ANW: Científicos de Iowa descubren conciencia en los juegos de Wii

Un grupo de científicos de la Universidad Pontificia de Iowa han revelado una serie de hallazgos que pueden cambiar la forma de entender los videojuegos.

Dichos científicos estaban becados para la investigación de la ondas positrónicas, siempre en un entorno chill out envidiable. Pero el curso de los acontecimientos les llevó a encontrar conciencia en el catálogo de la videoconsola Wii de Nintendo.

“La Universidad nos compró una consola para que anduviésemos entretenidos en la hora de comer” dice Arthur McPentescostes, director de la investigación “Pero las ondas positrónicas son muy inestables, independientemente de que les pongas Enya o lo último de Mike Oldfield, música capaz de dormir hasta un neutrino (Arthur se ríe con elevado soniquete porcino)”.

Según declaraciones de los investigadores, cuando tenían que ir a atender a las ondas positrónicas, y volvían a la consola, encontraban que, en muchas ocasiones, el juego se encontraba en un estado más avanzado.

Dicho acontecimiento no fue tomado en vano por los investigadores. “Al principio pensamos en Michael Perrington, uno de los becarios de la investigación, al que habíamos perdido de vista hacía unos meses. Tenía pinta de vago y delincuente, tenía que ser que él se escaqueaba del curro y se ponía a jugar cuando nadie le miraba. Pero luego descubrimos que no, que Michael se había intentando comer unos neutrinos, confundiéndolos con unos penne a la rossata, por lo que había muerto desintegrado”.

Descartada la hipótesis del becario huevón, los científicos valoraron otras lineas de trabajo. Que tuvieron que descartar porque un 68 % de ellas terminaban siempre en un Peep Show de la zona.

Pese a ello, no se rindieron. La investigación tomó por fin forma cuando acudieron a la oficina de patentes.

“Allí, entre cajas y cajas de papeles, encontramos un documento que demostraba que Nintendo patentó una idea ultranovedosa: grabar los juegos en un formato regrabable, para que quedasen registradas las partidas salvadas en el propio juego. Y es que, como los juegos ocupaban una mierda, había espacio de sobra».

Toda una idea revolucionaria que quedó descartada cuando se descubrió que los juegos intentaban borrarse cuando permanecían en las cajas. Según un informe de la propia Nintendo, los juegos PAL se convertían en discos recopilatorios de Camela, y los NTSC en Grandes Éxitos de Queen.

Según Arthur, eso ya demostraba la falta de ética de Nintendo «Esa gente ya sabía que tenían conciencia, que realizaban actos por su propia cuenta. Y aún así los sacaron al mercado, privándolos del libre derecho a vivir o morir con dignidad».

Ese descubrimiento puso en una posición nueva las investigaciones de los científicos de Iowa. “El hecho de que los juegos intentasen borrarse, para tener una vida más útil para la humanidad, sólo podía significar una cosa: tenían conciencia. Una cosa llevó a la otra, y este hallazgo consiguió que avanzásemos sobre nuestra principal investigación. Al final era cierto que los juegos se jugaban solos cuando dejabas el mando en la mesa. Pero no lo hacían por una pésima programación e interacción con el mando, como todo el mundo creía suponer: lo hacían porque querían evitarnos el sufrimiento de ser nosotros mismos los que avazásemos entre tanto polígono mal entendido y puzzle peor concebido”.

El siguiente paso en la investigación, reconocida la conciencia en los propios juegos, fue el de comunicarse con ellos. “Nos costó entender lo que decían, utilizando micrófonos unidireccionales de laboratorio. Su lenguaje era muy básico, parco en palabras, y tendían a poner 0 dónde, sin duda, iba 1. Pero al final conseguimos entender que estaban muy angustiados, y que pedían que les matásemos, porque sufrían mucho. Tratamos de hablarles nosotros, de mostrar compresión y apoyo, pero luego nos dimos cuenta de que no era posible: los ingenieros de Nintendo no les habían puesto orejas”.

Una vez publicados los resultados de la investigación, los científicos de la Universidad Pontificia de Iowa sólo tienen una cosa que decir “Estamos recogiendo fondos para reintegrar a los juegos de Nintendo a la sociendad. Pretendemos reubicarlos en otros habitats, devolverlos al bosque. Pero, claro, antes hay que concienciar al público para que deje de hacer sufrir a estos pobres seres. Ellos prefieren ser utilizados como posavasos o para cortar falda de ternera. Sólo les pido que no jueguen con ellos hasta que consigamos más medios económicos. Lo agradacerán”.

Y llega el momento de la reflexión: ¿hasta dónde tiene que llegar la crueldad humana? ¿Acaso no han sufrido estos juegos lo suficiente? Piensen en ello antes de poner Wii Sports en su próxima reunión de amigos. Será consciente de que, en ese momento, habrá alguien que sufra más, incluso, que sus propios amigos.