ANALIS-DIS: BATTLEFIELD 1943 (XBOX360)
A pesar de valer 1200 Microsoft Points (unos 15€), de contar con sólo tres mapas, de permitir doce jugadores por bando, de tener únicamente tres clases de personajes y de volver al escenario de la Segunda Guerra Mundial, Battlefield1943 (BF1943) ha constituido una grata sorpresa para el bazar de la Xbox. Los puntos mencionados antes pueden ser vistos como elementos de crítica y de hecho serían argumentos bastante buenos para crucificar el juego sino fuera porque BF1943 es un digno título de la serie y desde luego contentará a los fans.
Y la clave vuelve a estar una vez más en la variedad táctica del juego. El escaso número de jugadores se compensa con un respawn rápido y unos mapas suficientemente grandes como para abordar múltiples tácticas. El objetivo es capturar las banderas y mantener su control el tiempo suficiente como para ganar la partida. Al contrario que en Frontlines, todas las banderas son accesibles, no hay frentes y son constantes los ataques a la retaguardia y las posiciones ya conquistadas. Así que BF1943 se desarrolla a ratos a un ritmo frenético y a ratos a un ritmo más pausado. La posibilidad de reaparecer junto a tu pelotón o en una bandera determinada (siempre que tu equipo la haya capturado) evitan la sensación de avance lento que a veces puede provocar el límite de 24 jugadores por mapa.
Los vehículos continúan siendo un fantástico apoyo para el avance de la infantería, ya sea por mar, tierra o aire, los jugadores pueden utilizarlos para alcanzar las banderas antes que el contrario y defenderlas en los primeros envites. Como pasa siempre en los títulos de la saga, no siempre el trasto más grande es el mejor, aquí volvemos a hacer hincapié en lo imprescindible que resulta la buena coordinación entre jugadores. Un jeep se pondrá en órbita en cuanto un tanque le lance un pepinazo o un soldado de a pie le meta una granada en los bajos, pero si el que conduce y el que lleva la ametralladora hacen un buen trabajo, se convierte en un vehículo rápido y mortal de necesidad. Con el tanque sucede algo parecido, los jugadores que se lanzan a por el primer vehículo que encuentran y no esperan a que un compañero se suba a ellos para tomar el control de la ametralladora, por regla general están condenados a morir sin haber ayudado a su equipo en nada. La ley no escrita de este juego es siempre: apóyate en tus compañeros.
La introducción de los cazas de combate de hélice y la simplificación del control, hace accesible por vez primera a todos los jugadores el manejo de estos aparatos. A diferencia de Bad Company o Battlefield 2 , donde era muy complicado llegar a ser un buen piloto, en este titulo y con unas pocas partidas cualquiera puede entender el funcionamiento de los aviones y ser un peligro para el enemigo. Evidentemente, la experiencia es un grado y ya pueden verse a auténticos ases del aire, pero se ha dejado atrás la profunda especialización que requerían los helicópteros y sobretodo la abrumadora sensación de inferioridad a la que se veía sometido el equipo que se enfrentaba a una de estas máquinas pilotada por un jugador competente.
El juego por pelotones sigue siendo la clave principal de las partidas, con 4 jugadores por pelotón comunicados entre ellos por voz, cualquier equipo tiene una ventaja muy grande sobre otro que juegue descoordinado. No es lo mismo pilotar un avión y buscar al enemigo en constantes pasadas que nos exponen al fuego enemigo que un jugador te haga de observador en tierra y te marque objetivos. Del mismo modo que un jugador en punta puede cantar a los que le siguen la aparición de un tanque y ponerlos en guardia antes de que les entre un obús por las orejas.
