ANALIS DIS MAFIA II (PC)

Dejémoslo claro desde un principio; comparar Mafia II con GTA IV es una memez como un piano. Que sí, que en los dos hay una ciudad, coches, nos ponemos «a los mandos» de un personaje desagradable y hay ensaladas de tiros, pero el cómo y los por qués, son completamente distintos y hacen que las comparaciones, aparte de odiosas sean absolutamente innecesarias.

Primero porque Mafia no se juega como un Sandbox. Aunque tenga una ciudad bastante detallada que recorrer, dudo mucho que alguien se haya dedicado a escudriñar sus calles en busca de… ¿Abrigos nuevos? con lo que el componente de exploración de la ciudad es prácticamente nulo. (A no ser que te dediques a buscar los ejemplares de Playboy escondidos por la ciudad)

La otra aclaración que quiero hacer es que el juego original, a mi no me gustó. Reconozco que tenía grandes cosas y algún que otro momentazo de los que hacen historia (en especial a nivel argumental) pero contaba con unas cuantas decisiones de diseño más que cuestionables.

Con todas estas cosillas aclaradas; creo que puedo empezar a hablar de Mafia II.

Mafia II es el resultado de mezclar de demasiadas cosas, que al final conforman un pastiche extraño pero al menos, de personalidad propia. El juego por un lado parece ser producto del miedo de sus creadores a no saber adaptarse a los tiempos que corren (lo que ha traído cosas positivas aunque también negativas) pero a su vez parece querer reivindicar con demasiadas ganas el espíritu del juego original.

Por ejemplo, parece que ha habido miedo a la hora de usar un sistema de curación sin regeneración automática, pero también pavor a que los «juascors» se echaran encima de ellos diciendo que habían casualizado el juego, y lo que les ha quedado es un sistema que mezcla lo peor de ambos mundos y resulta similar al de el Halo original, o lo que es lo mismo, la regeneración por «segmentos». Yo hubiera preferido que no hubiera habido regeneración alguna, porque esa sí que fue una de la «grandes» decisiones de diseño del original y que hacía que cada misión de tiros fuera un verdadero «infierno», pero bueno menos da una piedra y gracias a Dios un tiro a bocajarro de una escopeta te pondrá con el orto mirando a Cuenca, lleves la vida a tope o por la mitad.

En el tema de los coches y la conducción, las cosas han mejorado una barbaridad sin perder, además, ni un ápice de «autenticidad», conduces coches de la época, vale, pero su comportamiento pese a ser todavía realista viene de la mano con algunas concesiones a la jugabilidad, no resultando la experiencia similar a la tortura del original.

Vale, que la historia del Mafia del 2002 se ubicaba en una época más antigua, pero para mi gusto se habían pasado con el realismo 4 pueblos y una pedanía con el comportamiento de los coches sacrificando diversión a costa del realismo, aunque comprendo que habrá gente a la que le gustaría ese realismo con sus fascinantes tiroteos y persecuciones de la policía (que ahora dan mucho menos la brasa, por cierto) a aquellos vertiginosos 14 kilómetros por hora.

Gráficamente, al menos PC con todos los «jander clanders» activados, a un servidor le ha resultado absolutamente espectacular y además viene acompañado de un rendimiento estupendo, a pesar de haberse sacrificado tamaño de escenario en virtud del detalle de lo que se presenta en pantalla, tanto en interiores como en exteriores.

El juego nos deja combatir bien con nuestras manos desnudas o haciendo uso del típico y tópico arsenal siempre presente en este tipo de juegos. En mi humilde pero sexy opinión, el peso que el juego deja caer sobre los hombros del combate a puño cerrado, resulta excesivo, ya que de las tres disciplinas básicas del juego (conducción, «gunplay» y boxeo) es con diferencia la menos satisfactoria y más floja de todas. En Illusion Softworks, está claro que pensaban que tenían una joya entre manos, porque si no no entiendo a santo de qué se le da tanto protagonismo en el juego.

