UNA MIERDA CONCIENCIA SOCIAL… POSICIONAL ES LO QUE ESTÁ DE MODA
Antes que nada, avisar que durante el artículo no voy hacer referencia alguna a ciertas conductas con animales. Empecemos con la paja mental.
Un sistema de turnos (bien hecho) es estratégico. Es decir, tienes que desarrollar unas normas de actuación que te den la victoria a medio o largo plazo. Valoras las perdidas y las ganancias y tomas las decisiones. La estrategia es LENTA…eufemismo rules.
La táctica es lo contrario. Se basa en la conciencia posicional (no me he inventado la palabra, aunque lo parezca), que en cierto modo podríamos decir que es la precursora del talento. En fútbol la llamamos la visión de juego. Si el fútbol fuese por turnos y en isométrica, aparte de veder una mierda salvo que sea de Inazuma Eleven, cualquiera podría ver el pase que da xavi. El mérito viene de verlo en mitad del campo y según le llega tocar el balón.
A UFO, por ejemplo, a mi entender no le sentaban bien los turnos. Los interrumpía continuamente porque era un juego que pretendía ser táctico.
En la guerra real, los generales piensan con mucho tiempo. Mueven las fichas en sus maquetitas y esperan perder 1000 hombres tomando una ciudad así que envían a 2000 para luego mantener una guarnición activa de 500. Ese es su trabajo. Pero el trabajo de las unidades a pie (desde los oficiales hasta el soldado) es combatir en tierra. Allí hay que mantener fuego constante sobre el enemigo y para eso cuanta la disciplina. Hay que coordinarse. Si entre que Flores no corre una mierda y que Centeno está nervioso y se flipa y vacía en cargador en dos segundos, los enemigos dejan de recibir tiros cuando Flores aún está en mitad de la nada, estos se asomarán y le meterán cuatro tiros sin oposición alguna. Quedarán rotos, desorganizados y empezarán a perder la pelea.
Bueno, lo que quiero decir es que lo que a JJ le enseñaron en el ejército es combate militar: tiene siempre un objetivo, así que siempre hay alguien que ataca y alguien que defiende. Incluso si dos patrullas se encuentran en el campo y acaban a tiros, tendrás unas ordenes muy claras porque eso significará algo en su misión. Te la juegas lo justo y necesario, es un tipo de combate muy defensivo y donde los jefes de grupo siempre intentan mirar por encima de todo como están las cosas, si hay que atacar o retroceder. Muy de «juego de coberturas».
Un combate «pandillero» o un tiroteo en el que se mete un poli es diferente. La única forma (y comercial) de reflejar eso bien, de reflejar lo que la conciencia posicional es, sería iniciar un tiempo bala, dar unos 30 segundos para dar órdenes (a lo disparos de Thorton en tiempo bala, pero más currado que hay presupuesto) y que luego todo se ejecute muy rápido. Después de todo, si estás discutiendo con unos gitanos y la cosa se calienta, sobrevivir depende de eso, de que pienses más rápido que los demás a quien tienes que disparar y a donde correr para tener ventaja cuando empiecen a caer los tiros.
En el Cooper Quest, o mismamente en el juego de los espías de Torque, primaría ese tipo de combate pandillero, rápido y letal. Basado en la conciencia posicional, en saber lo que se hace. Imagínate ajariano el juego de espías. Entras en un sitio y la gente está chunga. ¿Te han pillado? No lo puedes saber (bueno, podrías, pero esas estadísticas no te las enseñamos por joder). ¿Le pego tres tiros al de la puerta y salgo corriendo? ¿Saco ya la pipa? ¿Espero? ¿Me acerco al tío chungo y le pillo de rehén? Si te das cuenta Mr Giallo, ese tipo de cosas no las decides, no las representan en los juegos. Pero se puede hacer y se hará… por los cojones. Por eso como ejemplo ilustrativo recurriré a mi pasado en Luarca, justo en mi época ninja.
Hacía el final de la tarde me hallaba con mi pandilla de jóvenes delincuentes a la búsqueda de aventuras, cuando reparamos en un garaje mal cerrado. Así que uno de mis compinches dijo “Hey, miremos a ver que hay dentro”. Hubo una breve discusión al respecto de si estuviera abandonado y pudiese usarse como escondite secreto o no. Teníamos sobre 11 años y como de aquella el pokemon todavía no estaba en el mercado, nos buscábamos las partidas de rol fuera de casa.
El caso es que entramos. Tres con algo más de reparo y otros dos más a fondo. El sitio era un garaje, claramente no abandonado. Aun no habíamos tenido tiempo de examinarlo a fondo cuando de repente, las luces se encendieron, el motor de la puerta se puso en marcha, y de los rincones del garaje comenzaron a surgir personas emitiendo sonidos gurutales como “Agárralo, agárralo”.
Para un hombre de los de verdad (bigotito) puede sonar un tanto absurdo. Pero para un niño de 11 años, varios adultos cargando sobre ti, luz repentina y la clara intención de atraparte es algo bastante amenazador. Lo cierto es que las cosas que suceden en tensión se recuerdan con bastante claridad, y en ese momento mi cerebro no se preguntó qué clase de amenaza podía ser. Podían haber sido un culto de Cthulu o un grupo de Morlocks. ¿Qué más me daba? Por supuesto, no lo eran. Más tarde descubrimos qué se trataba de un grupo de vecinos que, tras sufrir robos en el garaje un par de días, habían decido tender una emboscada a los ladrones.
El caso es que yo era de los que se encontraban más adentro. Al ver la puerta cerrarse, al ver a personas saliendo de las esquinas, el impulso natural fue correr hacía la puerta. Por supuesto, eso estaba previsto (no era un plan muy elaborado) y un señor intento taparme la salida. Y aquí es donde entra el ejemplo de la conciencia posicional.
1) El primer impulso es correr hacia la puerta. Pero eso implica correr hacía el señor que me la cierra. Analizando la situación unos segundos, viendo la velocidad a la que la puerta cierra, reduzco el ritmo y corro en dirección contrario al lado por donde me queda un hueco para salir.
2) Mi intención es que la persona que me tapa la salida se confié y me siga. Si hubiese retrocedido sobre la puerta, habría hecho imposible mi salida. Pero al verme correr menos y encerrarme, se confía y sale a por mí.
3) Y aquí es donde entra lo bonito. La idea de atraerlo era porque sabía que no tenía distancia suficiente para intentar dejarle atrás en un sprint. Pero ahora si la tengo. Yo no tengo ni puta idea de si ese señor corre o no más que yo, pero tampoco puedo intentar otra cosa.
4) Se inicia el sprint. Está a punto de cogerme, pero no puede, y el momento en que llego a la puerta entro muy justo, eso impide al susodicho seguirme.
Como lo vivieron los demás, es difícil saberlo, porque yo estaba a la mía. Dos que vigilaban fuera escaparon sin problemas. El otro que entró conmigo quedó arrinconado y no pudo huir. Uno más fue atrapado cerca de la puerta, pero pudo soltarse y escapar. Ya luego el que fue cogido dentro nos lo contó todo, pero no fue expulsado del clan… erámos pocos como para permitirnos ser un clan elitista.