ANALIS DIS PROTOTYPE
Prototype es un juego de estos que están de moda ahora; acción en tercera persona, una ciudad abierta; un super héroe de dudosa moral y misterioso pasado; y unas señales luminosas en el suelo que te marcan qué diablos tienes que hacer a continuación. Como en todos los juegos de este tipo (Spiderman, Superman, Infamous, Crackdown, GTA…) tienes unas misiones principales y unas secundarias, las primeras desvelan la trama y las segundas te ayudan a ganar experiencia que te permita aumentar tus poderes de manera que puedas resolver de manera más sencilla las primeras.
Una de las cosas que me gustó de Infamous es que las misiones secundarias… estaban ligadas con el espíritu del juego; es decir; al contrario que en antiguos Spiderman, dónde por ejemplo una misión paralela consistía en «ir del punto A al B» en un tiempo determinado, en Infamous, se disfrazaba para darle como coherencia al conjunto; «Alimenta de energía todas estos focos pasando junto a ellos» que quieran que no; no te saca tanto del juego porque mantiene el mismo universo, espíritu y objetivo.
Sin embargo «Protoype» se centra más en «ese tipo de secundarias» ala Spiderman que poco o nada tienen que ver con lo que estás haciendo en la misión o historia principal; porque ya me dirán por qué un fulano que puede cargarse tanques con sólo mover un dedo; de repente se va a poner a hacer carreras contrareloj a ver cuánto tarda en recorrer el techo de un colegio desde un extremo a otro.
Y en el fondo, todo parece tener la misma misión, la diversión descerebrada basada en otorgarte poderes enormes a tu personaje de manera rapidísima para hacerte cargo de la situación, y por cierto, como la situación es un jodido desastre , sólo en ciertos momentos tienes la sensación de tener la sartén por el mango, mientras que en el resto te sientes un pelele más del pifostio que presencian tus ojos que incluyen 200 tíos con metralleta, 30 con bazokas, 15 infectados persiguiéndote, 4 helicópteros, dos tanques y un señor de Cuenca con bigote con pinta de estar enfadado.
El juego parece que está sin acabar por todas partes y por momentos se parece más a una beta con buenas ideas que a un producto prefectamente acabado. Es como una especie de batiburrillo de buenas ideas, la gran mayoría terriblemente implementadas. No negaré que en según qué momentos ofrece algunas dosis de diversión descerebrada, pero es un juego que representa una ciudad en un estado de caos civil absoluto que supuestamente ha de ser gobernado por una fuerza «más grande que la vida misma»; en el que curiosamente el caos vence sobre el «poder absoluto» que ejerce el protagonista demasiado a menudo.
Y es que el caos no sólo está en la ciudad, si no en la esencia del juego misma. Los menús no son claros, las misiones confusas, el mapa no es cómodo y no ayuda como debiera, la evolución del jugador y los poderes no están explicados con claridad por lo que al final acabas hundido en un mar de confusión, dándole a la tecla de salto y rezando para que no te de ningún misil en la chepa o los «monstruos» no te pillen en una esquina o punto muerto del que no puedes salir y te muelan a palos.
Porque las buenas ideas están ahí, sin duda alguna; el desarrollo de la historia por medio de la aborción de la información directamente de los cerebros de los implicados en la trama, las cuidadas «escenas de introducción de las misiones»; la historia general, el carisma del protagonista, algunas habilidades gráficamente espectaculares, una sistema de mejoras y evolución del personaje interesante, un acabado gráfico que si bien no es de lo mejorcito, hay que reconocerle que pone una auténtica barbaridad de cosas en pantalla con un rendimiento encomiable y una variedad de misiones interesante.
Sí que es de agradecer que el juego no trate de contarnos moralinas de ningún tipo; o por lo menos que no trate de que nos cuestionemos si somos buenos o malos; aquí directamente se te pone en el papel de un señor al que los civiles se la sudan por completo, más que nada porque no son más que constantes impedimentos y estorbos en tu misión, bien sea porque sus vehículos son aplastados bajo tu tanque, o porque forman parte del fuego cruzado imposible de controlar por las partes involucradas, a fin de cuentas el juego trata a estos como meros píxeles, pero tampoco hace que tengas que preocuparte por ello, lo que redunda en el aspecto descerebrado ya citado; cosa que a priori por supuesto que no es mala; pero todos estaremos de acuerdo en que no es lo mismo «Aterriza como Puedas» que «Vivancos 2» ni «The Darkness» que los «Mojinos Escocíos».
El problema del juego es «el todo» que lo envuelve, por los problemas citados y alguno más (el sonido sin lugar a dudas es enormemente deficiente en el juego) no está a la altura del resto.
Alex Mercer se mueve de manera automática, quizá demasiado, dejándo al jugador vendido en más de una ocasión porque el muñequito hace lo que le sale de los cojones a él y no a ti; la mecánica de juego resulta enormemente confusa y es penalizada en demasiada ocasiones por motivos absurdos (si te sales de esta manzana, se acabó la misión) el número de enemigos y el follón que hay organizado en la pantalla no te ayuda demasiado a comprender tus verdaderos objetivos así como el respawning permanente de enemigos hace que sea frustrante limpiar una zona de enemigos para poder centrarte en tus cosas, para descubrir enseguida que la zona vuleve a estar hasta las trancas de malotes. La inteligencia artificial no es que sea una maravilla, más bien es la típica que suple la calidad a base de cantidad cosa que queda al descubierto de manera evidente en las ridículas fases de infiltración.
En definitiva, para un poco de acción descerebrada, Prototype es el juego adecuado; pero primero hay que saber perdonarle que tenga el típico acabado de «juguete comprado en un todo a cien de los chinos » cosa complicada sobre todo por lo mucho que duele ver que detrás, tras la fachada de juguete roto, hay un buen montón de cosas a las que se les ha dedicado un mimo casi exquisito.
Nota: 5,5 Ajares.