El «Gunplay» o si lo prefieren «parte del juego en la que pegas tiros» de este Mafia II es DE LEJOS, lo mejor del título. No porque sea bueno comparativamente con el resto del juego, que también, si no porque lo es «per se». Las armas tiene el retroceso adecuado, la sensación que transmiten es poderosa y los enemigos responden como se les supone, cuando les metes entre pecho y espalda una adecuada ración de plomo y pólvora. Los escenarios a su vez responden también de manera espectacular al vuelo de las balas, con trozos de hormigón que se desprenden de las coberturas mientras el polvo de cristal lo cubre todo.

Por eso, no deja de resultar extraño que el desarrollador deje tanto peso en las manos de su protagonista tanto cuando agarra un volante como cuando las usa para soltar puñetazos, porque es como si Telepizza se empeñara en que probaras sus helados, por encima de sus Pizzas.

Así, para llegar hasta los satisfactorios tiroteos, tendrás que pasar por unas cuantas fases de puñetazos, otras tantas de Seur y un par en las que simplemente conduces de un punto a otro de la ciudad escuchando un montón de diálogos que presentan una Mafia que tiene muchos más puntos en común con «Mobsters» de Christian Slater y Richard Grieco que con la realidad cuasi documental de Los Soprano o El padrino.

El juego penaliza al jugador en más de una ocasión por cosas que le pasan al protagonista, (y fíjense como estoy distinguiendo entre «jugador y personaje») haciendo que te quedes sin dinero, sin ropa o sin las armas que habías conseguido con el sudor de tu gatillo, cuando él lo decide oportuno por avatares del destino que además no son pocas y que de ninguna manera puedes controlar.

Porque al final esto es un juego «on rails» y punto. Como un Call of Duty que sucede en una ciudad que tan solo es puro atrezzo (de exquisito diseño y ambientación, eso sí) para que, simplemente, el pasillo sea más amplio.

Encontraría difícil que alguien se identificara medianamente con el pedazo de mierda que resulta ser el protagonista al que tan sólo en un par de momentos se le vislumbra algo parecido a un código ético; lo que unido al hecho de que no tomamos ni una sola decisión en todo el juego y tan sólo llevamos a cabo lo que se nos dice en una larga y aburrida (aunque técnicamente brillante) cinemática, estemos o no de acuerdo con ello, hace que el distanciamiento permanente entre personaje y jugador sea total y las motivaciones a la hora de acometer «los encargos» practicamente nulas.

Esto, hace 10 años, colaba y hoy, aunque Illusion Softworks me lo envuelva en nostalgia y en un «modo de hacer las cosas» tradicional, sinceramente creo que no.

Pese a todo, una mejor experiencia de conducción, un guión medianamente coherente y superior al de la media de los videojuegos (aunque inferior al original) y un «gunplay» enormemente satisfactorio, hacen de Mafia II mejor juego que el Mafia original en términos absoutos, aunque peor en términos relativos; es decir Mafia II sería mejor juego que el primero, si no fuera porque ha salido 8 años después y sinceramente en 8 años han sucedido un jodido montón de cosas como para pasar por alto los problemas de una propuesta tan conservadora como esta.

Nota: 6,5 Ajares

Te gustará:

Si te gustó el anterior Mafia, lo jugaste hace un mes y sigues pensando que es Maravilloso y que el paso del tiempo no le ha afectado.
Si te gusta ir de un lado al otro de la ciudad como un repartidor de Seur.
Si te gusta disfrutar de una de las mejores ambientaciones jamás vistas en un videojuego.
Si te gusta la revista PlayBoy

No te gustará:

Si vas buscando un GTA de la mafia, porque resulta que no es un puñetero GTA.
Si no te gusta Frank Sinatra, El Padrino, Cadena Perpetua (¿?);no sabes lo que es la ley seca y encima te gusta el Reggaeton.