ACERCA DE LA GDC Y LA ESPERANZA
BFL (o lo que es lo mismo, Big Fuckin’ Lamelo) tiene algo que decir sobre las conferencias recientemente celebradas en la pasada Gueims Developer Conference
Bravo Warren, ese es el espíritu. Ya está bien de juegos equivalentes a películas de acción comerciales de Hollywood, es necesario que haya una a puesta por la narrativa y por otros aspectos apenas explorados en este medio. Hay que apostar por la creatividad y dejar de lado la gilipollez y conservadurismo que impregna cada nuevo título de las grandes editoras, hay que apostar por el jugador inteligente en detrimento del unicejo, hay que aprovechar las muchísimas posibilidades que ofrecen los videojuegos que aún no han sido explotados. Una lástima que el gran Warren también haya caído en lo mismo cuando ideó el Deus Ex 2, pero hay que tener fe y esperar que en su nuevo estudio, Junction Point (el nombre de un proyecto suyo de mediados de los 90), rodeado de algunos ex miembros de Looking Glass e Ion Storm Austin, logre volver a sorprendernos a todos y lance al mercado un juego que esté a la altura de lo que todos esperamos de él.
Somos pocos, cobardes y algunos nos estamos quedando calvos de tanto esperar un cambio en el estúpido camino que han tomado los videojuegos en los últimos años, pero tenemos muy mala ostia y estamos dispuestos a denunciarlo un día sí y otro…. no. Para no hacernos cansinos. Lean el artículo y comenten…
Tranquilícense y no teman. El mundo del videojuego en estos momentos simplemente está pasando por un período de barbecho NECESARIO. Todo volverá a florecer hermoso y florido tras esta época de sequía en cuanto a calidat, omayá
El videojuego en general debe demostrar varias cosas gracias a este período que atraviesa, que aunque no malo del todo, conoció mejores épocas. Debe demostrar que es un mundo lo suficientemente FLEXIBLE como para ser ACCESIBLE a todo el mundo. Y eso implica que debe implicar a cualquier tipo de persona y que esta sea atraída a este mundillo, y de eso se encargan las consolas. Esas dos cualidades (mayúsculas) son de vital importancia para el futuro de la industria.
Llamar de manera despectiva unicejo al jugador casual o a lo casual, se me antoja de una borreguismo partidista antológico. ¿No tiene derecho a disfrutar del mundillo este tipo de jugador?, ¿qué hacemos con ellos, estarían mejor en la hoguera?, ¿los metemos en algún campo de concentración de lo casual?. ¿Apostar por el jugador inteligente?, más bien demandaría más inteligencia y atrevimiento en los desarrolladores y la industria, más interesada en ganar dinero que en desarrollar juegos con el cuidado, tiempo, mimo y cariño con el que se parieron los Deus Ex, System Shocks, Thiefs, y etc. etc. terá chispóm…
Todos queremos ver parir una obra maestra a Spector. Decir lo contrario sería una completa estupidez. ¿En los 90′ a qué jugaba el casual señor Lamelo?, ¿Civilization, Fallout, Master of Orion, Loom, El Día del Tentáculo?. Pozi a eso, a esos. No arremeta contra el público casual tratándolos como borregos y piense en una industria que los está maleducando.
Menos samba y más trabayá!
Sí y no. Pero debe haber de todo. Y ahora mismo sólo hay de lo que no mola, de esas cosas accesibles que cansan enseguida. Por supuesto que yo no comparto su mensaje al 100% pero no está de más que alguien denuncie con mala ostia lo insípidos que resultan el 99% de los juegos, porque crea debate y el debate es bueno apra a salud. Y tú de casual tienes lo que yo te diga Antes había Tetris y Deus Ex. Y estaba bien. El problema es que ahora sólo hay tetris y de todo se cansa uno pasado un tiempo.
«desarrollar juegos con el cuidado, tiempo, mimo y cariño con el que se parieron los Deus Ex, System Shocks, Thiefs, y etc. etc. terá chispóm…»
Ahí has dado en la clave. Mimo y cariño. Ese es otro de los grandes problemas. AHora todo se hace corriendo y deprisa y es jodido enontra un juego «no bien llevado a cabo» si no BIEN PENSADO. Es hora de que rejuegues el System Shock 2 con los últimos parches. Yo te lo paso si quieres. Es, sencillamente, otro rollo. Y es una pena que no haya más de «eso» en el mercado.