ANALIS-DIS: PHOENIX WRIGTH, ACE ATTORNEY
De pequeño, hablo de unos 12 años, fui victima de una injusticia. Para sacarme una pelas monté un pequeño “negocio” de lavado de coches, mientras “los mayores” se tomaban cañas en cierto bar yo me ofrecía a limpiarles el coche por fuera. No duró mucho, uno de los primeros días me disponía a lavar un coche cuando al ir a apartar los limpias me quedé con uno de ellos en la mano, asustado se lo dije al dueño quien me acusó de habérselo arrancado. Yo me defendí alegando que ya debía de estar roto previamente pues no había hecho ni por asomo la fuerza necesaria para estropearlo. Me fuí enfadado pensando que a pesar de haber perdido mi forma de ganarme un sobresueldo la cosa no pasaría de ahí, pero me equivoqué. Días después llegó la carta de un abogado en la que se me acusaba de haber roto el parabrisas, se me instaba a pagar la reparación o ir a juicio. La mera posibilidad me aterraba, había muchos testigos de los hechos, todos los del bar, mis padres no podían permitirse líos judiciales con coste económico incierto y aunque me sabía inocente acabamos pagando la reparación. La impotencia y la indefensión ante el sistema legal quedó grabada a fuego en mi mente, cuando tuve que entregar en persona creo que fueron 25.000 ptas. Ojalá hubiera tenido entonces un amigo abogado defensor de las causas perdidas, ojala hubiera estado conmigo Phoenix Wright.
Cuando me dejaron una Nintendo DS tenía claro que Phoenix Wright: Ace Attorney iba a ser uno de los primeros juegos a los que ponerle el stylus encima, y mi decisión ha sido más que acertada. No entiendo como hasta ahora (es un decir, pues la saga proviene de los tiempos de la GBA) no se habían desarrollado juegos de temática judicial cuando el mundo televisivo está plagado de ellas. Y es que los seres humanos tenemos mecanismos muy simples. Todos somos conscientes de la mortalidad y de la enfermedad, por lo que a las series de médicos les resulta fácil llegarnos a la patata. Y lo mismo sucede con el Bien y Mal, Justicia e Injusticia. Por mucho que nos hayan contado la misma película 100 veces siempre estamos dispuestos a escucharla una vez más, la del inocente falsamente acusado luchando por su absolución. Y si de paso consigue volver las tornas y que quede expuesto el verdadero culpable entonces el éxtasis es ya absoluto. Final feliz, al menos hasta el siguiente capítulo.
Y de eso trata exactamente Phoenix Wright, en él encarnaremos a un abogado novato en su cruzada por defender a sus clientes de falsas, siempre falsas, acusaciones de asesinato. Es cierto que esos cargos son algo fuertes para un principiante, pero para ayudarle contará con la ayuda de Mia Fey, su mentora, jefa y quien sabe si algo más, pues la chica está de bastante buen ver.
Mia Fey, asistir así a los juicios debería estar prohibido.
La jugabilidad tiene dos partes bien diferenciadas: investigación y juicio. Durante la investigación nos moveremos por escenarios estáticos, examinándolos en busca de pruebas, hablando con diversos personajes que frecuentemente acabaran siendo testigos, presentándoles pruebas para que suelten hasta la mínima pieza información que te pueda resultar ser útil para el proceso. El juicio en sí es mucho más lineal pues sigue un guión preestablecido durante el cual deberemos escuchar las declaraciones de los testigos para después inquirir en ciertos puntos de las mismas y así obtener mas detalles que nos ayuden a encontrar contradicciones entre sus afirmaciones y las pruebas. En ocasiones no bastará con presentar la prueba que refuta sus acusaciones, deberemos indicar que parte de una fotografía es la relevante para el caso, señalar donde se encontraba el asesino en un plano y en definitiva no sólo demostrar la inocencia de nuestro cliente sino también explicar como sucedieron los hechos y quien es el verdadero asesino.
Y os aseguro que conseguir todo ésto os llevará bastante tiempo, porque si la forma en que han sabido interpretar un proceso judicial para convertirlo en un juego es magistral, el argumento y los personajes que han creado para ello no se quedan atrás. Los protagonistas tienen muchísimo carisma y fuerza, empezando por Phoenix Wright, los ayudantes que le acompañaran a lo largo de los diferentes juicios, siguiendo por sus rivales: los fiscales y terminando por los testigos. Los sprites y animaciones representan a la perfección su carácter y estado de ánimo. Sentiréis como propios cada manotazo sobre la mesa de Phoenix Wright al descubrir una contradicción y señalar con su dedo acusador al testigo, y también su desesperación al ver sonreír a su gran rival, Miles Edgeworth, fiscal en la mayoría de los casos que defendamos, tras descubrir una brecha en nuestra defensa.
Estos dos protagonizan algunos de los mejores duelos de ingenio que he visto en un videojuego, Miles Edgeworth machacará tus razonamientos sin compasión una y otra vez, y aún así acabas por cogerle cariño.
