ANALIS DIS PORTAL 2
Plantearse a estas alturas si Portal 2 es necesario es una estupidez, fundamentalmente porque simplificando el tema hasta el absurdo, Portal 2 es una inversión financiera a priori rentable que se lleva a cabo porque su predecesor dio suficiente pasta y no está la cosa como para no apostar por valores seguros. Punto.
Abordar además la necesidad del título desde el plano de lo jugable es otra memez que se diluye nada más ser sumergida en el ácido humor que GLADOS supura por sus juntas hidráulicas de goma.
Portal 2 abunda en dos cosas; el dos como concepto y la definición del personaje dentro del universo que le rodea.
Esta segunda parte retoma la figura de la protagonista como ente vírico que ha sido «creado» para poner todo patas arriba y a la que «la ciencia» deberá detener por medio del uso del método analítico y el ensayo y error.
Que el jugador se ponga en la piel de un virus tiene su aquél ya que a fín de cuentas ambos tienen en común el estar abocados a un destino predefinido escrito en su propio código que les lleva a llevar a cabo su tarea de un modo u otro sin importar nada el devenir de los acontecimientos. Aquí no hay elección, luego no hay indivíduo.
La deshumanización del individuo es palpable desde ese comienzo en el que observamos cómo somos almacenados y tratados igual que un ganado que será usado como rata de laboratorio. No somos personas ni nada que se le parezca, ni demostramos sentimiento alguno. Incluso cuando tratamos de «escapar» de esta pesadilla, nuestro comportamiento no varía, a fin de cuentas se trata de una nueva modalidad del mismo puzzle que instintivamente estamos dispuestos a resolver.
Somos nosotros los autómatas siendo sin embargo nuestros robóticos enemigos los que demuestran todo aquello que se supone más característico del ser humano; codicia, envidia, sed de venganza, humor, ironía, amor… impagable la obsesión de GLADOS por llamarte GORDA, adjetivo que ella por supuesto nunca llega a utilizar ya que su sarcasmo está muy por encima del usado por meros, imperfectos y aburridos mortales.
A esta dualidad humanoide/robótica, le sigue un buen número de declaraciones de intenciones por parte de Valve en forma de numerología: hay dos enemigos, dos tipos de torretas, dos tipos de portales, dos tipos de cajas, la gerencia de la empresa es llevada por dos personas, la competencia se establece entre dos compañías, el juego está diferenciado claramente en dos partes, hay dos tipos «nuevos» de pintura, hay dos tipos nuevos de «pasarelas»… y así podríamos seguir todo lo que les apetezca… vamos que parece obvio que el mensaje es, «Sí, es una secuela y sí, es una segunda parte ¿Algún problema con ello? Porque por nuestra parte no.»
A fin de cuentas en Valve podrían haber tirado por la calle de en medio y habernos vendido «nuevos niveles» para lo que ya tenían sin ir mucho más allá, pero hay que reconocer que han tenido la decencia de responder a algunas de las preguntas más grandes que rodeaban al título original como son ¿Quién? ¿Cómo? y sobre todo ¿Por qué?.
No es que las respuestas sean enormemente originales, pero si que están ahí representadas de manera gráfica y audible y aunque, como pasaba con Cube 2, saber un poco más de algo que en principio no estaba ideado que supieras (lo siento, pero soy de la escuela de David Lynch y dónde esté un buen misterio que se quite una buena explicación) puede llevar a la desilusión y al desengaño, hay que agradecerle a Valve que gran parte de todo el universo siga siendo un pequeño enigma y a su vez hayan sabido «presentar» el pasado de Aperture Science con gracia y estilo. Que por la parte que les toca le agradezcan a Levine y su Bioshock lo suyo, ya es cosa de ellos.
Los Puzzles de Portal 2 son quizá más asequibles que algunos de la primera parte, aunque desde luego resultan mucho más variados y hacen que un juego que dura el doble, parezca que dura lo mismo y la gente se lance a rebuznar en Metacritic antes de pararse a pensar que el contador de horas de juego de STEAM es una puta mierda y no suele funcionar casi nunca. Esta sencillez se debe a que en más de una ocasión el “dónde” podemos poner el «portal» está más limitado, haciendo que en principio sean puzzles que cuentan con menos opciones distintas de resolución. Obviamente esto no quiere decir que para encontrar «LA» solución, no vayas a tener que rebanarte el cerebro.
Portal 2 te atrapa por las pelotas durante las 10 horas que dura y te sorprende en cada una de ellas bien con la inserción de nuevos modos de rizar el rizo en el plano jugable o por medio de nuevos giros en el plano narrativo. Por si esto fuera poco incluye un modo cooperativo a 2 personas en una campaña aparte que incluye sus propias reglas y que aparte de sumar 5 horas adicionales a la experiencia resulta divertidísima y nos pone, por fin, en la piel de un personaje con alma que tiene que colaborar con su igual para poder avanzar.
Resumiendo, Portal 2 es la segunda parte de un juego grandísimo que no sólo está a la altura del original, si no que lo supera con creces en historia, diversión y modos de juego, lo que pasa es que es una segunda parte y el factor sorpresa se ha perdido, cosa que a Valve como ya he comentado se la bufa enormemente y a mí, ni les cuento.