ANALIS DIS: SHADOW COMPLEX (XBOXLIVE)
La evolución es una consecuencia intrínseca a la naturaleza humana; nuestros genes evolucionan, los “viruses” también lo hacen (¡¡¡VAMOS A MORIR TODOS!!!!), la sociedad, los medios de comunicación, TODO evoluciona. Dentro de esta evolución, hay una evolución natural y otra que es forzada. Por poner un ejemplo, digamos que la evolución natural de un plátano comienza en el verde, pasa por el amarillo y termina en el marrón viscoso y extremadamente dulce; y la evolución artificial incluye una montaña de nata y “topping” de caramelo y/o chocolate.
En según qué casos una evolución natural es mejor que una forzada y en otros escenarios sucede exactamente lo contrario. El debate, de todos modos, acerca de si un determinado sujeto ha mejorado o no con una digievolución forzada resulta absolutamente estéril. Habrá quién siempre prefiera la versión 2.0 de “loquesea” antes que un producto venido a menos de manera natural; o lo que es lo mismo: ¿Hubiera envejecido bien Pamela Anderson o es preferible contar con la actual y recauchutada «casi» abuela y estrella del soft core?
Es obvio que los videojuegos no se salvan, y un servidor, cuya opinión por supuesto es personal e intransferible, piensa que en ocasiones sí y en otras no. Y a veces todo lo contrario.
La evolución por la evolución, es obvio que trae innegables mejoras en el desarrollo de videojuegos que a la larga, redunda en una mejora de algunas partes, pero no es menos cierto que en ocasiones también hace que se pierda perspectiva y todos los juegos de manera obligatoria tengan que incluir la “cool feature” de moda, por el simple hecho de que tal juego que ha vendido chorropocientas unidades, la incluía, porque no olvidemos, que por encima de todo, esto es un mercado. Un negocio. Y las decisiones, recordemos que en su mayoría se toman por señores armados con unas tablas de estadísticas elaboradísimas y que por supuesto no tienen ni puta idea de qué cojones hablan:
John: Deberíamos de intentar pedirle a la desarrolladora que el héroe lleve una capa y un antifaz.
Derreck: ¿Por qué?
John: Porque el Batman ha vendido lo que no está escrito.
Derreck: Me parece bien. ¿El hecho de que se trate de un simulador de vuelo de la II Guerra mundial no supondrá un problema?. Lo digo porque nunca se llega a ver al protagonista.
John: Pues que lo pongan en el manual. “El héroe, que lleva capa y antifaz…” Ya sabes.
Derreck: Ok.
El héroe.
¿A qué cojones viene todo esto? Pues a que la evolución por la evolución, porque sí, por cojones y que lo que se haga vaya siempre un paso más allá que el juego anterior aunque sea en una dirección equivocada, hace que se pierdan cosas por el camino; y Shadow Complex es la demostración empírica de todo ello.
¿Por qué?
Sencillo. En algún momento, la industria del videojuego decidió que las 2D para las aventuras de acción (o las aventuras a secas) ; no molaban. Que las 3D eran el futuro. Y el Láser. Y las autopistas de la información. Daba igual que algunos dijéramos eso de “un momento, por favor, aún queda mucha horquilla de mejora antes de que ustedes den por muerto el género” la decisión estaba tomada; los mismos que bendecían el “Príncipe de Persia” ; “Another World” o “Flashback” un par de años antes, se habían arropado en la manta de las 3D y nadie les iba a hacer cambiar de opinión.
¡¡Yieeeeejaaa!!! Flashback style.
Y mientras la industria estaba dispuesta a lanzar basura, pero que fuera en 3D, el desarrollo “Independiente” o como diablos quieran llamarlo, se negaba a abandonar el género; bien por la sencillez de la creación de un entorno bidimensional frente al tridimensional, bien porque como millones de juegos flash han venido demostrando, aún quedaba mucha tela que cortar. Y el mismo revulsivo que Braid supuso a las plataformas y a los puzzles; Shadow Complex lo es a las aventuras de acción en Pseudo 2D.
Shadow Complex huele a Another World y a Flashback, huele a Metal Gear Solid, a Saboteur, a Metroid y a Príncipe de Persia. Y con ese regusto añejo, coge lo mejor de cada uno, le pega un repaso gráfico, le añade dos detalles y lo convierte en uno de los mejores y más adictivos títulos que un servidor se ha echado a la cara en los últimos tiempos.
El héroe 2.0
SC, es un juego de acción, aventura y sigilo, de perspectiva lateral, sin “scroll lateral” tejido con una historia medianamente pasable, que aporta cierta frescura al género gracias a la libre exploración del mapeado.
En la piel de un “mindundi” que como suele suceder en el cine de serie B y en los videojuegos; termina revelándose como todo un terminator amparado bajo la premisa básica de las historias de John McClane (incluso contiene un bonito homenaje a la saga de la Jungla de Cristal) ya saben; “El lugar equivocado en el momento oportuno”.
El complejo al que hace referencia el título es accesible en su casi totalidad desde el primer momento, pero sólo serán los “gadgets” y mejoras que nuestro héroe vaya adquiriendo los que desbloquearan el acceso a partes del mismo en un primer momento bloqueadas y que aportarán cada una de ellas, nuevos giros a la trama.
Añádanle el inteligente uso de “zonas secretas” (otra de esas divertidísimas características abandonadas por la industria, vaya usted a saber por qué) a lo largo de toda la instalación, que son precisamente dónde nuestro protagonista obtendrá las “ampliaciones” de sus mejoras, un buen sistema de lucha y disparo, unos “gadgets” divertidísimos de usar, un control fantástico que responde a la perfección salvo en según qué momentos al apuntar hacia la “profundidad” del escenario, unos dignísimos enfrentamientos contra los “bosses finales”; y para terminar envuélvanlo todo con un toque muy cinematográfico tanto en las peleas a puño desnudo, como en las cinemáticas del juego guionizadas por el gran Orson Scott Card y lo que obtendrán será un juego que les agarrará por las pelotas y no les soltará hasta que lo terminen, dejándoles enormemente satisfecho. Y encima a un precio de risa (unos 15 Euros)
¡Dale duro, Snake!
Nota: 8 ajares.
Pd: Permítanme un consejo, no usen las “ayudas” del mapa, el juego se vuelve mucho más emocionante de este modo.