BUNBURY Y DARK SOULS: UNA CONEXIÓN MUY LOCA
Bunbury. Cuánto hay. Quizá demasiado. ¿Canalla? ¿Estrella de Rock? ¿Cansino histórico? ¿»Enfant terrible»? ¿Máquina de soltar datos sobre música? ¿Lucidor de eterno pelazo? ¿Duermemozas cantinero? ¿Rafael reciclado? Todo ello y MÁS, siempre más. Porque lleva el exceso en la sangre. Las medias tintas no son para alguien como Bunbury cuyo objetivo vital es petarlo siempre fuerte y a tope generando reacciones entre el respetable que van del asco al miedo pasando por la admiración y la indiferencia absoluta. Todo muy bien, vaya. Bunbury lleva botas de vaquero con borlas. Bunbury descubrió a Eva Amaral. Pone pose de Rrrruock y te casca un bolero. Lo que no sabíamos es que en sus sueños oníricos de absenta de garrafón, en el bar de «La estación» en Zaragoza, Bunbury había soñado con Dark Souls. Lo juro. No miento. No existe otra explicación para esto:
Siempre en la oscuridad
la voz no tiene sentido.
el silencio lo es todo.
héroe en su propio olvido.
en sus ojos apagados
hay un eterno castigo,
el héroe de leyenda
pertenece al sueño
de un destino.
Encerrado en el tiempo
ha perdido el valor
para escapar de su celda
el héroe sin ilusión.
en sus ojos apagados
hay un eterno castigo,
el héroe de leyenda
pertenece al sueño
de un destino.
En sus ojos apagados
hay un eterno castigo,
el héroe de leyenda
pertenece al sueño
de un destino.
Puto Bunbury. Puto Dark Souls. Puto Carlos Goñi.