba en mi pantalla. Pero yo tenía todo el tiempo del mundo y la brevedad y concisión no era un valor añadido. De hecho, cuanto más largo fuera un juego, mejor.De un tiempo a esta parte he venido hablando de lo mucho que me molestan los checkpoints y de lo aburridos que se me hacen los juegos interminablemente largos. Pero el problema no radica en los videojuegos, si no en mi calidad de vida. Me explico.