Confieso que hasta que el Kickstart de Anita Sarkessian fue financiado no fui consciente que los videojuegos fueran machistas, ni de que eso era un problema. Por cierto, ¿Esa chica se llama realmente así o es un diminutivo? Utilizarlo sin conocerla de nada podría ser considerado como una muestra más de machismo, como toda ofensa...