REALITY BITES
Hay cierta obsesión con el acercamiento de los videojuegos hacia la realidad, pero en mi opinión se trata de un destino equivocado que curiosamente partió de un enfoque acertado.
Los que jugamos videojuegos hemos salvado el universo una media de 73 veces cada uno. Cierto es que ni siquiera se trataba siempre del mismo universo, pero eso no le resta mérito (o demérito) a nuestras acciones.
En general, los que jugamos videojuegos nos gusta vivir una vida paralela durante unas horas que nos transporten bien lejos de la máquina de café, los corrillos de empresa, las traiciones de escalera, la crueldad de la guerra, los tertulianos radiofónicos, las hórrida programación televisiva… para acercarnos a un mundo en el que en general «hay un problema» y nosotros fíjate por dónde «somos la jodida solución».
Y nos encanta. Así que con el afán de soñar otras vidas y tomar parte en la acción (en vez de quedarnos cruzados de brazos ante las injusticias del mundo) aunque sólo sea de manera virtual. Vivimos otras vidas en principio más emocionantes que la nuestra.
Así que el acercamiento gráfico de los videojuegos a la realidad, bienvenido sea como vehículo para entrar en situación, pero por favor, cualquier parecido con la realidad que se quede en casa de los desarrolladores…
En el GTA has de ir a un Gimnasio para ponerte más cachas. En Farenheit haces la cama, la colada, te afeitas y te preparas un café. En Fable te puedes peinar a lo afro. En Boiling Point te vuelves alcohólico a la mínima que se tuerce la cosa. En Oblivion corres y saltas más a medida que más entrenas. En Operation Flashpoint te tiembla el pulso si estás fatigado. En muchos juegos has de dormir e incluso comer para poder retomar fuerzas. En DRIV3R las farolas te frenan y en The Getaway un bordillo mal cogido puede hacer que se te reviente una rueda del coche. En Metal Gear Solid tienes que cazar tu propia comida y preocuparte de que no se te pudra. Y también tienes que ponerte vendas en las heridas.
Pues me van a perdonar pero eso es un jodido coñazo.
Cierto es que tiene que haber sitio para la Simulación, pero Zapatero a tus Zapatos, hay sitios dónde la simulación está de más. Y quedarse a medias en éste terrenos se me antoja como un error garrafal
“¿Sabías que al final Jack Bauer no salvó al mundo porque como no había ido al taller a rellenar el cárter se le gripó la trócola en el último momento?”
Suena absurdo. Lo sé. Si somos héroes, somos héroes y los héroes no llevan el coche al taller por la misma razón que a Jack Bauer no se le acabará jamás la batería del móvil.
El acercamiento a la realidad para distorsionarla en beneficio del jugador y que así éste pueda vivir emocionantes historias es un buen planteamiento pero que Indiana Jones se quede sin salvar a la chica porque ha ingerido carne de rata podrida y tiene que ir a hacer popó es otra muy distinta. (A no ser que un día alguien invente una manera de ir al servicio que en si mismo resulte un minijuego divertido. Y ni aún así, porque la primera vez tendrá gracia y tras diez horas acabarás hasta las pelotas y el héroe morirá víctima de un tapón intestinal.)
Kratos de God of War no hace caca porque está muy ocupado repartiendo ostias como panes entre el personal y es que la realidad puede tener su gracia y aportar sus necesarias dosis de ambientación si viene enlatada en pequeñas porciones…pero por lo general la realidad apesta y no queremos acabar jugando precisamente a aquello de lo que andamos huyendo.
Nos ha jodido.