ANALISIS-DIS: KING’S QUEST I
Hay algo deliciosamente cruel e injusto en analizar un juego fuera de su tiempo y su contexto. Pero la vida también es cruel e injusta con nosotros, las personitas humanas, como cuando voy a una disco y adivino en sus habitantes naturales el pensamiento de… ¿Qué estará haciendo aquí este carcamal? Y por tanto no se por qué me voy a privar de este placer. Además, es en esta batalla contra el tiempo donde se revelan las verdaderas obras maestras y no en las frases grandilocuentes que acompañan al análisis de lanzamiento de un juego, antes incluso de que llegue a las tiendas.
Nunca había jugado en serio a un King’s Quest, de la saga de los “Quest” solamente me he pasado un par de Space Quest (buenísimos) y actualmente estoy con el January Quest 2011, así pues cuando Mr Orange mencionó en un hilo que existían remakes freewares, realizados por AGD Interactive, de las dos primera entregas de la saga que encumbró a Sierra no me lo pensé dos veces y me lancé a por el primero. Aún resonaban en mis oídos incontables discusiones entre “Lucas-arteros” y… ¿Sierradores?, casi tan enfrentadas como las que hubo entre Nintenderos y… ¿Segadores? 20 Años después iba a encontrar la respuesta de la única manera posible: jugando.
Lo primero que hay que decir es que la versión que he jugado es la de AGD Interactive, porque mientras estuve pasándomelo estaba convencido de que lo mostrado por pantalla era el remake oficial del primer juego que la propia Sierra realizó, y que AGD se habría limitado a compatibilizarlo con los sistemas actuales. Se usaban los mismos menús, iconos, estilo gráfico e interfaz que yo conocía de otros King’s Quest posteriores que si he probado pero no acabado. Que sorpresa tuve cuando preparaba el análisis cuando vi que el remake de Sierra era muy inferior (gráficamente) a lo que yo había jugado. Así pues AGD ha hecho una conversión total que es indistinguible de los últimos King’s Quest clásicos (hasta el V) que sacó Sierra. Así pues independientemente de la nota del análisis AGD se leva un más que merecido 9 ajare.
Arriba de estas lineas, a la izquierda el primer King’s Quest con su interfaz conversacional, y a la derecha el rekame oficial. Debajo de estas lineas el remake de AGD
Y pasando al análisis del juego en sí, al iniciar la aventura se nos pregunta si queremos evitar la posibilidad de quedarnos atascados sin solución ni remisión. Gracias AGD, la verdad es que no se me ocurre crueldad mayor que el quedarte en un callejón sin salida en una aventura gráfica, dónde por lo general asumimos que si no avanzamos es porque hay algún puzzle/pixel que se nos escapa. El hecho de que esto pudiera suceder otorga a la creadora de la Saga, Roberta Williams, una alineación caótica maligna de primera magnitud, y así con algo de miedo y sorpresa en el cuerpo comienza la aventura. Y he de decir que la saga King’s Quest empieza de una forma muy abrupta, el protagonista, Sir Graham, es convocado ante el Rey del reino de Daventry, en cuyo físico está claramente basado el achacoso Rey Theoden en las muy posteriores películas del Señor de Los Anillos, para que recupere tres mágicos tesoros sin los cuales el reino está pasando unos difíciles momentos coyunturales. Estos son: un espejo, un escudo y un cofre. El único interesante es el cofre pues no para de soltar monedas de oro, provocando una inflación galopante, ya que del resto no se nos menciona ninguna propiedad especial. La recompensa si logramos obtener los tres objetos será nada más y nada menos que el nombrarnos sucesores al trono. Por desgracia esto es todo lo que sabremos sobre el reino de Daventry a lo largo de esta primera entrega de la saga, una pena porque sería interesante saber algo más del trasfondo de un lugar donde reyes de 120 años sin herederos pierden tesoros que harían temblar al FMI y le encargan la búsqueda a caballeros sin más posesiones que un sombrero con pluma prometiéndoles heredar el reino saltándose toda la jerarquía entre la nobleza.
