VEAN A BILL GATES PERDER MISERABLEMENTE AL AJEDREZ
Bueno no pasa nada tampoco, quizás lo suyo no sea jugar al ajedrez. El hombre más rico del mundo, con todo el poder a sus espaldas y su cerebro privilegiado hasta límites insospechados, cuyo coeficiente podría hacer palidecer al más pintado, no puede hacer nada ante otro contrincante mucho más preparado que él. Un maestro del ajedrez noruego de movimientos ciertamente eléctricos… como si supiera perfectamente que hacer antes de mover su pieza. Vean la cara de perder que pone al final, un poema. No se puede tener todo en esta vida, no se puede ganar siempre. Ni el tito Bill.
Para aquellos versados en el mundillo ajedrecístico, noble arte que desgraciadamente pocas veces tocamos en esta santa casa, ¿qué ha hecho mal Bill?.