Lo Ajare en el cine: MANBORG
Hay que ver; qué gustirrinín da Far Cry: Blood Dragon desde el primer segundo. Con su logo de Ubisoft en plan VHS, y esos sintetizadores, y esos neones. Las referencias de FC: BD son muchas y muy buenas, y van desde lo evidente (Terminator, Aliens) hasta guiños que sólo captaran los que se criaron con la Cannon o vivieron en un videoclub. Pero existe una obra previa con su mismo espíritu, y que además de inspirar el juego supo ir mucho más lejos en su homenaje a lo mejor de los 80. Pero antes de nada, contemplad esta maravilla:
MANBORG. Lo mejor que ha salido de Canadá desde Ellen Page. Una película que homenajea no ya a Robocop o Blade Runner, sino a sus exploitations más chungas. La obra de Steve Kostanski, un chaval canadiense que junto a otros cinco amigos forma Astron-6, un grupo de cineastas/actores/maquilladores/feriantes con aspiraciones tan altas como bajo su presupuesto. Tratad de recordar vuestras visitas a un videoclub en los 80 y 90. Coged las películas con las carátulas más bizarras. Metedlas todas en un juego de Mega-CD y volcadlo en un VHS machacado de reposiciones del Un, Dos, Tres. Ni así os acercaréis a lo que ofrece esta peli.
Asúmelo: Astron-6 molan más que tú o que yo
Viajamos al futuro. Un científico imprudente abre un portal al infierno, y la Tierra es invadida por los demonios nazis del Conde Draculon. En la guerra por la supervivencia de la Humanidad, un joven soldado ve cómo Draculon acaba con su hermano. El jovenzuelo es rescatado para ser convertido en MANBORG: mitad hombre, mitad ciborg. Pronto se unirá a un grupo de rebeldes (tres rebeldes y un enano) para cobrarse venganza.
Al igual que Far Cry: Blood Dragon, Manborg es homenaje, no parodia. Es verdad que ambas obras tienen el sentido del humor por bandera, pero no quieren mostrar superioridad ni ser condescendientes con el material en que se basan. Para conseguirlo buscan su propia (y cuidada) identidad, con guiones originales e ingeniosos. Sobre todo en el caso de la peli, claro…
Tato, Chicha y Clodoveo
Y es que lo mejor de Manborg es cómo toma lo mejor de la acción ochentera y lo pone al servicio de la peli. Ahí tenemos al aliado número uno de Manborg, que se llama… Número Uno. Un oriental experto en artes marciales y también el único actor doblado, con una voz de machorro y un acento forzado. ¡La voz del tío que dobla a Ryu en los últimos Street Fighter! O usar a un mismo actor para varios personajes. O frases lapidarias: cuando le preguntan a Manborg cómo se llama, primero se mira la mano izquierda, normal (“I am Man…) y luego la derecha, biónica (“…Borg!”).
Las comparaciones entre película y juego pueden ser injustas. Manborg carece de una banda sonora tan cojonuda como la de Power Glove para FC:BD; no tiene un Michael Biehn y, sobre todo, su presupuesto fue muy inferior. Pero precisamente por eso Manborg gana en autenticidad ochentera. Que sí, que el guión de Blood Dragon se escribió en una BBC micro, y los malos llevan hombreras y piezas de tostadoras. Pero Manborg no sólo homenajea al cine cutre de los 80 y 90: se rodó en las mismas condiciones, o peores.
Monstruos gigantes de plastilina en stop-motion no, que me enamoro
Manborg se rodó con apenas 1000 dólares. Dólares CANADIENSES. ¿El atrezzo? Muebles y cacharros de vertederos. ¿Los uniformes y el traje de Manborg? Piezas de juguetes, equipamiento deportivo de segunda mano y cosas del todo a cien. Los actores, que trabajaron gratis, se llevaban su propia comida al rodaje. Las cámaras se cogieron prestadas de un instituto. Ah y las localizaciones: todas en un garaje. Un puto garaje.
El rodaje duró un año, con dos años adicionales para la postproducción. El look de Manborg no es casual, y rinde homenaje al retrofuturismo ochentero y juegos clásicos con ambientación futurista, como Apocalypse o G-Police. Son esos escenarios nocturnos inconfundibles, con focos fijos de luz, edificios gigantescos, chimeneas de fuego… La peli deja ver el enorme curro que tiene detrás: desde planos CGI hasta monstruos en stop-motion; un montón de efectos digitales deliciosamente chanos y falsamente descuidados. Y todo esto lo ha hecho un jovenzuelo, en su casa, con el ordenador que usa para montar vídeos de boda.
En el futuro las perillas biónicas lo petan
Manborg se ha convertido en una obra de culto, y circula por los festivales más desinhibidos, además de ser la comidilla de foros y blogs. El talento de sus creadores ha sido reconocido casi de inmediato: Astron-6 es también responsable de Father’s Day, una de las últimas maravillas de la Troma y (casi) tan buena como Manborg. Y Kostanski, la mente pensante del proyecto, ha fichado por los departamentos técnicos y de maquillaje en producciones como Cazadores de Sombras, Pacific Rim o Defiance.
Películas como Eliminators, Robot Jox, Cyborg, Ángel de la Muerte o Guyver. Juegos como Apocalypse, Syndicate, G-Police, Wing Commander III. Coño, incluso los Scavengers de Bertín Osborne. Todo está en Manborg, la mejor hermana mayor posible para Blood Dragon (reconocida así por su director, Dean Evans). El binomio perfecto para rendir tributo a una época que sabe a Nocilla y huele a tebeo viejo.
Ay, qué bonito. Ay, qué biejos somos los ajares :/
No, Manborg: gracias A TI :__)