EXTRA EXTRA!

Imagino que cuando se pasó del video al DVD, lo de poner extras era la excusa perfecta para hacer volcados directos de una puñetera cinta de VHS a un formato que aún resultaba más barato para poder cobrar el triple así de manera directa y sin pasar por la casilla de salida.

Esto es, te comprabas «Rocky» recién salida en DVD y te encontrabas una peli en Stéreo 2.0, con una calidad de imagen lamentable (casi se podían ver las rayas de los «cabezales» en el visionado) pero eso sí, con fantásticos extras que para descojone del sector popular en ocasiones eran los siguientes:

* Filmografía del Director: La filmografía de Stallone es sencillamente deliciosa. Entre otras cosas porque incluye un pasado porno en el que enseñaba el ciruelín más de lo que le gustaría y «Staying Alive» la secuela de «Fiebre del Sábado Noche» con un Toni Manero más aceitoso y pasado de vueltas que nunca.

* Filmografía de los artistas: Interesantísimo .JPG que consta de una página de texto con las películas que ha hecho Stallone.

* Trailers Para poder disfrutar de tu compra es imprescindible que puedas ver varias veces el trailer de la película, claro que sí.

* Idiomas adicionales: Sueco, Ruso y Polaco. Subtítulos: Escandinavo, Frances, Suahili, Polonio, Wolframio y Saudí.

Es que no sé vosotros, pero he aquí la verdadera utilidad que nos trajo el DVD a los hogares de todo el mundo, lejos de ser una estrategia de las compañías de ahorrar una verdadera BARBARIDAD de pasta en un formato que requéría de una edición distinta para cada país del mundo con sus consecuentes costes pasando a unas pocas versiones para todo el mundo en un formato mucho más barato de fabricar y distribuir, la verdadera función del DVD vino como sustituto de la metadona en los tratamientos de rehabilitación del proyecto hombre: ya no era necesario someter a la gente a antiopiáceos: Un sólo visonado de Rocky en Polaco con subtítulos en Pakistaní era más que suficiente para que las gemelas Olsen y Lindsay Lohan juraran dejar el alcohol de por vida.

Pero lo mejor no fue eso, lo mejor eran las reediciones; tan sólo un año depués de haberte dejado la pasta en ese pedazo de edición «delux» salía otra mejorada que incluía la versión remasterizada de muchísima mejor calidad de imagen, de sonido y un DVD extra repleto de «adisional fiachurs» ésta vez algo más interesantes del estilo de:

*Comentarios del Director: Dos horas escuchando los balbuceos del bueno de «Sly» que, para qué negarlo son bastante interesantes pero aún así no me voy a parar a ver en mi puta vida.

*Trailers de cine y de televisión: Osea. No me jodas. En serio.

*Dolby. Certificación THX. Surround 5.1: Por fín las ostias suenan como deben.

*Making Off: 45 minutos de documental sobre cómo se sacó el proyecto adelante. Muy para fans.. pero indudablemente un reclamo.

Así que te vuelves a comprar la puta edición mientras tu mujer te mira con cara de «Coño, pedazo de friki de Rocky que está hecho mi marido, ni siquiera lo sabía» Y no, coño, no eres tan fan de Rocky, pero es indudable que las casas de distribución y marketing saben cómo tocarte la puta fibra sensible.

Y con 16 ediciones distintas de Star Wars, 6 de Blade Runner, 4 de Twin Peaks, chorropocientas de la cosa esa de los enanos y el anillo, llegamos al día de hoy y sigo picando como un imbécil.

«Cariño, ¿por qué has comprado la serie «Lassie» al completo en Blue Ray?
«Coño reina, mira la lista de Extras, ¡es la polla con cebolla! ¡Y además nos envían un perro!»

Y es que ha llegado un momento en que la lista de extras casi es más importante que el producto en si. Y eso es algo preocupante porque si miramos hacia atrás lo que vemos es que a fin de cuentas los extras sólo han cumplido un cometido: Metérnosla doblada… porque al final del día ¿Cuántos de nosotros disfrutamos de los extras? no se trata de crear aquí un axioma, hay veces que los extras son interesantes y no digo que no todos merezcan la pena… ¿pero debemos de valorar el producto toman en consideración los extras que incluye?

Lo mejor es que ahora directamente te ponene a la venta tres versiones de casi todo, con lo cual puedes elegir, pero amigos, para qué negarlo ser un puto geek friky de mierda tiene sus cosas malas y una de ellas es que solemos ser gente débil frente a una edición «Hypermegaremasterizada de la muerte con toallitas para limpiarte el culo con la cara del Jefe maestro. Y las compañías lo saben.

Aunque no es el momento de entablar una vez más el aburridisimo tema de la piratería, parece obvio que los extras son una herramienta para hacer frente a la misma ofreciendo un contenido analógico-tangible y no digital (figuritas, cartas, pósters, camisetas…). Curiosamente ahora un disco del idiota con buen corazón de Bisbal viene con un DVD de regalo con un concierto y un mechón de los pelos de su ojete, pero resulta vale lo mismo que el mismo CD «pelao» de hace dos años. Vaya, a alguien le estaban engañando como a un imbécil. Y quien dice Bisbal dice «Metallica».

Pero vayamos a nuestro terreno, el de los videojuegos

Ass asins Crid: Figurita al canto. Hombre, puede molar, pero dependiendo del precio como que paso.

Halo 3: Un casco que no te puedes poner (en serio… a quién coño se le ocurrió esa puta idea, ¡¡¡los cascos están para ponérselos!!!) Behind Scenes en los que veremos el desarrollo completo del juego, paso a paso.
Todas las cinemáticas de Halo y Halo 2 en alta resolución y con comentarios de los desarrolladores.
Contenidos de Red Vs. Blue y This Spartan Life. No me interesa una mierda nada de ello, y sin embargo, no puedo evitar la tentación pero al final consigo resistirme, pero más que nada para que en mi casa no me tiren la ropa y la maleta por la ventana, no porque no me apetezca tener el puto casco.

bioshock. La figura del Big Daddie lo siento, pero será mía algún día. El día que tenga pasta, pero tengo que tener una. Como sea.

Lo jodido es definir cuándo los extras vienen a suplir las deficiencias que el producto evidencia por otro lado, o cuando son un mero apoyo, al producto, si bien podríamos enunciar una norma:

«Cuando sólo sale al mercado ún único producto, sin otra edición más que la especial, con todos esos extras que ni quieres ni vas a tener tiempo de disfrutar en tu puta vida porque casi seguro que nunca vas a tener tiempo aunque te crees falsas esperanzas pesando que sí, es más que probeibol que el producto per se, así, a secas, por si solo sea una puta mierda como una casa»

Y aún así, independientemente de la calidad del producto, los extras son un pequeño caramelo que agrada a grandes y a chicos por igual, pero no nos dejemos despistar, seamos cautos y asegurémonos de que no estamos comprando las cosas solamente porque nos han colado unos extras que apoyan un producto relamente raquítico o pobre.

Imaginen un DVD extra con una pista de dos horas de Uwe Boll cagándose en todos los críticos que no opinan que la mierda esa de «House of the Dead» es un clásico básico del cine contemporáneo:

Como pueden ver no tengo arreglo ni criterio, yo definitivamente pagaría por tener eso en mi casa y lo peor es que los encargados de vendérmelo, lo saben.

Maldición.