ANALIS DIS: INFAMOUS
Cuando era pequeño, pintar con plastidecor las cortinas de mi casa conllevaba misteriosamente de manera directa un dolor en la zona occipital, producto de un capón proveniente del nudillo de la mano derecha de mi madre. Y es que una de las cosas que primero aprendemos es la distinción entre el bien y el mal, y una de las primeras trolas que nos cuelan en el hype vitalicio es que al que hace cosas buenas, le pasan cosas buenas y el que las hace malas, le pasan cosas malas.
Más adelante aprendes otra lección; «Lo importante es camuflarse»; según la cual; lo importante no es hacer las cosas bien o mal, si no hacer lo que te de la gana pero tratando de que no te pillen nunca.
Por fin, unos años más tarde te desilusionas cuando te das cuenta de que el que ejerce el mal de manera profesional y remunerada, no sólo no suele estar denostado por la sociedad,si no que suele contar con su admiración (Y si no me creen ahí tienen como ejemplo a Berlusconi) y que los que hacen el bien, porque entienden de un código ético personal e intransferible son los por todos conocidos: «Pringados» y además a la gente le resultan un coñazo.
Curiosamente, aunque no sé si por casualidad o por pura mala baba, en inFAMOUS, el nuevo juego de Sucker Punch, creadores de las saga «Sly Cooper» de PS2 ; ejercer el bien, no sólo no sirve casi de nada, si no que además es por completo contraproducente, lo cual no me dirán que de por sí ya le da un valor inusual en el terreno de los videojuegos de moralina simplista (¿Alguien dijo Bioshock?). Aquí cuanto más hijo de puta eres más poderoso te vuelves, vamos, toda una metáfora de la vida real.
inFAMOUS, que podríamos definir de manera rápida como juego de acción en tercera persona que se desarrolla en una ciudad y en el que te pones en el papel de uno de los personajes de videojuego más feos de la historia de los videojuegos con el que deberás de resolver las típicas misiones principales que van desarrollando la trama a la par que solventas algunas secundarias que te permiten «evolucionar» tus poderes de manera que las primeras no se conviertan en un infierno, va precisamente de eso; de escoger qué camino tomar en cada momento, de elegir entre el bien y el mal.
Personalmente, en este tipo de juegos (desde Jedi Knight) soy incapaz de ser malo, imagino que porque me sale a flote esa especie de educación hippie que me dieron en mi casa que debía de estar relacionada con el Karma universal según el cual, el bien siempre te es devuelto y si haces el bien, el bien volverá a ti multiplicado por 15. Y una mierda, aunque claro, eso es algo que aunque ya sé ahora sin embargo nunca fui capaz de convertirme en caballero oscuro de la fuerza; y por supuesto que no me quedó más remedio que matar a Ana Navarre, la muy hija de puta, porque creía que lo que estaba haciendo no era lo correcto; comprenderán que esto me convierte directamente en un pringado de esos que carecen de interés.
La segunda vez que empiezas a jugar a inFAMOUS, te das cuenta de lo que te habías perdido, porque los poderes de «lado oscuro de la electricidad», son más poderosos que los del lado «amable del kilowatio».
Aún así, el juego, aparte de ponerte en un brete de manera permanente en tanto en cuanto a la forma de hacer las cosas (ayudo a ese fulano o le robo la cartera, rescato a la dama o aprovecho la distracción para sacar ventaja…) resulta divertido de ambas maneras, pero no me negarán que no es de agradecer el mensaje «semi realista» que Sucker Punch nos cuela de guindón.
En el papel de uno de esos héroes de videojuego con menos personalidad que una hoja de lechuga; tienes que salvar a la ciudad (compuesta por tres islas) de unos señores muy malos que hacen un montón de cosas feas y que encima tienen una puntería de dos pares de cojones. Digamos que el punto de partida y el esquema del juego es el siguiente:
Las misiones de la trama principal, te van desvelando poco a poco la historia del juego con objetivos variados que van en un increscendo (tanto de emoción como de dificultad) que cuentan la historia de Cole, un señor al que le mana la electricidad por los poros de su cuerpo en su camino por salvar a la ciudad del mal; mientras que las misiones secundarias te permiten ganar puntos con los que hacer que el ínclito vaya evolucionando poco a poco sus poderes además de «Limpiar» de enemigos pequeñas áreas del juego que hacen que tu posterior tránsito por la zona sea menos accidentado, cosa que a la larga, créanme, se agradece.
