ANALÍS DIS: INFERNAL

El hype tiene estas cosas. Cuando un juego lo llevas esperando durante meses, directamente le acabas restando un punto en tu nota mental porque nunca cumple las espectativas. Si el juego te da en la cara como un «uppercut» que no esperabas, casi siempre lo tachas de «sleeper» y le acabas sumando un uno en la escala «Richarl».

Éste último es el caso de INFERNAL, un juego del que en la redacción no sabíamos nada y que ha llegado a nuestras pantallas del PC como un soplo de aire fresco, aunque quizá no tanto.

Héroe cachas socarrón con facilidad en el manejo de las armas y algún que otro poder mágico ayudado por compañera de enormes pechos, sueltan yoyas, hacen piruetas y asesinan por doquier con el típico arsenal de metralletas y armas de rayos en un entorno de bonitos efectos de partículas parcialmente afectado por la física coronado por una banda sonora muy cañera de metal industrial mientras viven inmersos en un guión que enfrenta a dos facciones que representan el bien y el mal y en el que sorprendentemente (sólo que no) nada es lo que parece. Para que se haga ameno, de vez en cuando te encuentras con varios puzzles en los que hay que usar tus originalísimos poderes de levitación de objetos y teleportación, y cada final de fase te enfrentas, como no, a un superenemigo en el que la mayoría de ocasiones deberás de «pensar» un poquito a la hora de encontrar su «punto flaco».

Para que la acción se haga más amena, de vez en cuando tienes el típico momento «on rails» subido a una torreta y machacando a todo hijo de vecino sin piedad. A mitad de de juego te quedas sin armas y juegas un nivel con el torso desnudo, marcando pectorales y luciendo tatuajes. Todo esto transcurre ante nuestros ojos desde una visión en tercera persona de nuestro perfectamente modelado héroe en lo que en realidad es un shooter tipo «Max Payne» con toques de fantasía evangélica y celestial a lo «Requiem Avenging Angel«.

Los niveles están llenos de cajas por todos los lados. Los enemigos salen sólo cuando llegas a un punto determinado. Los medikits te curan al instante. Las armas son -a saber- la pistola, las akimbo, dos metralletas, una bazooka, una pistola láser, un rifle de francotirador y una arma de «energía».

Te enfrentas a villanos con jetpacks, a helicópteros, enormes torretas láser, a cámaras de seguridad, tienes que acceder a terminales para desbloquear puertas, a veces hay minas en el suelo, los escenarios son almacenes, oficinas, selvas abiertas, un barco y en general estancias llenas de puertas de las cuales la única que se aber es la que te permite seguir adelante…

ES INCREÍBLE, pero de verdad INCREÍBLE, cómo cojones los chicos de Aurora Watching (la desarrolladora polaca Metrópolis) hans conseguido meter TANTOS tópicos en tan pocos bits.

Yo creo que han batido un record del mundo o algo.

El juego, además, tiene varios puntos flacos;

a) El manejo del protagonista es bastante torpedo en según qué momentos, en especial a la hora de ponerse a cubierto, algo que en un principio se antoja esencial especialmente porque el juego es difícil. Y en según qué ocasiones difícil de cojones. El hecho de que el prota sea capaz de parapetarse en «según qué supoerficies» estropea por completo el concepto de cobertura-disparo a lo «Gears of War», en especial porque si te mantienes demasiado tiempo sin buscar esa cobertura, puedes apostar a que te van a dar cera de lo lindo. El cómo están pensados los controles no ayuda a la fluidez de movimientos del protagonista que muchas veces termina haciendo preisamente lo que tú no querías que hiciera.

b) La citada dificultad en ocasiones es más un acierto que un problema porque te pica permanentemente para que sigas jugando aunque en según qué momentos puede llegar a ser ciertamente desesperante ver cómo te quedas atrapado una y otra vez en el mismo sitio.

c) La IA es predecible y tontorrona. Y la animación de «succión de almas» y «registrar los cuerpoas» es demasiado larga y como la acabas haciendo cada 20 segundos, y unas mil veces a lo largo del juego, terminas hasta las pelotas de la animcación de marras. Menos es más.

Ahora vayamos con las cosas buenas:

1) Los gráficos. Algo horteras y chillones en ocasiones, pero magníficos hasta en los equipos más modestos. Es para verlo y no creérselo. De esos juegos que te hacen pensar que el resto de las compañías te están tomando el pelo a base de bien. No se me engañen, esto está más cerca de la «efectividad» de HL2 que del bestialismo poderoso de «Crysis». Pero cumplen y además de qué manera.

2) La física. La cosa esa que se llama Ageia se instala en tu ordenador y sin tarjeta ni leches, hay que decir que el resultado es espectacular.

3) Es divertido, variado y ameno. Y la historia aunque como viene siendo habitual es una caca, te mantiene jugando hasta el final. Se trata de un shooter tontorrón en tercera persona, con suficientes buenos elementos como para que sigas jugándolo hasta el final. Dura lo que tiene que durar para no hacerse cansino y porbablemente a día de HOY es el mejor título de acción pura y dura descerebrada e imbécil que hay en el PC.

INFERNAL es una peli de Jerry Buckheimer. Ya sabes, explosiones, líneas de guión vergonzantes, malos topiquísimos, situaciones redundantes que ya has visto mil veces… pero diablos, a mi me ha resultado divertido y desafiante de narices, pero claro, es que yo soy un hortera y cosas como «la roca» y «Armagedon» me encantan, es de esas cosas en las que puedes dejar el cerebro en la mesilla para jugarlas. Jugar por jugar.

7,5 Ajares.