ANALIS DIS: BATTLEFIELD BAD COMPANY (Xbox360)

Primero, refresquen la memoria acerca de lo que se dijo en GA sobre la beta multijugador hace ya eones o algo.

Resulta del todo fascinante la evolución que los videojugadores han ido teniendo de la percepción sobre los títulos exclusivamente multijugador. Podemos decir que han pasado de ser poco más que aberraciones a ser parte fundamental de la cultura del videojuego. No hay titulo que se precie que no pueda tener un apartado multijugador, lo que ha acabado por provocar que la experiencia single player sea un estigma y que , en no pocas ocasiones, un juego haya sufrido numerosas críticas por no poseer (o en caso de tenerlo, ser mediocre) un apartado multijugador. Sin embargo, la experiencia singleplayer sigue siendo la razón de ser de los videojuegos y nadie en su sano juicio diria que un Mario o un Resident Evil son malos juegos por no ser multiplayer.

Recuerdo la salida de Quake3 y Unreal Tournament como poco más que el advenimiento del Anticristo, sobretodo en nuestro país, donde las infames lineas de conexión mermaban el potencial de estos juegos. Que se pasara de jugar solo a tenerlo que hacer por obligación contra gente a las que no verías en tu vida era una revolución en si misma a la que, por supuesto, luego se apuntaron todos visto el éxito allende de nuestras fronteras.

Con el tiempo, la generalización del ADSL y el descubrimiento de la enorme parte del pastel que había por repartir, han provocado que existan multitud de títulos con apartado multi o directamente enfocados al mismo, caso de los MMORPG. La simpleza aparente de Quake3 y sus frenéticas persecuciones y desmembramiento varios, han ido dando paso a cada vez más complejas formas de organizar la matanza, se han añadido objetivos, clases de personajes, vehículos, armas personalizadas,etc…, lo que bien podría ser el motivo por el cual ahora los títulos multi necesitan de una campaña single player para que no los machaquen a críticas.

Battlefield bad company tiene el mayor y más largo y mas divertido tutorial que he jugado nunca. El juego single es fácil, muy fácil, y es que el objetivo es que aprendas cómo funciona todo el tinglado. El humor es pieza clave de toda la función y resultan memorables todas las escenas de transición, por diálogo, por puesta en escena y porque encajan muy bien con todo lo que nos están contando.

La trama va de unos tíos enrolados en la compañía con más mala fama de todo el ejercito, una especie de apestados que se encargan de hacer el trabajo de mierda que los demás no quieren hacer, y no me refiero a limpiar letrinas, sino a afrontar misiones prácticamente suicidas. A pesar de que gozamos de cierta libertad para elegir el camino que nos lleve al objetivo propuesto, la propia naturaleza del juego en realidad nos tienta con el camino más corto pero más burro. Para qué rodear toda una montaña en jeep ,esquivando los puestos de avanzada, cuando podemos estrellar un camión de 10 toneladas contra un nido de ametralladoras y saltar a tierra repartiendo granadas como si fuéramos los Reyes Magos en una cabalgata.

Las películas “Los violentos de Kelly” y “Tres reyes” son dos ejemplos de cómo funciona esto de las deserciones y la búsqueda de la recompensa más allá del honor y demás zarandajas militares. Que Clint Eastwood y compañía prefieran un lingote de oro nazi a una medalla colgando de la solapa resulta extravagante en un contexto como el de la 2gm (ya saben la última guerra romántica, donde todo el mundo sabía que luchaba contra los malos), pero en “Tres reyes” nos asombra menos, porque ni siquiera los soldados saben qué coño están haciendo allí. La diferencia radica en que los de Eastwood odiaban a los nazis, y los de Clooney no pueden odiar a un enemigo que ni siquiera conocen. En este juego formamos parte de un pelotón nada convencional y luchamos en una guerra nada convencional, donde al final se descubre que para lo que paga el tío Sam bien podemos intentar sacar tajada del marrón en el que estamos metido.

Saquear, lo que se dice saquear, se ha hecho en todas las guerras, lo que pasa es que en el caso de tener a mercenarios en tus filas ya se da por supuesto que se van a llevar hasta las pulgas del perro. Fíjense si la cosa estaba plenamente establecida antaño, que hasta tenían lista de preferencia a la hora de repartirse el botín. El pillaje forma parte intrínseca de la guerra, qué más da robarle las posesiones a un muerto si al fin y al cabo ya le hemos arrebatado la vida al lado de eso, arrancarle los dientes de oro es un acto de caridad cristiana, no sea que no entre en el reino de los cielos por avaricioso.

Battlefield: Bad company (BBC) hace del pillaje su modus operandi, pero como resulta que primero hay que derrotar al enemigo y luego robarle, la cosa se acaba convirtiendo en un juego sobre el asedio y lo mucho que podemos llegar a defender nuestras posesiones, dando la vida por ello si hace falta. La mecánica del juego se basa en la conquista de los cofres de oro del contrario, el avance por objetivos consiste, por tanto, en hace recular tanto al enemigo que al final tenga la cabeza metida en el culo lo que, en cierto modo, no es mas que un juego de estirar la cuerda.

La destrucción del escenario (que vale, que las casas no se hunden hasta los cimientos) proporciona momentos de goce inimaginables para otros juegos también pretendidamente realistas. Entrar hasta el salón de una casa con un tanque y sin llamar antes al timbre es una experiencia orgásmica, sólo superada por el pepinazo subsiguiente que se lleva el tanque por parte de un bazoka. Así que, la foto final es que tenemos un tanque en llamas echando humo dentro de una casa sin paredes, me disculparán el atrevimiento si digo que no hay titulo multi que supere eso ahora mismo, sean de la temática que sean.

Las armas desbloqueables en función de nuestros méritos en el campo de batalla (bueno y de nuestra cuenta de mspoints), le dan un soplo de aire fresco a nuestras correrías por el campo de batalla, ya que podemos experimentar y elegir nuestra combinación favorita para salir a hacer el cafre, que es de lo que trata. Lejos de otros juegos donde lo que está en juego es la humanidad, la paz mundial y toda esa mierda políticamente correcta que tanto vende, en BBC lo que tienes enfrente es una competición entre soldados que acaban convertidos en mercenarios, aquí dejamos la piel por nuestra propia avaricia no por la de un charlatán cualquiera de 4 estrellas. El rival no lo es por cuestiones ideológicas, porque haya violado a todas las mujeres de tu país o tenga entre ceja y ceja el genocidio de tu pueblo, lo es porque quiere lo mismo que tu: ser rico.

BBC es la cruda representación de un campo de batalla extremadamente realista, con vehículos ardiendo, minas y morteros dejando huella en el terreno, arboles derribados, ladrillos saltando por los aires, mezclada y agitada con unos objetivos muy, pero que muy terrenales: la codicia.

La diferencia entre Battlefield 2 y BBC no radica sólo en el desplazamiento del componente ideológico como motor de la acción sino, evidentemente, en el esfuerzo realizado en el apartado técnico para transportar al jugador a un entorno bélico acorde con lo que la saga ha ofrecido durante tanto tiempo: tanques, jeeps, helicópteros, morteros, disparos, explosiones, todo al mismo tiempo y con un sonido impresionante, pero incluso en sus momentos de pausa (en un respawn, en un intento de sorprender al enemigo por detrás), el sonido que nos acompaña es precisamente el de las explosiones a lo lejos y el jadeo provocado por el cansancio que provoca en nuestro personaje el peso del equipo que lleva a cuestas. Y es que, aunque momentos de tensión los hay a patadas en este juego, lo que mas valoro son esos espacio de calma antes de que se desate el infierno, momentos de correr asfixiado rodeando un pueblo para evitar a los francotiradores, de ver como un blindado enemigo y las minas del camino revientan al tanque que le daba apoyo a nuestros compañeros y de repente, verte sólo detrás de las lineas enemigas rezando para que el fuego amigo de la artillería no reviente tu precario parapeto, mientras decides si entrar corriendo en esa casa o quedarte quieto, muy quieto.