Por otro lado, cuando el mal se apodera de una zona; lo primero que hace es dejarla a oscuras, por lo que antes de poder acceder a las misiones de una zona, deberás bajar a las alcantarillas para «reiniciar» el transformador que alimenta la zona, lo que te otrogará, vía una enorme descarga eléctrica, el aprendizaje de un nuevo poder.
El problema de las misiones secundarias es el de siempre en este tipo de juegos; cuando has hecho cuatro, estás ya aburridísimo de repetirlas una y otra vez. Es algo que pasa en GTA, en los Spiderman y en cualquier juego de corte similar, así que no es un problema exclusivo que podamos achacar en particular a inFAMOUS aunque sí que en ese sentido podemos tacharle de continuista.
La evolución del personaje no es rápida ni mucho menos; es más deberás de hacer un buen numero de misiones secundarias si quieres sacarle todo el jugo al personaje, cosa que además vas a necesitar sí o sí, ya que el norme número de enemigos que encontrarás en pantalla y la excelente puntería de estos, te obligarán a usar tus poderes a plena capacidad para poder seguir adelante.
Porque «cole» puede morir, o al menos quedarse inconsciente hasta nueva orden y si no vas con tiento, desde luego que te vas a ir a por hierba para la radio en más de una ocasión, por lo que la mejor estrategia pasa por despejar primero la zona de enemigos haciendo una misión secundaria y una vez que no hay moros en la costa, acometer al misión principal con menos follón de por medio. Obviamente este esquema no es obligatorio, pero sí el más recomendable y el hecho de que para llevarlo a cabo, las misiones secundarias se repitan a menudo, le da al juego un tono un puntín repetitivo.
Para ir de un lado a otro de la ciudad, Cole, el insípido protagonista con alma de faradio, realiza una especie de Parkour hipervitaminado que mezcla lo mejor (y algo de lo peor) de Assasins Creed con el Príncipe de Persia y un puntito de Mirror’s Edge. He oído gente quejarse de lo mucho que cuesta subir hasta el tejado de un edificio; bien, lo que me gustaría decir al respecto es «No sé qué cojones haces ahí abajo», porque este es un juego que no se disfruta a pie de calle, si no saltando de tejado en tejado, planeando, usando los tendidos eléctricos y todas las infraestructuras a tu disposición para dominar desde arriba al enemigo.
Sí es cierto que Cole tiene en determinadas ocasiones un comportamiento muy de «onvre-velcro», quedándose pegado dónde no debe, por tener un control algo automatizado, pero si no fuera así, determinados encadenamientos de movimientos «sorprendentes» serían imposibles de ejecutar.
La trama se va desvelando por medio de «viñetas» y no es gran cosa, pero sí que es la excusa perfecta para seguir jugando; yo que no me he terminado un GTA en mi vida, llevo más del 80% del juego y espero terminarlo esta semana, y eso me imagino que quiere decir algo.
Con un rendmiento algo regulero, un buen uso de la física unos gráficos correctos y un tratamiento del conjunto bastante sobrio; inFAMOUS no es el juego del año, pero que me aspen si no es un juego francamente divertido que te enganchará de principio a fin sin dejarte que dediques tu tiempo a otra cosa.
Nota: 7 Ajares o por ahí. ¿inFAMOUS o Prototype? Yo lo tengo claro: Red faction.
Te gustará:
Si te apetece jugar un GTA con rayos.
Si te gusta meter los dedos en el enchufe.
No te gustará:
Si eres de los que te gusta entrar en los edificios.
Si odias la jugabilidad «Sandbox».
Si no usas prendas de Cachemir para que no te den garrampa.
Si tu consola debug no está actualizada (LOL)