¡TÉTRICO!
Le das unas pinturas a un niño o niña y les dices que pinten ese juego que han visto al que jugaba papá. «Sí, una vez me dejó verle jugar». Aquí uno de los ejemplos. A veces la mente de un niño dibujante puede ser realmente tétrica, pero capaz de captar la esencia y la textura, el hervor y la frescura. Parece hecho por un niño de Altamira.