AJAREPEDIA: E de EUROLEAGUE
«European Championship 92» es una variante hecha por Elite de un videojuego de Tecmo que algunos recordaréis: «Tecmo World Cup Soccer 90». Sí, es tal como suena, un mismo videojuego vale para dos eventos deportivos. Estamos todavía a mucha distancia de la pornográfica proliferación de las ediciones del Fifa y del Pro. Lo que no ha variado es que el consumidor acaba comprando el mismo juego.
Unir un Mundial soporífero como fue el de Italia ’90 (sólo salvado porque en la selección alemana jugaba un tal Klinsmann) con la Eurocopa 1992, que es recordada porque ganó una Dinamarca que accedió al torneo mediante invitación para ocupar el lugar de Yugoslavia (país que en ese momento estaba ocupado estallando, literalmente, en mil pedazos), es algo digno de elogio. Aún más, si acabas haciendo un juego mucho más entretenido de ver y jugar que cualquier partido de las dos competiciones mencionadas.
Todo el mundo sabe que el fútbol es más divertido cuando no hay mediocampo y eso es justo lo que propone este juego. Si sumamos además un scroll lateral, un par de botones para ejecutar el repertorio de golpeo de balón de Julio Salinas y un balón más grande que la cabeza de Doraemon, lo que tenemos es un billete directo para un correcalles.
La curva de dificultad es lo más evidente y menos discreto que han visto mis ojos (y eso que hice una carrera de Letras). En los primeros partidos todos nuestros pases llegan a destino, podemos marcar gol desde media docena de posiciones. Pero llega un momento en el que dejan de funcionar todos los “trucos” que la CPU nos ha permitido hacer. Entonces aparecen otros, que sólo son descubiertos después de jugar mucho, lo que en una recreativa significa dejarse toda la pasta de la paga semanal o mirar por encima del hombro a quién esté jugando a tope para copiar sus tácticas.
Un bootleg, o modificación no oficial, del juego «Tecmo World Cup 90», proliferó con mucho éxito en los salones recreativos de toda España. Esta variante arcade se llamaba «Euroleague». A diferencia de los otros dos juegos mencionados, dejaba de lado los equipos nacionales y se centraba en clubes. Y madre mía qué selección de equipos: Barcelona, Real Madrid, Atlético de Madrid, Milán, Inter, Nápoles, PSV y Bayern de Munich. Es posible que no os chirríe demasiado la inclusión de estos ocho equipos, pero hay que entender que hace 22 años, ni el Atlético, ni el FCB, ni siquiera el Inter, eran clubes con prestigio europeo. La clave del asunto es que el origen de este bootleg parece ser italiano, lo que ya nos permite suponer que la elección de los equipos se hizo por afinidad geográfica. Así pues, tres equipos italianos, incluyendo el Milan pre-bicampeón de Europa, tres equipos españoles, un alemán y un holandés, siendo estos últimos el PSV campeón de Europa del 1988 y el Bayern finalista de la edición del 1987. Lo que más llama la atención es el Nápoles, pero claro, sabemos que está por Maradona, lo que da una idea de la verdadera dimensión del genio futbolístico que era.
Nunca ha quedado claro de dónde surgió esta modificación, ni en la placa PCB aparece un nombre o una pista que permita adivinar quién consideró que sería mucho mejor jugar con clubes que con selecciones. Al igual que las versiones oficiales (las ediciones del 90 y del 92), se trata de un juego directo, donde el jugador no pierde nunca el balón a pesar de ir dando pequeños toques en carrera. En las primeras rondas, el rival siempre llegará tarde al “tackle”, por lo que será posible hacernos un “Mark Lenders”, esto es: coger el balón en nuestra área, recorrer todo el campo esquivando rivales y chutar a puerta. Tenemos la opción de centrar al área rival desde la derecha, pero eso sería confiar en uno de nuestros compañeros y no está el horno para bollos.
Que los mismos movimientos funcionen casi siempre es debido a dos factores: que se programó así y que siempre atacamos en la misma dirección. Dado que la duración de los partidos era ajustable por el grasiento operario del salón recreativo/bar, podías encontrarte máquinas con la partida a 1:45 minutos, otras a 1:30 y las menos, a 1:15.
De los siete partidos necesarios para ganar el título, los tres últimos son los realmente desafiantes: primero porque los rivales empiezan a correr más, mucho más, lo que significa que debemos pasar la pelota entre nuestros jugadores con más frecuencia de la deseable, ergo, aumentan las posibilidades de error y pérdida. Y segundo, porque todas aquellas tretas que hemos ido explotando desde la primera partida empiezan a no funcionar. Así que volvemos de nuevo a la prueba y el error, verdadera razón de ser de las recreativas. Mientras que, «European Championship 92» es un juego que se finiquita en poco más de 15 minutos y que sólo vuelve a ser divertido si jugamos contra un oponente humano.
Que Euroleague, ente bootleg, fuera un éxito en España vuelve a poner sobre la mesa el eterno debate selección nacional versus clubes que sólo se da en nuestro devaluado país, ese crisol de culturas y nacionalidades donde el combinado nacional despierta las mismas pasiones que una portada de Interviú de Carmen de Mairena: no quieres mirar, pero miras.
Seamos sinceros, en cuanto España vuelva a cagarla, pasaremos de la selección. Lo único que puede unir este país es la muerte de Chiquito de la Calzada (Dios le de muchos años más de vida) o que encierren a Mou y Guardiola en la cúpula del trueno.
Semos asín, cainitas, saturnianos devoradores de hijos, envidiosos que se refugian en el mal de muchos. Si hasta los franceses fueron capaces de aplaudir a siete negros, a un moro y a un gitano como si fuesen gabachos de verdad, es decir, blancos.
Los españoles no podemos, pero no porque no queramos, sino porque nos gusta tocar los huevos. Si nos quieren imponer algo, hacemos lo contrario, así que la mejor manera de que traguemos es hacernos creer que ha sido idea nuestra o que hemos contribuido al éxito. De ahí la Roja, el ir de botellón a las plazas y el embaucar a los jóvenes para legitimar la unión imposible y contranatura de jugadores del barça y del Madrid bajo una misma bandera.
Si alguien quiere conseguir una máquina del juego, siempre puede contactar con algunas de las personas de la siguiente lista, ya que son poseedores de una. Si la conseguís, podéis consultar este pdf para saber qué pins modificar para variar las opciones del juego.