LOGRO DESBLOQUEADO,1000 PUNTOS: SÉ POR QUÉ JUEGO
¿Alguna vez te has preguntado que tienen de especial los videojuegos? ¿por qué juegas?
Los últimos estudios apuntan a qué las áreas del cerebro que identifican la genialidad y la locura están tan próximas que llegan a solaparse. Aunque genialidad y locura se relacionan desde siempre, así que no coge a nadie de sorpresa. A lo que los estudios apuntan es a que, gran parte de lo que nos hace humanos, de nuestra capacidad de crear, se debe a una especie de constante Paranoia.
A nivel subconsciente, aunque tú no lo sepas, y se lo permitas o no, tu pensamiento dedica una gran cantidad de recursos a intentar adivinar que va a suceder. Es el deseo de control, es el miedo humano a lo que pueda pasar, que en cierto modo, otros animales no tienen. Tu caminas por la calle, pero una parte de tu mente va pensando… ”¿Y si un coche se dirigiese directo hacia mí? ¿saltaría a la derecha? ¿saltaría a la izquierda? ¿podría convertir al coche con la mente en un montón de cojines…?” Miles de posibilidades en cada milésima de segundo, cada vez más absurdas, como una gran búsqueda en una base de datos, que intentase conocer todas las posibilidades existentes entre todos los elementos en ella. ¿Puede ser esa la razón de los sueños? Supongo que algún día lo sabremos gracias a Punset III.
A veces, de eso surgen genialidades. Ideas creativas, o llenas de arte, grandes reflexiones o descubrimientos científicos. Depende de cada mente, entiendo. Otras veces, sin embargo, todo se ve negro. La amplia vastedad de formas en las que el universo puede destrozarnos nos supera y nos lleva a la depresión, la desesperación, y la locura. Pero esa es la forma en que funciona nuestra cabeza. Es la forma en que crea. Y destruye.
Así que es parte de la naturaleza humana querer vivir otras vidas. Hay pocas cosas que la mente de una persona ansíe más. Pérez reverte asegura que hay que leer porque leer es vivir otras vidas. Al menos es asomarse a ellas, y eso nos parece importante. Nunca vamos a darle a nuestra mente tantas experiencias como ella demanda. Eso nos genera curiosidad, ansia de conocimiento, sabiduría… aunque también puede generarnos envidia, inseguridad, dudas…
Y aquí es donde llego a los juegos de rol. Por definición común, hablamos de juegos de rol hablando de los juegos que derivan del concepto que se acuño con D&D a manos de TSR. Por concepto real, concreto, de diccionario, hablamos de cualquier juego cuyo objetivo sea intentar vivir otro rol, vivir otra vida. El resto de definiciones, son tan abstractas como el concepto de “belleza”, “honor” o “reglas del parchís”.
Los juegos de rol empiezan con los juegos de niños, imitando a nuestros padres, a nuestros hermanos, a los personajes de los cuentos y de la tele, y luego cambian a lo largo de toda nuestra vida. Los videojuegos, prácticamente todos ellos, son juegos de rol por definición. Quieren ponerte en otra piel, y quieren que te sientas como si eso fuese real. No es diferente de lo que busca un libro o una película. Y es relativamente lógico que muchos juegos hayan buscado aprovechar la fórmula cinematográfica o novelesca, harto comprobada, para lograrlo, en lugar de intentar explotar la formula propia del videojuego.
Sea como fuere, hay pocas cosas más reconfortantes en la vida que jugar a un gran juego de rol. Todos hemos sentido, en algún momento de nuestra vida, la necesidad de que esta fuese más emocionante, o más romántica, o más inquietante. Muchas veces, es la falta de estímulos, el tener una vida demasiado acomodada, lo que acaba con nosotros. Para mucha gente, por ejemplo, su vida está ya tan hecha, o al contrario, la siente tan derrotada, que su verdadera vida, su verdadero objetivo, es hacer suyo el objetivo de un equipo de fútbol. O, por qué no, el de su avatar en un videojuego.
