AJAREPEDIA: C DE CLOSE COMBAT

A riesgo de provocar comentarios sobre mi sexualidad, les tengo que reconocer que mi pasión por la historia de la primera mitad del siglo XX me proviene, fundamentalmente, de esas fotografías que muestran a señores muy serios posando para la cámara con una dignidad difícil de encontrar hoy en día, incluso esos bigotes tamaño XXL que me llevaban están revestidos de un aura de hombría que se me hace complicado asimilar. Vale que a lo mejor luego eran unas nenas, pero ostras, si hasta cuando ves una foto de un señor con bigote al lado de un colmillo de elefante, piensas que él mismo se lo ha arrancado al animal con sus manos de picapedrero calloso.

Poco a poco fui haciéndome con libros sobre ese oscuro período que fue la época de entreguerras, como es natural, el inevitable flujo unidireccional de la linea temporal provocó que acabara centrándome en los libros sobre la Segunda Guerra Mundial. De ahí a desarrollar una afición desmedida por los cascos de acero, las botas claveteadas y las armas sólo había un paso, afortunadamente, los videojuegos se interpusieron en mi camino.

La ventaja de los juegos sobre la 2GM es que se bastan y se sobran con el marco donde transcurre la acción cómo única linea argumental. El inconveniente es que el jugador no es consciente de los hechos históricos reales ni se cuestiona la posición ni el despliegue de sus tropas pixeladas.

La invasión de la península de Cotentin no ha tenido la misma repercusión que el asalto a la playa de Omaha. Comprensible por un lado, dado que en Omaha lo que se vivió fue directamente el infierno, sobretodo para compañías como la A, de cuyos 200 hombres solo sobrevivieron dos docenas (siendo especialmente relevante el hecho de que el 60% de la compañía procedía de la misma ciudad: Bedford (Virginia)). Comparativamente, el desembarco en Utah fue menos peligroso que unas maniobras, aunque habría que preguntarles a los paracaidistas qué tal sienta saltar desde aviones que volaban muy por encima de la velocidad considerada segura para un salto, que además lo hacían a menos de 200 metros del suelo, que iban cargados como mulas y además, les disparaban. O a la tripulación de los planeadores, locos cacharros de madera cuyo objetivo principal era estrellarse contra el suelo de manera suave.

La primera vez que vi un juego de la saga Close Combat fue a principios 1997, en concreto era una demo del Close Combat 2 y la vi en casa de mi amigo Pedro (Octopussy en lo Ajare). Por aquel entonces yo había ido solo para ver la bestia parda que se había comprado, nada menos que un Pentium, que en comparación con el 486sx que yo tenía por aquel entonces era poco menos que asistir al nacimiento de HAL.

Close combat 2: a bridge too far es un juego de estrategia en tiempo real (y nunca mejor dicho) que ya presenta todos los elementos que han hecho de esta saga un grande por derecho propio, pero no nos vamos a engañar, lo que molaba antes y ahora era usar un pequeño soldado con lanzallamas para volar por los aires a un panzer. Esa escena concreta ya forma parte de mi imaginario particular dedicado a las veces que en toda mi vida he exclamado ante un videojuego: «esto no se podrá superar nunca». Ya ven, hay que ser gilipollas.

Close Combat V: battle for normandy no es necesariamente el mejor título de la serie (creo que CC2 tiene ese honor) pero sí es la culminación de una idea. Todos y cada uno de los parámetros que podemos incluir en una simulación están presentes, incluyendo edificios con varias plantas que sirven: de parapetos mientras caen chuzos de punta, de posición emboscada, de puesto de observación, de francotirador. En CC5 el alcance efectivo viene determinado por la visibilidad y el arma que portemos, por ello la utilización del terreno es tan importante.

La península de Cotentin fue el escenario donde se desplegaron la 82 y la 101 divisiones aerotransportadas, junto con los planeadores y la 4 de infantería. Eclipsado por el desembarco en Omaha Beach, las operaciones en Utah Beach y la conquista de Cotentin son sin embargo un escenario magnifico que integra operaciones de todas y cada una de las ramas del ejercito. En CC5 tenemos la posibilidad de desplegarnos sobe una enorme variedad de terreno: campos inundados, secos, playas, pueblos, ciudades, dirigiendo unidades paracaidistas, de infantería, blindados, con apoyo aéreo, artillera naval y terrestre. Los detalles de los mapas son escasos, apenas hay muchas referencias, exceptuando la lucha en ciudades, donde las casa aportan algo de variedad a un paisaje marcado por los campos, los setos y las carreteras.

