ANALIS-DIS: LITTLE INFERNO
Fuera hace frío, siempre hace mucho frío, cada vez más y más frío. De hecho nos informan puntualmente de que aún hará mucho más frío ¡Vaya panorama tan español!
Sólo sabemos que tenemos delante nuestro juguete “Little Inferno”, un simpático hornillo con el que intentar calentarnos.
No sabemos qué hay fuera, pero dentro se está bien, en esos límites estrechos de ese hogar en el que de vez en cuando se cuelan simpáticas arañas por la chimenea. Ese infiernillo de llamas danzando, humo y por fin cenizas. Después más fuego, o nada. Quizá la nada.
Todo está en orden. Nada importa. Estamos seguros, estamos calientes. Querremos quedarnos así para siempre pero no podemos: “No hay vuelta atrás” y “Todo debe acabar algún día”
Lo primero que crepitará bajo el hipnótico fuego será nuestro contrato de condiciones de uso y la carta de agradecimiento de Tomorrow Corporation en la que su rechoncha dueña nos felicitará efusivamente por nuestra compra que “calentará nuestra casa y nuestro corazón”.
¿Por qué estamos solos?, ¿Qué monstruos se esconden fuera de los seguros límites de nuestros experimentos?, ¿Qué hacemos ahí?, ¿Qué sucede fuera?, ¿Por qué tanto frío?
No importa. En realidad nada importa. Con nuestro estupendo catálogo empezaremos a comprar todo tipo de “chucherías” que terminarán reducidas a cenizas, al fin y al cabo “Little Inferno se ha hecho para que nada importe”, aunque también “algunas cosas son más importantes que otras”.
Enseguida nos haremos con las reglas del juguete: Quemar, obtener monedas, comprar, quemar… “¡Qué absurdo todo! ¿No?”
Incluso a través de originales y divertidísimas combinaciones, que se nos insinúan con su nombre como “Iced Coffe” u “Online Piracy, obtendremos unos sellos especiales que… No se lo van a creer ¿Lo digo? ¡Desbloquearán más catálogos!
Bombas atómicas, zarrapastrosos ositos de peluche, la beta de “Inferno” en un disquete, cantantes de ópera, piezas del Tetris de madera, salchichas, elfos maniatados con chalecos de dinamita, motosierras, robots, tormentas de nieve, cigarrillos, señoritas borrachuzas, gatos cagones, sospechosos mails, EL SOL…
Todo un colorido y enorme conjunto de objetos que no sólo hará nuestras delicias ardiendo por separado, con sus hilarantes efectos, sino que sus múltiples combinaciones serán aún más descacharrantes. Un inventario lleno de gamberradas pirómanas, con unas descripciones de los productos reales como la vida misma.
Todo adornado con una estética preciosa, colorista y atractiva y una banda sonora, especialmente el tema final, estupenda.
Quemar. Recoger monedas. Encontrar combinaciones. Quemar. Recoger monedas… Un juego tan absurdo, ¡un juego en el que no se pierde ni se gana! , no puede ser un GRAN JUEGO.
Pues no, se equivocan, lo es; pero también Little Inferno es una enorme excusa. Es una historia que envuelve a un juego. Una historia muy sencilla, que no simple, preciosista, llena de humor y con unos goterones de enseñanzas vitales que es muy posible, ¡oh líquido elemento! , que se confundan en el transcurso de la historia y en el apoteósico grand finale con sus lagrimillas más ajares.
Emocionante es la palabra: Desde el momento en que quemamos nuestra primera carta, pasando por contactar con nuestra alocada y pizpireta vecina, hasta llegar a… ¿Llegar a qué? No puedo decirlo sin arruinarles no ya la sorpresa o no sorpresa, la misma experiencia inolvidable que esta humilde pero cuidadísima joya nos ofrece. Rara avis.
Little Inferno es un juego para adultos camuflado de juego para niños, como los grandes textos de la llamada “literatura infantil”. Si se dejan llevar, esto es si juegan en lugar de machacar botones, se encontrarán con un nudo en la garganta abriendo los correos que recibirán, o quizá dejarán de recibir.
¿Realmente terminará todo en el fuego o creen que merece la pena conservar algo, por aquello que llaman querencia? Quizá más que el espacio en el reducido inventario ( ergo más tiempo para realizar sus locas combinaciones) haya cosas más importantes que quemar y solamente quemar. Un vale por un abrazo arde de maravilla, pero hay momentos en que solamente necesitamos eso, un simple abrazo.
Hagan lo que hagan Little Inferno es una preciosa fábula sobre el transito a la madurez, o quizá un emocionante cuento corto sobre el paso inexorable del tiempo y la aventura de la muerte.
Quizá ese infiernillo purga el pasado y nos calienta e ilumina, quizá hace que pase el tiempo, lo quema, y que esos catálogos sean recuerdos que se pierden para siempre, recuerdos que sólo terminan en ceniza.
Es muy posible que todos y cada uno de nosotros vivamos encerrados extasiados en el reducido calor de una llama, por miedo a saber lo que hay fuera, aunque ya saben: La sombra de los monstruos son más grandes que los propios monstruos, si es que los hay.
“Nunca puedes volver atrás” y no sabemos «si el sol se pone o se eleva”, pero está bien: Todo está bien porque es lo natural, es hacia donde nos empuja la vida, siempre a lo desconocido, y Little Inferno nos lo enseña de una de las más bellas maneras.
Las lágrimas en la lluvia las pone cada uno por su cuenta.
Le gustara si:
-Si adora los juegos para adultos camuflados de juegos aparentamente infantiles.
-Busca una fábula que le caliente el corazón y le de esperanza a granel.
-Le gusta cuando callan, porque están como ausentes y Vd. las toca.
-Por fin se decide a quemar esas fotos de ex novias y otra gente fea a la que no traga.
-Si al volver a casa solamente quiere quemar a su jefe junto con un conejo rabioso y un barril de pólvora.
-Le gustó Portal, El principito, Qué bello es vivir, Botanicula…
-Si quiere volver a ser niño para volver a dejar de serlo.
No le gustara no:
-Si no soporta los juegos tan infantiles, aunque le digan que son para adultos.
-Si vive traumatizado desde que escuchó la canción de la campaña “Todos contra el fuego”
-Huye de juegos cortos con un ritmo muy pausado y relajante ¡Lo suyo es la acción A TOPE!
-Odia los juegos con ñoñerías sentimentales, eso son juegos de niñas y mariquitas.
-Si se obstina en querer estar quemando cosas delante de su propio Inferno para siempre.
P.S:
Te quiero Sugar Plums.
P.S.2: