DESCONEXIÓN
Sin duda habréis notado que cada vez escribo menos en esta nuestra página. Hay varias razones para ello, y el mal del blogero puede ser una de ellas. Empiezas a escribir con fuerza, ganas e ideas, pero poco a poco todo esto se va agotando y es entonces cuando muchos se rinden y dejan de escribir, y el resto deben tirar de fuerza de voluntad, esfuerzo y trabajo para seguir adelante con una web que a punto está de cumplir su quinto aniversario. Pero ni siquiera esto es suficiente porque la condición indispensable para seguir creando post tras post es que uno quiera hacerlo y se divierta con ello, con las respuestas, con los usuarios, con los compañeros y anécdotas, pues si no fuera así, si solo se escribiera por obligación esto quedaría reflejado en unos artículos cada vez más artificiales, hecho que inmediatamente nota el lector…
Pero esto no es mi puto caso, joder, lo que a mi me pasa es que me han quitado internet…. INTERNEEEeeeettttt. Me ha cambiado de casa hace casi ya dos meses y por una serie de circunstancias que prefiero no comentar porque no hacen sino corroborar lo estúpido que soy, resulta que a día de hoy no solo no tengo acceso a la red de redes desde mi nuevo hogar, sino que además les estoy pagando la conexión a mis antiguos compañeros de piso, no me digan que no tiene guasa.
Como antes de la mudanza preví este periodo de inanición internetera me preparé para ello bajándome unos cuantas películas, libros y los capítulos que me quedaban de la primera temporada de la serie que estaba viendo en el momento (The Shield, recomendada por Mr Pink). Juegos también los hubiera bajado pero lo creáis o no precisamente juegos es de lo único que no voy corto, y además eso hubiera ido contra mis nuevos, y violados sólo a veces, principios. Pero mis previsiones fallaron, pasaron los días el stock de películas y capítulos bajaba alarmantemente. Tranquilo me dije, ahora te vas de vacaciones a Tenerife una semana y a la vuelta ya verás como todo se ha solucionado y puedes conectar tu hogar a la autopista de la pornografía, digo, información. No ha sido así, el problema persiste y sigo sin poderme dar de baja o traspasar el contrato de mi antiguo piso y por tanto prefiero no darme de alta en el nuevo no sea que empiece con mal pie el pago de la hipoteca. Y ya no me quedan pelis o capítulos que ver. Sobrevivo, triste es reconocerlo, a base de reposiciones de combates de Naruto.
Afortunadamente mi ayuno no es total, ya que puedo seguir accediendo desde mi curro, pero no es lo mismo, no puedo dedicar el tiempo que me gustaría a leer los post que mis compañeros de GamesAjare tan arduamente crean, sus comentarios, escribir mis respuestas, ver vídeos, informarme del mundillo visitando páginas como Mariastation u otras más serias como El Pixel llustre. No es sólo que se supone que en el curro estoy para currar y cumplir mis objetivos (si fuera por eso no habría problema pues soy bueno en lo mio y casi siempre me sobra tiempo), es que además estoy cercado por mis jefes directos, de tal manera que si mi oficina fuera un tablero del buscaminas esta sería mi situación representando cada número una persona y cuantos niveles por encima mio dentro de la jerarquía está:
Lo cual hace que el visionado de ciertas imágenes, corresponsales y vídeos sea cuando menos… arriesgado.
Mi desconexión de la realidad no es solo videojueguil, es total. Todavía no tengo televisor, mi madre me dejó un transistor durante la mudanza pero ya se le han acabado las pilas y aunque mi móvil tiene radio prefiero no ponerla porque consume mucha batería y, quien sabe, ¡Podría perderme la llamada que confirmara mi baja y diera pie a mi reencuentro con el mundo! Así que mi único medio de información consiste en los escasos momentos que hojeo Meneame desde el trabajo. Desde aquí me gustaría apoyar a las valientes tropas que han iniciado la guerra santa contra la SGAE y aprovecho para saludar a nuestros nuevos amos y señores: los gatos.
Se lo que me vais a decir, que aún me quedan los periódicos, pero es que a raíz de comprarme el Sony Reader he desarrollado una extraña alergia al papel, y cada vez que me acerco al cuarto de la fotocopiadora me entran arcadas al pensar en los miles de árboles de cuya muerte son responsables mis compañeros de trabajo. Y además, ¿que periódico iba a comprar? Si son todos tendenciosos: Micromanía siempre ha sido y siempre será pro Pceros y HobbyConsolas antes era Nintendera, pero hubo un cambio de redacción y ahora huele a Sonier que tira pa tras.
La carencia de internet se deja notar de las formas más diversas: un colega ha abierto un restaurante ¿Como cojones llego hasta él? Voy a hacer una fiesta de inauguración de mi piso ¿Como aviso a mis colegas si no es a través de FaceBook? (mentira podrida, yo no tengo FaceBook) ¿De donde saco ideas para hacer canapés? (tendré que limitarme a las bebidas, mis amigos estarán contentos) ¿Cómo desbloqueo las fases del Monster Hunter en el Metal Gear Peace Walker? ¿Como me cargo a los guardias de Radek en el Killzone 2? (Gamefaqs… te hecho de menos) ¿Cual era mi contraseña de Steam? ¿De que voy a hablar en mi próximo artículo para Games Ajare?
Toda excusa es buena para insertar este mítico video. Pero en mi caso el pero día de mi vida dura ya casi dos meses, y lo que queda…
Antes de todo esto yo era de los que decía: Tranqui tío, que yo controlo. Lo puedo dejar cuando quiera. Mentira. Estoy tan enganchado a internet como al agua, el gas o la electricidad. Puede que más porque mientras que el resto de cosas son las que me permiten sobrevivir, internet es lo que me permite definir mi forma de vivir. Es mi forma de informarme, comunicarme y entretenerme. No me entendáis mal, no soy ni quiero ser alguien encerrado en casa con su ordenador, pero cuando estoy en ella ya no me conformo con digerir pasivamente lo que otros quieran contarme, ahora deseo escoger mis fuentes de información, quiero sentirme partícipe y no espectador, tener libertad para escoger qué quiero ver y cuando hacerlo no de entre una oferta pequeña o grande, sino de entre toda la oferta. Y eso solo puede hacerlo en este estupendo y caótico mundo de Internet. Da mucho miedo que algo tan fundamental esté en manos de los que solo se rigen por la dictadura de los beneficios y que a pesar de ser éste ya un servicio básico, no responden por él ante la sociedad sino ante los accionistas.