En cada batalla contaremos con 3 pelotones, cada uno configurable al gusto del jugador, pero siempre ateniendo a dos reglas claras: veracidad histórica y avance de nuestras tropas sobre el terreno (posibilidad de obtener refuerzos si movemos nuestras tropas con inteligencia) La combinación de diferentes tipos de unidades es lo que nos permitirá llevar a cabo correctamente diferentes movimientos y tácticas. Los de la 101 no van a tener tanques ni excesivas unidades, con lo que el máximo poder de fuego lo van a concentrar los morteros de 60 y las ametralladoras, pero no conviene darse muchas alegrías al disparar puesto que la municion se agota. Esta novedad (en anteriores entregas no era posible cambiar nuestras unidades antes de entrar en batalla) nos permite plantear aproximaciones diferentes para un mismo escenario. En campos inundados, los cañones no servirán de mucho pues su movilidad será nula, en pueblos y ciudades, los bazookas pueden convertirse en un arma mortífera contra las unidades blindadas si logramos parapetarlos bien. Aunque, a decir verdad, la gran mayoría de las ocasiones tendremos que apañarnos con lo que tengamos a mano, sobretodo en las operaciones de las tropas aerotransportadas.

Podemos alterar la exactitud histórica para retocar numerosos parámetros, desde la experiencia en general de las tropas, las reglas para dar una batalla por ganada o perdida, limite de tiempo,etc… El juego basa su estructura de gano/pierdo en la conquista de puntos del mapa. Esto es muy importante en el desarrollo de las operaciones. Imaginemos por un momento que conquistamos todo el mapa menos un cruce de carreteras, pues bien, no avanzaremos hasta que ese cruce caiga en nuestras manos, pero lo peor es que le estaremos dando al enemigo un punto de entrada para el contraataque. Pensemos que es posible acabar ganando un mapa aunque solo te quede un soldado en pie siempre que tengas mas objetivos conquistados que el enemigo. Por regla general, el limite de tiempo (30 minutos) no es realista ya que te puede librar de perder una batalla.

Las unidades pueden alcanzar ciertos estados psicológicos que afectan a su capacidad de combate. Estando rodeados y siendo tropas veteranas es probable que aguanten mucho más las embestidas del enemigo que si son tropas novatas. Asaltos a posiciones bien defendidas por el enemigo no son imposibles, pero si que notareis como tras caer los primeros 2 o 3 soldados, el resto tienden a tirarse cuerpo a tierra, retroceder o buscar parapeto, con lo que acaban desperdigados y siendo blancos fáciles. No hay dos partidas iguales, principalmente porque un pequeño factor puede alterar el curso de los acontecimientos (un mortero haciendo huir a un grupo de soldados puede joderte un ataque, debilitarte una posición). La inclusión de factores psicológicos en este juego lo dota de una característica única en el género: los soldados se ven afectados por TODO lo que sucede en el campo de batalla. Esto vale también para la IA, que se rendirá en función de su veteranía, entrenamiento y situación durante el transcurso del combate. Lamentablemente, los soldados enemigos no acostumbran a exigirnos mucho, puesto que no son agresivos y casi siempre se limitarán a posiciones defensivas o a avanzar si las cosas les son muy favorables. En cierto sentido, las tropas alemanas basan su superioridad en el uso de tanques, una vez fuera de combate, ni siquiera tratarán de ser creativos y utilizar maniobras de flanqueo, se quedarán parapetados esperando a que les ataques.

La vista cenital convierte a CC55 en un Sensible Soccer jugado con guadañas en vez de espinilleras. Los pequeñísimos soldados son carbonizados, desmembrados y caen abatidos con grandes aspavientos y teatralidad, los vemos tal cual vemos a las hormigas, somos dioses de la guerra contemplando una orgía de sangre. Porque en CC5 los cadáveres aparecen cubiertos de sangre, los soldados gritan al caer, los sonidos de las armas son inconfundibles (una MG42 puede sonar a un concierto de ventosidades, pero un sudor frió te entrará cuando te des cuenta de que tus tropas van al matadero).

Contrariamente a los RTS basados en la recolección de recursos, CC5 nos enseña que las unidades son muy valiosas y que si alguna cae no esperes que llegue otra y luego otra y otra, los recursos son finitos y los movimientos deben ser mesurados, de hecho es un juego de tácticas militar a pequeña escala en los momentos de combate y de estrategia militar cuando movemos tropas sobre el mapa general. En cierto modo es, al igual que Shogun Total War, un juego a dos niveles. La estrategia (qué hacer) puede dar lugar a varias tácticas (cómo hacer)

En este caso la estrategia es la siguiente: impedir que las tropas alemanas de la península de Cotentin puedan reforzar a las tropas que contienen los ataques en Omaha, Gold , Juno y Sword, y evitar un ataque por la retaguardia. Dicho esto, tan sólo queda procurar no tener los flancos al descubierto, lo cual también vale para cuando sales de fiesta y bebes más de la cuenta.