AJAREPEDIA: X DE XENOBOTS

Robots gigantes y páramos desiertos no es mala combinación, de hecho cualquier cosa puede quedar bien en páramos desiertos. En cierto sentido es el escenario perfecto y al mismo tiempo es la nada. Lista y dispuesta para que cada uno se construya el mundo que le salga de las pelotas.

Probablemente el primer juego de mechas de muchos de los que andan leyendo esto, y probablemente el primero de muchos títulos a los que se juega más por lo que uno imagina que podría hacer, que por lo que el juego ofrece en si mismo.

Robotech, Battletech, Transformers, Mechwarrior, larga es la estirpe de los robots con vocación de armas de destrucción masiva, ya sea en cine, televisión, videojuegos o en tablero (mi preferido): dados de 10 caras, críticos, médium pulse láser directos al giroscopio, caes desde tu torre de 100 toneladas, otra vez será, mala suerte y combate urbano vienen juntos de la mano, quizás no debiste correr sobre asfalto, o tal vez no viste mi piel de plátano, sólo peso 30 toneladas pero arrastro mi arma como un mandingo, recargo mi CA/20 y apunto a tu cara, vete diciendo sayonara, porque tienes las horas contadas.

Ahí está todo lo que merece la pena contar. Metal, explosiones, armas grandes. ¿Hace falta usar alguna metáfora para que vayan entendiendo de qué va todo esto?

Novalogic lo desarrolla sobre la misma idea de Comanche, utilizando la tecnología voxel (volume pixels) que tanto asombro causó en su día, hasta que ellos mismos se la cargaron utilizándola en todos sus juegos hasta la saciedad (bueno, eso y que llegó el advenimiento del polígono). Era un tecnología cojonuda para representar vastas extensiones de terreno (ni que fuera el MISMO terreno todo el rato), cuyo canto del cisne fue Outcast, pero que dio lo mejor de si misma (EMMO) en la serie Delta Force. :asuspies

¿Visión en primera persona o en tercera?, he ahí el quid de la cuestión. Adoptar la perspectiva empleada en los dibujos animados de Robotech favorece la velocidad de los combates, y hace aun más espectacular ver a dos monstruos de 20 metros y 50 toneladas darse cachetazos y endilgándose misiles como si fueran confetis en fin de año. La perspectiva desde la cabina del piloto podrá ser la más inmersiva, pero obliga a contar con un hud en condiciones que nos permita tener todo controlado, saber dónde está el enemigo, dónde están los amigos, la perspectiva del terreno, etc.

Xenobots (a.k.a. Ultrabots) es un juego corto, cortito. Va sobrado de buenas intenciones, pero desde luego, la escasa variedad de robots hace que acabe por desilusionar. La mecánica del juego consiste en ir ampliando el radio de acción de nuestros robots a través de desplegar estaciones repetidoras de energía, hasta dar con la base enemiga y reducirla a cenizas.

Estamos pues ante un juego con más estrategia que golpes a la chapa. A partir de 3 clases de robots debemos tejer nuestra red de destrucción. El explorador, veloz y con apariencia de velociraptor, es la elección perfecta para ir de avanzadilla y anticiparse a los movimientos del enemigo, su armamento es escaso y su capacidad de defensa se basa en su velocidad, entre varios pueden organizar algún que otro roto y descosido, pero no sería mi elección en el caso de querer partirme la boca con alguien.

El Spider es la base de todo el juego, es el único que puede desplegar los repetidores, y el que ataca a distancia con un misil teledirigido que posee una cámara térmica que hacia las delicias de niños y mayores en la época. De hecho era como tener la jodida guerra del golfo en tu ordenador, no sería raro que fuera el inicio de una serie de características en el armamento de los videojuegos, que luego servirían a periodistas para hablar de la generación Playstation y de cómo los soldados yankis matan a irakies escuchando nu metal y utilizando mandos de Xbox para controlar el arsenal del tío Sam.

El gigante azul es el último miembro de nuestra escasa tropa, es el Mike Tyson de nuestro ejercito, una bestia diseñada con un único objetivo en mente, aplastar al contrario. Es el guardaespaldas del Spider y el que se tiene que dejar partir la cara cuando las cosas se ponen feas. Es el mech más balanceado, vendría a ser el Arturo de «Knighst of the Round» o el Cody de «Final Fight«. Vamos, que sin destacar en nada, es siempre el que equilibra la balanza hacia un bando u otro.

La distancia a recorrer suele ser el peor enemigo del jugador, de hecho todo el juego se plantea como una lección sobre logística y aprovisionamiento. Si estiramos demasiado deprisa las líneas, corremos el riesgo de desperdigar a nuestro efectivos sobre una extensión de terreno demasiado grande. Podemos encontrarnos con un avance rápido de las primeras líneas, que acaban entrando en contacto con las unidades enemigas y no estemos preparados para el combate porque nuestras unidades más efectivas están todavía muy por detrás de la línea del frente. Además, Las unidades dañadas pueden repararse si vuelven a la base, pero si es un long way home, puede que nunca lleguen a tiempo para incorporarse de nuevo al espectáculo de dar cera y pulir cera. Ya lo ven, aquí tienen resumido lo que le pasó al Ejército del Tercer Reich al entrar en Rusia. Videogames are for education!!!

La curva de dificultad progresa tan lentamente que cuando se pone difícil el juego, es cuando se acaba. Los mayores desafíos ocurren cuando los accidentes del terreno nos obligan a elegir un camino de entre varios posibles ( generalmente, la escalofriante cifra de 2 alternativas) para llegar a la base rival. Lamentablemente, todas las partidas son iguales y podemos practicar el prueba y error, así que si elegimos mal, pues cargamos partida y a seguir dando guerra.

Finalmente, una afirmacion: No hay juego de robots gigantes malo, sólo jugadores sin corazón.