Cuando uno vive sintiéndose amenazado, por el contrario, como en estos tiempos que nos toca vivir ahora, la parte primaria del cerebro nos mete presión. Nos dice qué le damos demasiadas vueltas a las cosas y que quememos contenedores. Parte de nuestro cerebro no entiende de sutilezas y no concibe que nos sintamos inseguros y que no haya nada cerca intentando comernos. Sentirse amenazado mata mucho de lo que he descrito anteriormente. Todas estas cosas nos parecen tonterías sin sentido, al menos comparados con todas esas amenazas infundadas (reales o falsas, eso es lo de menos. Yo puede decir a ciegas de qué color es el coche que ha pasado y puedo acertar, pero el que apueste 100 euros a que acierto el siguiente es gilipollas. Aunque gane) que continuamente le martirizan.
A veces compensa ser gilipollas. Cuanto más te metes en otras vidas, en cierto modo, más difícil es mantener a raya la locura. Tienes más experiencia, más capacidad de controlar las amenazas que se ciernen sobre ti, es cierto. Pero la marea de amenazas crece a un ritmo mucho mayor. Es increíble la cera que es capaz de darte el mundo, y la desgracias que moran en el. Bueno, son infinitas, al fin y al cabo. Normalmente, asociamos una historia más adulta a una historia más oscura. Tiene que tener muertes, crudeza, dolor… siempre me he preguntado qué clase de vidas tiene la gente como para que esa sea su visión de la madurez. No, desde luego, la vida de comedores de jamón y devoradores de series que yo conozco. Pero supongo que eso viene de las otras vidas que van viviendo. De la prensa, la tele, los libros… A veces nos parece que a los niños los dibujos les presentan un mundo demasiado happy, pero quizás sea lo contrario. Quizás la forma de mantenerles estables es empezar por enseñarles que, a veces, swiper el zorro te quita las cosas y hay que buscarlas, y así hay que ir avanzando a que, a veces, narcotraficantes colombianos raptan a tu hijo y lo llevan a través de la selva con los pies descalzos 25 kilómetros por la selva.
Pero nos cuesta dejar que la oscuridad gane. No es lo que buscamos. El fin último de jugar a vivir otra vida es prepararte para ella, así que al final queremos ganar. Buscamos la fuerza para ganar. Queremos ver al héroe caer y levantarse, una y otra vez. Creo que identificarse con un héroe no significa querer que ese héroe se acabe pareciendo a ti, sino más bien, significa que puedas acabar pareciéndote a él. Puedes identificarte con un perdedor, pero quieres ganar al final. Tu solo estás allí, leyendo y divirtiéndote. Tu mente busca una señal, un camino. Dice “este perdedor soy yo. Ahora enséñame como llegar a ser el ganador”.
No rendirse, en un juego, es un valor. Arrancas tu partida una y otra vez, aunque la rabia te lleve a tirar el mando, porque es lo que tu héroe haría. Posteas en el Twitter lo cabrones que son los enemigos y las formas en que arrancarías los escrotos del programador, pero cuando ganas, sales a la luz. Todo tu mundo, incluso el mundo real, es menos oscuro. Se puede vencer a la oscuridad. Queremos que se la venza, y que se nos convenza, de que se la puede ganar.
Sentirse grande es más importante que serlo. Todos nos podemos sentir una puta mierda. Todos somos algo. Miserables, superficiales, incapaces de cumplir los objetivos, usuarios de Origin… A nadie le sale todo siempre bien… todos tenemos problemas. Nadie es grande. Nadie es nada más, a secas, para el universo, que un poco de musgo variado pegado a una roca que gira alrededor de una estrella de entre una cantidad absurda de ellas. Así setenta años de entre los trillones que durará el universo. Este al menos. Solo puedes intentar sentirte mejor que eso.
Y por eso estás jugando. En líneas generales, juegas por eso. Es normal que te lo preguntes. Al fin y al cabo, tu mente no te lo dice. Tus neuronas están vivas. Y no saben quién eres. Ni les importa. Pero quieren que cojas el Pad. Porque quieren empezar a ver las imágenes. A escuchar la música. A recoger la información, a reaccionar a ella. A dejar correr libre, entre ellas toda esa historia que está detrás de la pantalla, a crear nuevas neuronas para pensar en todos esos estímulos. A desarrollar una respuesta. A enviarla a tus dedos. A equivocarse. Y lo mejor de todo. A probar otra vez. A esta vez, intentar que tu respuesta gane, supere la prueba, y a verte llegar hasta la luz, convertirte en su héroe. Que la locura se encoja, y la genialidad pueda volver a crecer… al igual que mi Monster Hunter, que es el apodo que le he puesto a mi …
Estoooo, porque sólo están desnudas Akane, Kasumi y Shampoo?