Si la historia se antoja bastante pobre, precisamente uno de los puntos donde debe destacar una aventura gráfica, he de decir que la interfaz tampoco destaca demasiado. La primera versión del juego era conversacional por lo que presumo de los screenshots de la misma, la versión de AGD usa la barra de iconos ocultable clásica de Sierra para andar mirar y coger, además de una mochila para acceder al inventario y seleccionar el objeto a usar. Este interfaz le sacaría los colores a los miles de verbos del sistema Scumm de Lucasarts si no fuera por una sencilla razón: Los iconos son gigantescos y no hay indicación alguna sobre que pixel estás pulsando exactamente. Esto no sería grave si no fuera porque los juegos de Sierra siempre se han caracterizado por su “Pixel-Hunting”. En este juego no se da demasiado excepto en un sitio donde debes coger una castaña caída de un árbol. Aún sabiendo que debía cogerla me costó muchísimo acertar al pixel correcto. En su descargo tengo que decir que eso es opcional. No es opcional sin embargo lo de agarrarte a un cóndor, donde al “Pixel Hunting” se le une el “Extreme Timing”. Al menos sabes que lo agarrarte al cóndor no es opcional porque si en una pantalla donde antes no había nada de repente ves que aparece un cóndor planeando la ley de las aventuras gráficas dicta que algo has de hacer con el cóndor. Otro aspecto negativo del interfaz es que en la mayoría de las localizaciones puedes irte por los cuatro puntos cardinales, pero en algunas a Sir Graham le cuesta irse por el sur, teniendo que hacer múltiples intentos, problema seguramente del pedazo de icono que han puesto para andar.
Jugablemente King’s Quest da una de cal y otra de arena. Sorprende que en una aventura gráfica el 90% de las localizaciones estén disponibles desde el inicio, lo que pasa es que en su mayoría son tan parecidas, vacías, sin nada que hacer en ellas y llenas de brotes verdes, que te parece que estas en un laberinto sin sentido, hasta que descubres que el reino de Daventry es esférico y que darle la vuelta no te llevara más que 8 movimientos al este o al oeste y unos 5 de norte a sur (parece que también está achatado por los polos, que rigor). Los puzzles son sorprendentemente escasos y fáciles, o quizás debería decir lógicos, lo cual siempre sorprende en un juego de la vieja escuela al que siempre presupones una dificultad infernal. Y para mayor alegría muchos de ellos tienen varias soluciones, cuya valoración en la puntuación final variará en función de lo ingenioso que seas. Esta multiplicidad de soluciones, tan deseable que no se entiende que las aventuras gráficas actuales no lo incluyan, se complementa con que hay acciones que irán en tu contra. Por lo general en una aventura gráfica todo lo que tu personaje haga diferente de andar es un paso adelante hacia la solución, en cambio en King’s Quest puedes cometer ciertas cagadas que provoquen que no puedas obtener los tres tesoros, o más bien que los pierdas una vez conseguidos, ignoro si eso cambia el final de la aventura. Por si fuera poco Daventry está poblado de criaturas malignas que provocaran tu muerte, aunque más muertes te provocarán los terraplenes de los ríos, donde Sir Graham tiene tendencia a tropezar. De hecho en Daventry hay más enemigos que NPCs amistosos, yo he contado seis (y uno de ellos es una cabra), lo cual debería plantear a Sir Graham la conveniencia de convertirse en el Rey de un reino claramente dominado por las fuerzas de la oscuridad.
Una de la múltiples muertes que acechan a Sir Golden Graham
En el apartado técnico King’s Quest no puede competir con las aventuras gráficas actuales, pero hay que señalar que su remake incorpora unos gráficos dignos de Monkey Island o King’s Quest V, y eso nunca ha sido malo. Donde sin duda brilla es en el apartado sonoro, no por su música, sino por el doblaje de su narrador, con la voz que inmediatamente asocias a un cuenta cuentos y que se encarga de amenizar toda la partida con comentarios que más de una vez te arrancaran una sonrisa o carcajada, siendo éstos además bastante variados. El resto de personajes también están doblados, pero sus líneas de dialogo son tas escasas que palidecen con las del omnisciente narrador.
Como conclusión terminaré diciendo que King’s Quest no ha resistido la prueba del paso del tiempo, pero no ha sido por su apartado técnico, ni por los fallos de interfaz que ya me esperaba pues son los que te encuentras en todos los juegos clásicos de Sierra, sino porque flojea en profundidad de la historia, ninguna, carisma de sus personajes, cero, y duración, probablemente te lo puedas pasar si sabes lo que hacer y cómo agarrar al cóndor en menos de diez minutos. Eso no quita que incorpore elementos como las múltiples soluciones, que vergüenza debería dar el no tenerlos a los diseñadores de aventuras gráficas actuales, y que es el primer capítulo de una saga clásica que gracias a AGD podemos revistar (el segundo también está disponible y acaban de anunciar el remake del tercero), y cuyo quinto capítulo tiene una de las portadas mas evocadoras y que mejores recuerdos me trae, y eso sin haberlo jugado.
Nota: 5 ajares