Los combates entre infantería se resuelven con pocos disparos lo que impide las escenas a lo héroe solitario, no obstante la diferencia de pegada entre las armas de cada clase acaba favoreciendo un tipo de juego diferente en función de qué clase juega cada uno. El fusil es con diferencia el arma más poderosa, con 2 o 3 disparos se acaba con un enemigo mientras que el añadido del lanzagranadas (un antiguo amigo del Enemy Territory) lo convierte en un buen arma a corta y media distancia, ya sea contra vehículos o infantería. Por el contrario, la ametralladora es buena sin mas a corta distancia aunque necesita de demasiados impactos para ser efectiva. La ventaja de jugar con esta clase es disponer del lanzacohetes antitanque y del kit de reparación de vehículos, el combo soldado antitanque y vehículo es muy difícil de batir si el jugador sabe manejar bien los tiempos entre ataque y reparación. Por otro lado, el francotirador es útil en mapas como Iwo Jima y Guadalcanal, pero en Wake acostumbra a ser más interesante utilizarlo como elemento anticarro gracias a sus cargas de explosivos. La diferencia entre clases es lo que provoca que el equilibrio sea máximo y que un pelotón bien comunicado entre sí pueda decidir en todo momento qué es lo que necesita para ser efectivo.
Otro elemento de agradecer es el teatro de operaciones, desde el Medal of Honor: Pacific Assault no habíamos tenido otro encuentro entre japoneses y americanos. Guadalcanal, Iwo Jima y Wake son los tres escenarios (más el mapa de la batalla del Mar del Coral para los aviones) que encontramos aquí. Tres grandes batallas de los marines en la 2GM. Wake por ser la primera batalla ganada por el ejercito americano (en colaboración con los civiles que trabajaban allí), y aunque al final la isla capitulara, la resistencia fue una victoria moral importantísima después del desastre de Pearl Harbour (se recomienda la lectura de Pacific Alamo para tener una mejor comprensión de lo que es defender un emplazamiento sabiendo que la ayuda no llegará y que la única alternativa a la victoria es la muerte). Iwo Jima por ser fuente de un icono importantísimo como es la foto de la izada de las barras y estrellas sobre el monte Suribachi. Y Guadalcanal por dar el golpe de efecto de eliminar para los japoneses la posibilidad de contar con un aeropuerto para desplegar ataques aéreos sobre las rutas de suministro.
No hay fuego amigo, lo cual es de agradecer visto como algunos serían capaces de despellejar a su madre para poder coger uno de los aviones en las zonas de respawn principales. La munición infinita no significa que podamos darle con alegría al gatillo, esto no es una película de acción, aquí hay que recargar el arma. Por otro lado, es bastante dificil pasarse vivo el tiempo suficiente como para gastar muchas balas. Las granadas y los bazookas necesitan un tiempo para volver a estar disponibles, así que los jugadores que vayan lanzando granadas como si fueran caramelos en la cabalgata de los Reyes Magos no lo tienen fácil.
No hay armas desbloqueables,aunque sigue estando la subida de rango (lo cual ya es un objetivo por si mismo), los logros y además un añadido en forma de premios por conseguir ciertos objetivos: ya sea matar a 4 jugadores seguidos, permanecer en un vehículo más de 5 minutos o defender un numero determinado de banderas. Sea como sea, las recompensas del juego a nuestros acciones son variadas y un aliciente para seguir jugando experimentando con diferentes clases y maneras de abordar la acción.
A nivel técnico, el juego resulta muy agradecido visualmente y se beneficia del motor Frosbite y sus sistema de destrucción del escenario, aunque no resulta tan espectacular como en Bad Company debido, lógicamente, al entorno donde sucede la acción.
El futuro inmediato de la saga pasa por Battlefield: Bad Company 2, una vez salga este juego veremos cuál es la respuesta de los jugadores del BF1943 y de la propia compañía, si son capaces de sacar mapas nuevos y qué precio piensan cobrar por los mismos. Pero, definitivamente estamos ante un verdadero juego arcade: directo y sencillo de jugar en las primeras tomas para, a medida que el jugador gana en experiencia, convertirse en un título más complejo de lo que parece a simple vista.