ANALIS DIS: LIMBO (XBOX 360)
Limbo es un plataformas de scroll horizontal actualmente disponible para descarga en Xbox Live que presenta un curioso aspecto gráfico de exquisito diseño y lúgubre ambientación plagada de estupendos puzzles que recoge la estela de títulos como Braid; Little Big Planet o Heart of Darkness y no la lleva ni un sólo paso más allá; ni maldita falta que le hace.
Más bien se queda en un batiburrillo de todos los anteriores aunque estupendamente bien manufacturado. Ya se sabe, lo de siempre, pero muy,muy bien hecho. Aunque algo caro. Eso sí.
Denle al play y sigan leyendo. Si lo estiman oportuno, claro.
The Spider man is having me for dinner, tonight.
El Limbo es, teológicamente hablando, ese lugar dónde van los niños sin bautizar que mueren sin haber cometido ningún pecado capital, pero que tampoco han sido absueltos a través del bautismo del pecado original con el que todos los seres somos bendecidos desde el mismo momento de su nacimiento.
Esto tiene su gracia; ya que cuando yo veo un bebé, aprecio un ser adorable, inocente y frágil (que me va a quitar el sueño de por vida, eso sí) y sin embargo la iglesia católica ve un culpable. Ya me gustaría a mi que mis hijos se comieran las manzanas, cojones, que lo único que les gusta es la nocilla. En fín, on topic.
A mi en el cole me contaron que el Limbo no era ni el cielo ni el infierno, si no que simplemente era un lugar de transición hasta que a alguien de arriba le salía del cimbrel decidir que podías subir al cielo que en principìo era ese lugar de paz infinita que siempre imaginé como un sitio con una montaña rusa de la ostia, millones de modelos en bikini y toneladas de Ron con Cola.
Sin embargo la visión del Limbo que el juego nos presenta es algo distinta, es más bien un lugar enormemente cruel, despiadado y retorcido que recuerda a un purgatorio infernal sacado directamente de la mente de un Robert Smith pasado de LSD en plena pesadilla «Lullabiana».
Casi la totalidad de los Puzzles se resuelven por el método del ensayo error, para «tratar» de comprender el puzzle que se nos presenta. El problema viene cuando el ensayo conlleva una muerte directa; porque se rompe por completo el ritmo del juego una y otra vez. Aún así se le perdona, ya que parece que precisamente el mesaje que nos quiere dar el juego es ese; «es necesario que mueras y comprendas que no pasa nada; que vuelves a empezar dónde estabas; para que la muerte precisamente no sólo deje de no tener sentido, si no que tenga todo el jodido sentido del mundo como instrumento para poder avanzar». Muere con tranquilidad… de hecho es necesario que mueras para seguir adelante. Sólo a través de la muerte encontrarás la redención.
Así, el juego es una huida hacia adelante sin otro propósito más que escapar del escenario en el que nos encontramos solucionando un puzzle que dará lugar a otro un poco más complejo. Como entre uno y otro no hay puzzles intermedios que nos permitan un aprendizaje de lo que vamos a encontrar más adelante como suele ser habitual en el género, tendremos que «fenecer» múltiples veces tratando de comprender las nuevas reglas del juego que dada la breve duración del juego cambian continuamente; momento este en el que solucionaremos el problema pudiendo pasar al siguiente desafío.
Estos son de todos los colores y el uso de la física suele jugar un papel fundamental; desde cambios del sistema gravitatorio del nivel o incluso de su magnetismo pasando a aquellos en los que has de jugar con la inercia del protagonista o el peso de los objetos que te rodean y terminando en aquellos en los que tu mayor amenaza resulta ser lo que te brinda la solución; convirtiéndose el problema en parte de la solución. Genial.
Y entre puzzle y puzzle nuestro pequeño protagonista es pasto de las más tremebundas y sanguinarias felonías; hay que reconocer que hay que tenerlos de amianto para sacar al mercado hoy en día un juego con un niño como protagonista que sufre una desgracia detrás de otra y que la mitad de las veces incluyen trepanación de miembros y la otra mitad roturas de diversos miembros corporales por no hablar de la manera tan lánguida e impactante que el juego muestra la manera de ahogarse de tan tierno infante.
Claro, que para amianto, los huevos de los que han decidido poner este juego un precio de 1200 microsoft points ya que sus únicos puntos negativos que residen en una rejugabilidad nula amén y una duración extremadamente corta. Entre dos y tres horas.
Aún así, entiendo que nadie dijo que el Jamón de Jabugo tenga que ser barato, lo que pasa es que el pata negra dentro de tres meses costará lo mismo.
Aún así, si se tiene la pasta y apetece es un juego de adquisición obligada tanto para amantes del género como para los que no. Vamos, una joya, no sólo en el contenido si no también en el precio.