CANDY CRACK SAGA
Hace poco saltaba la noticia de que Kings.com Limited, creadores del exitoso y MUY rentable Candy Crush Saga conseguía registrar la palabra “Candy” en la oficina de Trademarks americana para su uso en juegos y ropa. Es decir, a partir de ahora sería posible encontrarnos con “CandyTm” en nuestros calzoncillos. Y a raíz de este éxito los desarrolladores de aplicaciones cuyo título incluya la fatídica palabra han empezado a cartas por parte de Apple pidiéndoles que eliminen dichas aplicaciones de la App Store o que demuestren que no infringen el Trademark de King.com. Por supuesto esta empresa no se mostró tan escrupulosa con el trabajo ajeno cuando al no llegar a un acuerdo con ciertos desarrolladores que estaban trabajando en una especie de Pac-man sin paredes contrató un par de programadores con la orden expresa de replicar dicho proyecto y adelantarse a su lanzamiento.
Siempre me pregunté que pasaba si ibas a una distribuidora a presentar una idea para un videojuego te decían que no y luego la utilizaban. En este caso quienes dijeron que no fueron los desarrolladores, y el distribuidor despechado consumó el plagio.
Asistimos una vez al uso abusivo de las leyes que protegen los derechos de propiedad intelectual. Sorprende que una oficina de registro de marcas acepte la inscripción de palabras de uso tan común como “Candy”. Un caso parecido fue el que enfrentó a Bethesda y Mojang por el uso de la palabra Scrolls.
Entiendo perfectamente la necesidad de que las compañías protejan sus marcas para evitar suplantaciones, controlar su imagen y que sus clientes no sean engañados, pero no deberían hacerlo, no deberían poder hacerlo, a base de mutilar el diccionario. Es como si las compañías farmacéuticas en lugar de patentar un compuesto patentaran sus ingredientes.
Si he escogido las farmacéuticas para poner el ejemplo es porque es en ellas donde surgen mas dudas sobre si las leyes de propiedad intelectual con la que nos hemos dotado son las idóneas o no. Las patentes se crearon como una forma de garantizar que la inversión en investigación fuera rentable y que por tanto se fomentase la misma y por ende el progreso. El problema aparece cuando la protección que ofrecen estas leyes choca con el bien común inmediato, y por supuesto con los intereses económicos, como bien ha señalado un directivo de Bayer recientemente.
Y si bien este tema podría proporcionarnos horas y horas de poco fructífero debate, en el que todo el mundo defendería lo que considerara justo, que en el 99% de los casos coincidiría con lo que le beneficiase, el caso no es el mismo que el que nos ocupa. Porque en este caso lo que trata de hacer King.com no es defender su marca, si no acosar al resto de desarrolladores, utilizar las leyes de protección intelectual no como forma de fomentar el progreso, sino para impedirlo. Lo mismo que sucede en la guerra de patentes entre Google / Apple / Samsung donde se registran cosas absurdas, se manipulan fotos y lo que haga falta con tal de limitar la competencia en lugar de tratar de buscar una forma de diferenciarse que no sea fácilmente imitable con solo cambiar el color de 4 iconos.
Recientemente gracias al podcast de Fase Bonus me enteré de que Nintendo adquirió en su día los derechos sobre DarkSeed, no con el deseo de que fuera portado para sus sistemas, algo que sería sorprendente dada la naturaleza del título y las políticas sobre temas tabú que caracterizan a Nintendo, sino para que no saliera en las máquinas de Sega, seguramente en el MegaCD. Y así los consoleros se quedaron sin poder “disfrutar” de una aventura gráfica única en su género.
Otro caso de lucha por un nombre se está dando ahora mismo en el crowdfunding del Heroquest 25 aniversario, que la empresa española de miniaturas llamada GameZone está intentado llevar a cabo. A pesar de tener registrado el nombre de Heroquest en España para uso en juegos de tablero (Al parecer esto de las marcas tiene delimitación geográfica y temática) muchos consideran que no puede llevarlo a cabo por carecer del Copyright sobre el propio juego, es decir su trasfondo y reglas, aunque éstas vayan a ser cambiadas con respecto a las originales.
25 años han pasado, y si GameZone lo consigue a Deus Ex pongo por testigo que encontraré a alguien con quien jugarlo.
No soy abogado y no sé quién tiene la razón legal, pero me repugna que leyes cuyo principio es la de fomentar el progreso se utilicen para impedir el mismo, aunque sea en algo tan “trivial” como el entretenimiento. Creo que existe la figura del Fraude de Ley que consiste precisamente en aprovecharse de la misma para contravenir su espíritu. ¿Es lícito que unas leyes con las que nos hemos dotado impidan renacer una franquicia que lleva 25 años abandonada comercialmente sólo porque la maraña de derechos sobre nombres, marcas, escenografía y sistema de juego haya formado un nudo gordiano imposible de desatar? Los nudos gordianos se resuelven a base de espada como demostró Alejandro Magno, y eso es básicamente lo que ha hecho GameZone en una jugada que le puede salir muy bien o muy mal, arrastrando con ellos a sus bakers, incluido yo mismo.
En fin, poco mas que añadir me queda, excepto que si sois jugadores de productos (me niego a llamarles juegos) de King.com, del cual he visto recientemente anuncios por televisión en prime-time espero, que dejéis de hacerlo ipso-facto. Además redundará en vuestro beneficio por como dijo acertadamente Mr Pink por Twitter, estas aplicaciones son las máquinas tragaperras modernas.
Si te ofrecen droga simplemente di no.