ES UN PÁJARO, ES UN AVIÓN…
Llega el verano. Llegan las interminables horas de aburrimiento para los estudiantes en casa y las interminables horas de sopor para los trabajadores deseosos de las tan merecidas vacaciones, esos días en que se une la familia para darle bien por el culo a uno bajo un sol de injusticia que te haga desear volver al sopor del trabajo y mandar a paseo el «Maripili, vigila a los niños», «Josejuán, deja al niño ese tranquilo», «Josejuán, que te he dicho que dejes al niño ese tranquilo», «Josejuán, mecagoenlaputaya, o dejas a ese niño tranquilo ya o te doy una torta que no vas a saber dónde está el norte y dónde el sur por lo menos hasta que acabes el bachiller», «Maripili, si hubieses vigilado al crío no se habría llevado la ostia», «Cagüen la arena», «Cagüen la sombrilla que no se clava», «Cagüen la caló», «Cagüen que clavada por una cerveza del Lidl, si ni siquiera está fresca», volviendo a la tan ansiada jungla urbana, donde un superhéroe (o no) con capa vigilia a los infensos y a los débiles. Es un pájaro, es un avión… ¡no!