A DÓNDE VAMOS A LLEGAR
No soy un gran geek de la tecnología. No suelo llegar el primero a la hora de comprarme lo último y para que se hagan una idea de mi grado de sorpresa en los tiempos que corren, a veces estando delante de la simple radio que tengo en el baño pienso ¿Pero cómo es posible? vale que en ese momento no suelo estar pensando en la radio, si no en lo que acaba de depositar en el váter, pero creo que entienden la idea que trato de transmitirles. Si fuera una persona enormemente inteligente y preparada, sabría ver con antelación las cosas que van a suceder y hubiera invertido en Google en su día o quizá habría apostado por el Blu ray en lugar del HD DVD; pero como soy lo que se viene denominando un cenutrio, cuando me enseñan una tecnología alucinante me suelo quedar como estoy más que nada porque soy incapaz de adivinar las futuras aplicaciones de la misma.
Viendo el vídeo que ilustra esta estúpida entrada lo primero que me ha venido a la cabesa es ¿A dónde vamos a llegar? pero lo segundo ha sido ¿Y para qué quiero una pantalla que se doble? Ya sé que debe de haber millones de aplicaciones que a mi se me escapan; pero sólo soy capaz de imaginar que con pantallas así, puedes poner la foto de tu novio o novia; enrollarla, metértela por el ojete y decirle con ojos acuosos: Te llevo tan dentro de mi. Sabrán disculparme, que es que me he levantado romántico.