ANALIS-DIS: LOS SIMPSONS (Wii)
Los Simpsons: el videojuego, tiene como eje central una premisa interesante: los personajes saben que forman parte de un videojuego y son conscientes de sus poderes. Esto nos plantea una pregunta: si el personaje sabe la verdad de todo el cotarro (que no es mas que una marioneta), qué le queda al jugador por hacer: pues dejarse llevar por los delirios de sus protagonistas, en una orgía de golpetazos, volteretas, eructos y desafío a las leyes de la física, que ríete tu de Neo, Matrix, las gachas unicelulares, Morfeo, Trinity, las pastillas de colores y el Arquitecto. Y aquí esta el quid de la cuestión, ergo, vamos a ello.
Que los personajes sepan que son parte de un mundo ficticio no es una novedad, ahora bien, que en vez de que eso les provoque reflexiones metafísicas, calentamientos de cráneo y crisis de ansiedad, lo que tengamos sea un despiporre donde quien golpea primero golpea dos veces, y tirar arena a los ojos del contrario es algo tan noble como la patada a la entrepierna, nos lleva a la primera y brillante conclusión: los superpoderes son super y son poderes precisamente porque tu los tienes y tú vecino no. Ergo, seamos realistas, por eso no hay episodio del juego en el que los Simpsons no utilicen sus poderes en beneficio propio. Incluso cuando han de enfrentarse a Will Wright (creador de Sim Sandwich) lo hacen por salvar a sus antiguos yoes de 8 bits, que al fin y al cabo también tienen sus sentimientos aunque se les vean los píxeles y no tengan aceleración 3d.
Quien más, quien menos recordará el Bart vs The Space Mutants, un delirio infumable que buscaba la risa cómplice del jugador pero que le ponía multitud de trabas para, precisamente, disfrutar del juego. Pues bien, lo mismo podría decirse de esta nueva entrega.
Los Simpsons contiene tantas referencias a los videojuegos que lo considero una verdadera enciclopedia del medio y, por qué no decirlo, de la cultura pop de los últimos 15 años. Los Simpsons se ríen de todo y de todos, se permiten el lujo de carcajearse de los tópicos que pueblan la gran mayoría de títulos, Lamentablemente, caen en su propia trampa, y es que atesoran el peor cliché videojueguil que puede sufrir un plataformas: una cámara insufrible. Como si retrocediéramos 10 años, parece que no hayan aprendido nada de posicionamiento de cámaras en los juegos, nunca está donde debe y contribuye a que muramos una y otra vez. Y así llegamos a la segunda conclusión: ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio.
A nivel jugable, los Simpsons han de disfrutarse del mismo modo que lo haría un gafapasta con un Dvd interactivo de Bjork: pasando del coñazo que estamos viendo y centrándonos en las sutiles y no tan sutiles referencias, homenajes, guiños pop y demás cosas que, cuando las captamos, nos hacen sentir cojonudos. Y si no prueben a jugar y, en la fase que justifica por si sola la existencia de este juego, descubrir un gran BFG pintado en letras sangrientas, les aseguro que eso casi me hace llorar, pero entiendo que ustedes sean incapaces de sentir esa emoción y hagan con el juego lo que yo hubiera hecho si no fuera por mi debilidad por estos seres amarillos: mandarlo a la mierda.
En cierto sentido le pasa lo mismo que a la película: ¿es buena o queremos hacerla buena? Le damos una segunda y tercera oportunidad aun siendo conscientes de que nos ha decepcionado, y quizás eso debería de servir de advertencia a los creadores de la serie y del juego, y por supuesto también debería servirnos para replantearnos hasta que punto podemos ser capaces de mirar a la cara a quien tan buenos ratos nos ha hecho pasar y decirle que empieza a resultar cansino.
Para que les quede claro. Una fase transcurre en el interior de una cadena de montaje donde hacen los videojuegos como si fueran churros (EA tenía que ser). Los Simpsons le pegan una patada en los mismísimos a todas las franquicias con más de 4 números en su haber y de paso al departamento de márketing de todas las compañías, por ser el que más gasta y el que más decepciona. Lo que no deja de ser curioso, teniendo en cuenta que esos mismos defectos los tiene el juego al que estamos jugando. Díganme si no manda huevos.
Da miedo pensar la obra maestra que podría haber surgido si en vez de seguir siendo autocomplacientes les hubiera dado por jugar y no por reírse de los chistes. O lo que es lo mismo: deja de contratar guionistas y contrata programadores.
La dificultad es irrisoria, y de hecho lo más complicado va a ser siempre posicionar la cámara manualmente para no fallecer en las fases de plataformas. El modo cooperativo en pantalla partida ( a estas alturas no vamos a pensar que la Wii tiene online, ¿no? ) es una experiencia más entretenida que la de single player, por así decirlo: es una pena que un chiste bueno sólo lo oiga una persona, si sois dos, mejor que mejor. Eso sí, mas vale que tu compañero tenga la misma paciencia que tu o posiblemente se hartará cuando muera por trigésimo novena vez en el mismo punto, o cuando se de cuenta de que se pasa la mitad del tiempo mirando las musarañas mientras el jugador 1 salta, abre puertas, activa botones, acciona palancas, etc…, de hecho el único momento en el que el jugador 2 se sentirá útil es cuando maneje a Lisa y su poder de Buda.
Conclusionando: las referencias a los videojuegos, el propio universo Simpsons, el espectacular doblaje y las escenas cinemáticas son el punto fuerte del juego y de hecho lo único que incita a seguir jugando, que sea poco o mucho para la gente es algo que deben decidir ustedes, yo ya aviso que como juego es mediocre, pero como experiencia ya es otra cosa.
7 ajares y sigan circulando.
P.D: El arcade de los Simpsons sigue siendo el mejor videojuego inspirado en la serie de animación que ha parido nadie.
El Hit & Run me gustó…
Este tengo que verlo… pero parece corto y peor…
Al menos mejor que la pelicula será :dance:
Es cierto, el Hit & Run molaba.
La peli es mala de cojones.