Y es que aquí no existe lo que yo llamo “El Efecto CSI” que consiste en que si encierras a un acusado en una sala impoluta con los policías mas elegantes y amables del mundo y le dices que tienes una huella suya el otro va se derrumba y lo confiesa todo. A Angela Lansbury también le funcionaba, pero no a Phoenix. En todos los casos nuestro cliente parecerá el culpable evidente y cuando empecemos a mostrar pruebas que o bien apoyan su inocencia o bien señalan contradicciones en los testimonios, éstas serán machacadas una y otra vez por explicaciones alternativas tanto por parte de los fiscales como por parte de los testigos. El género mas cercano en el que se podría catalogar Phoenix Wright es la aventura gráfica pero nunca hasta hasta ahora había considerado a uno de sus personajes como un rival a batir. Siempre eran meros obstáculos, piezas de un puzzle a lo sumo, en cambio en Phoenix Wright llegareis a odiarlos, siempre retorciendo los hechos y encontrando explicaciones alternativas para sus mentiras. Acorralarlos contra la verdad y verlos desesperados es puro gozo.
El último de sus aciertos es convertir los casos en una novela de misterio que desentrañar, convirtiéndonos en protagonista de nuestra historia detectivesca al mas puro estilo Agatha Christie. Y aunque la explicación final de los hechos nunca es demasiado complicada llegar a ella nos costará bastante esfuerzo y mucho más llegar a demostrarla. Giros de guión, momentos en los que parecerá que tenemos la batalla ganada y al instante perdida de nuevo, situaciones límite realzadas por la excelente música que acompaña al juego, sorpresas incluso cuando crees que el juego ya no tiene nada más que ofrecerte… y todo ello unido a que en muchos de los juicios nos jugamos el futuro de alguien muy cercano conseguirá que nos sintamos plenamente implicados en el papel de abogado defensor.
Pillar en renuncios a los testigos es casi tan divertido como hacerlo en la vida real. Como cuando alguien te dicen que han pasado el finde en Paris con un sol explendido, consultas las páginas metereologicas y ha estado jarreando. True History
La única pega que se le puede poner a Phoenix Wright es su excesiva linealidad, durante los periodos de investigación deberemos llevar a cabo ciertas tareas en un orden muy determinado y hasta que no las hagamos no se desbloqueará el siguiente evento que nos permita avanzar. Por ejemplo hasta que no examinemos cierto cuadro, hablemos con un determinado personaje y le presentemos determinada prueba, nuestro cliente no estará disponible en la sala de detenidos para poder seguir intercambiando impresiones. Esto lleva a un inevitable ensayo y error que puede resultar bastante frustrante. El juego intenta mitigarlo dándonos pistas en forma de pensamientos de Phoenix o sus ayudantes, y mostrándonos la fecha y hora cuando lleguemos a un escenario en el que ha cambiado algo con respecto a la situación anterior. Aun así los atascos serán numerosos ya que el juego jamás nos permitirá llegar a juicio sin que tengamos todas las piezas que nos permitan salir airosos, lo contrario sería de una crueldad intolerable. Los juicios por su naturaleza son mucho más fluidos, pero para evitar que demos con la prueba que contradice el testimonio mediante combinatoria solo se nos permiten 5 fallos antes de que el juez asuma que no tenemos ni puta idea de que fue lo que realmente pasó y declare a nuestro cliente culpable.
Esta decisión no tiene demasiado sentido, pues como todo buen juego portátil nos deja grabar la partida en prácticamente cualquier momento, por lo que siempre podemos cargar la partida y seguir intentándolo. Tampoco tendría sentido que nos obligaran a empezar el juicio desde el inicio, pues deberíamos volver a leer una gran cantidad de texto con una interacción muy limitada quedando al descubierto el artificio de su linealidad, que sus giros están predeterminados y que los fiscales no son en realidad nuestros rivales sino sprites con una única contestación. Aunque por otro lado tampoco puede permitirse que el jugador se equivoque continuamente sin consecuencias. Nos encontramos entonces en un problema casi irresoluble, sólo se me ocurre que Obsidian desarrolle el próximo juego de la saga u cree una nueva, con diferentes finales de acuerdo a nuestra actuación.
Sin duda una de las mejores cosas que tiene Phoenix Wright: Ace attorney es que…¡Solo es el primero de la saga! Me quedan muchos mas por jugar. Creo que dentro de poco me podrán acusar de hurto de una Nintendo DS. (Pulsa para ampliar)
En definitiva y volviendo a mi trauma infantil. Si hubiera contado con Phoenix Wright a mi lado seguro que habría examinado desde que punto estaba partido el parabrisas para ver si alguien de mi estatura podía haberlo hecho, habría preguntado a testigos desde cuando ese cliente acudía a ese bar en concreto para ver si era desde que monté mi negocio y así urdir un plan para ahorrarse la reparación. Se habría fijado si las dos partes de parabrisas estaban igual de limpias, si las gomas presentaban el mismo desgaste o cuando fue la última vez que el coche estuvo en un taller. No se cómo lo habría hecho pero estoy seguro de que me habría conseguido un veredicto de No Culpable.
Veredicto para Phoneix Wright: 8
Te gustará si:
– Si te gustan las novelas detectivescas.
– Si te gusta desmontar las mentiras de los demás.
– Si tienes curiosidad por saber como es eso de que la justicia funcione.
No te gustará si:
– Una vez más: si te cansa leer o si no eres capaz de recordar detalles argumentales.
– Si tu ideal de justicia se acerca más al de The Punisher o al Juez Dredd.
– Eres el cabrón que me acusó falsamente de romperle el parabrisas.