BIOSHOCK INFINITE
Junto a Prey 2 lo que más me ha gustado del pasado E3. Aquí tienen a Ken Levine, que salvo que seáis mi madre (en cuyo caso; ¡hola mamá!) no necesita presentación, hablándonos un poco de las distintas facciones que pueblan el mundo de su nuevo juego. Se les ve a todos muy enfadados, como si vivieran en un mundo donde los políticos se las llevan crudas sin saber hacer la puta «o» con un canuto y sin dar un palo al agua mientras ellos tienen que estudiar 3 idiomas, hacer un master y sacarse dos carreras para cobrar el sueldo mínimo trabajando 50 horas semanales para poder pagar un piso de mierda en las afueras al que estarán atados de por vida.
Tiran cócteles molotov, empujan a ciudadanos escaleras abajo y disparan bazokas, lo que evidentemente es un error de base porque a estas alturas ya sabemos todos que las cosas se solucionana acampando por la vía del diálogo y sin ducharse durante mucho tiempo. #acampadabioshock
Esta distopía de utópica violencia le sirve a Levine como punto de partida para arreglar el mundo a base de ostias como panes en un mundo que flota ahí arriba entre las nuebes. Apesta a genialidad por los cuatro costados pero como están ustedes con un escepticismo bastante mierder, seguro que me dicen en los comentarios que a ustedes no les gusta nada. Qué quieren que les diga, Mr Bermellón lo estuvo viendo en persona y me ha dicho que le dejó babeando. Y Mr Bermellón no babea con cualquier cosa. Bueno, sí, pero ya me entienden.