ANALIS-DIS: MEDAL OF HONOR WARFIGHTER
No me voy a calentar la cabeza: un melodrama de tarde de Antena 3 con ínfulas de Black Ops, tratando de buscar infructuosamente la empatía del jugador hacia unos monigotes huecos que van de un lado a otro del mundo pegando tiros en pos de un sentido del deber cuando menos obtuso, haciendo girar en torno a ello un festival de pirotecnia con pólvora mojada*. Sobre la duración de la campaña, los bugs, los scripts y las enervantes carencias, encorsetamientos y absurdeces argumentales mejor no entro; por lo menos en las fases de conducción se nota la buena mano de Black Box.
Como decía, cuando consiguiese sacarme el doctorado para entender el online, más. Solo que no. En el modo multijugador 380.000 clases, 567.243 armas, 889.300 personalizaciones y 1.194.500 colorines de tropocientas nacionalidades diferentes para no saber nunca qué y por qué se ha desbloqueado lo que se haya desbloqueado si es que se ha desbloqueado algo. Mapas más grandes, más bonitos, de corre-pasillos telegrafiados (salvo contadas excepciones), un grandioso online en el que tener todas las opciones para ignorarlas (esto me suena) y volver a la clase, la nacionalidad, el arma y las modificaciones, si es que se tiene la paciencia suficiente para desbloquearlas, con las que uno se sienta relativamente cómodo. Psé. Meh. Bah.
Medal of Honor era lo que Salvar al soldado Ryan al cine. El reboot se acercó a las aguas de Blackhawk Derribado y Greenzone. Warfighter… ¿un A todo gas 7?
Mientras TANQUES CON PATAS II lo peta en un ejercicio ejemplarizante de la primera Ley de Newton, EA sigue sin saber a dónde cojones quiere mandar sus shooters; ya van tres damnificados por el camino. Un 9. Compre, compre. Palabra de Dios. Solo que no y además tampoco. No es todo lo que puedo decir de la cosa, pero desde luego es todo lo que quiero decir. Esta tachuela cierra mi baúl de FPS por un buena temporada (solo Bioshock Infinite puede llegar a abrirlo momentáneamente). El analis-dis es una puta mierda fundamentalmente porque soy un vago y básicamente porque he acabado hasta los huevos de este pedazo de ñordo, hasta el punto de cogerle asco al género entero (gran logro por parte de EA, por cierto). Quiero creer en un ejercicio de aigolocis, lo que viene siendo sicología inversa, que este RAGE QUIT se debe al cariño que le tenía al reboot de 2010, que aunque salió cojito, era simple y diferente en la justa medida al resto de «grandes»; directamente, se han follado analmente ese breve legado, en un batiburrillo no solo malo sino mal hecho por las (malditas) prisas de siempre y (posiblemente) los (malditos) lumbreras de la corbata.
*Demasiado largo según mis estudios de marketing y mercadotecnia para ponerlo en la carátula, pero es que los arranques líricos me pueden. Bobines.