¿CUÁNTO POR UN COMPLETO?
La pasmosa velocidad a la que se transforma el mercado deja con cara de tonto no solo a los gobiernos, sino también a los millones de detractores que tiene en todo el mundo. Aunque, si Cristiano Ronaldo no le cae bien a todo el mundo, ¿por qué iba a hacerlo el mercado?. Para los inconformistas, hubo un día en que un mac era la respuesta al totalitarismo del PC y de Bill Gates. Ahora es Google la respuesta a la tiranía del legado de Steve Jobs. Y el día qué todo el mundo se ría de tu hijo si no lleva zapatillas Google y tengan que dejarte 85 euros en ellas, pues será el día de empezar a odiar a Google.
Pero los inconformistas son importantes, tienen una brutal tendencia a apostar como libertador al próximo tirano. No son muy útiles para cumplir sus fines, pero son geniales para los especuladores. Allí a donde señalen, allí es donde tenemos un pelotazo a la espera. ¿Quién sería ahora, CD Projeckt?. Puede ser.
Los inconformistas ahora señalan, como siempre, allí donde apunta el sentido común: El mundo se está globalizando. Ese “palabro” tiene un sentido extraño. Básicamente, el ser humano ha dedicado milenios a mejorar las comunicaciones entre todo el mundo para poder expoliar y transmitir ETS cada vez más y más lejos. Ahora, como es todo rapidísimo, decimos que el mundo se “Globaliza”. Y todos somos ciudadanos del mundo y tolerantes y tal, pero que no venga un puto yanqui gordo de los cojones a decirme que zapatillas se tiene que poner mi hijo…
Así que cada día es más normal comprar juegos allí donde salen más baratos, por el tema del cambio de moneda y del volumen de ventas. Si las malditas tiendas de Mattel distribuyesen en Europa, hubiera podido traerme tres muñecas Monster High por menos de cuarenta euros y tendría los reyes arreglados.
También empieza a ser usual comprar el contenido digital de forma… digital. Le falta el encanto del mercado físico, claro, pero si lo pones bonito y pones foros y logros y chorraditas también puedes llamar la atención de la gente.
Esto solo acaba de empezar y de momento nos han sorprendido con los sombreros del TeamFortress. A veces pienso que debería escribir más artículos de los que escribo, porque luego digo “ya hable de ello una vez con JJ” y la gente no me cree. Pero hace tiempo, le decía a Jota qué a este paso, iban a regalar el juego y vendernos los contenidos. Es una posibilidad más de negocio. Antes se llamaba “demo”. Ahora, le pondrán otro nombre. Contenidos descargables, gratuitos y de pago, actualizaciones, camisetas, logos para el jugador…¿Cuánto tardarán en vendernos packs de logros? ¡Todo a un euro, oiga!
Porque esa es otra… Los precios bajan. Bajan mucho. De primeras no, claro. Pero en cuanto pasa un poco de tiempo… Mass Effect 2 a 3,75. Empire: Total War a 4,99. Expansiones a menos de un euro. Y Cthulu saves the world a 0,68 céntimos.
La bajada de precios al acceder a un mercado mundial sin correr ni riesgo ni sufrir coste alguno es algo lógico y normal. El problema es que la gente no entiende bien el concepto de “depreciación”. Depreciar no significa que el próximo biuty col vaya a bajar de precio, porque no tiene por qué hacerlo, ni obtiene ningún beneficio por ello. Pero eso no significa que la gran masa de juegos no esté bajando de precio a pasos agigantados. Y quizás, por qué no decirlo, también de calidad.
La gran ventaja del mercado digital se la llevan, principalmente, los desarrolladores pequeños e indie. Hablar de “reducir calidad” suena muy mal, pero a veces la calidad no es tan importante. Guerra y Paz no se vendía en los kioscos, lo que se vendían eran las novelas de Estefanía. Y el Jaimito. Si dependieses solo de Guerra y Paz y de George RR Martin, leerías dos libros a la década. No, es ahora, con Steam, cuando empezamos a tener un excedente enorme de juegos legales por jugar. Y, después de todo, ¿cuántos de ellos aprovechan las últimas tecnologías al máximo? ¿Minecraft?
Eso es una presión para las desarrolladoras. Se impone deshacer el equipo del WarHead para hacer juegos de perritos y eso suena muy mal (sobre todo a ellos). Pero al final es lo que demanda el público. Si hicieses elegir a Kotik o como se escriba, entre biuty col y sus juegos de navegador/DS/móvil/kinect no renunciará a su vaca sagrada. Pero cualquier otro triple A, cualquier otro, te lo regala, seguro. Se gana mucho más dinero en el feisbus.
Y aunque espero que aquí me equivoque, no deja de ir en la línea que marca, en general, el mundo actual. No descarto que en un par de años valore mucho más una traducción al portugués o al hindú que una al inglés. Para un Europeo, la valoración calidad/precio del Torque Quest es que ambas son lo bastante irrisorias como para ignorarlas. Un trabajador Hindú posiblemente no opine lo mismo, y además tendrá trabajo . Y lo más probable es que si el mundo sigue en esta línea veamos bajar y bajar salarios … y precios, si tenemos suerte.
Los juegos de los 80 tenían menos calidad que los de los 90. Eso se nota. Estoy casi solo contra el mundo defendiendo el primer Maniac Mansion contra el segundo. Pero aun así, solo una persona muy ignorante podría defenderme que el Maniac Mansionc no era un juego más variado, con más opciones, y más original en concepto y Gameplay. El día del tentáculo podría parecerte más gracioso, tener mejores puzles ¿¿?? O estar mejor acabado. Entre otras cosas, porque trabajo en él el triple de gente. En la GameLab, un desarrollador con años de experiencia nos explicó que en los últimos veinte años, se había pasado de equipos de 3 personas a equipos de 300, de proyectos de meses a proyectos de años. De tener programador/dibujante y si eso, músico, a tener que contratar estudios de grabación, de rodaje, actores… ESO es calidad.
Y sin embargo, muchos conceptos de la hostia, originales, sorprendentes, adictivos, de los 80, se perdieron, porque si aumentas la calidad, tienes que renunciar a muchas cosas. Solo de los 80 a los 90 se noto mucho, muchísimo. Porque si solo escribes cosas, casi no tienes límite. Si aparte hay que verlas, tienes mucho más trabajo, y te limitas más y más. Así que, al final, si no tienes calidad, puedes competir con dos cosas: Una, el precio. La otra, imaginación. ¿Cuál es mejor? No hay una respuesta clara. Siempre hay gente que valora tu imaginación y gente que valora tu calidad.
Los negocios en red funcionan muy bien. Le plantan cara, incluso, a la piratería. Si tu ofreces algo gratis, pues yo casi. Lo importante es que te crees la cuenta de Steam, o de Gog, o de lo que sea. ¿Lo has hecho?. Guay. Ahora mira, esto de regalo. Y esto no, pero casi. Y con esto, dos euros más. ¿Has visto esto? ¿Y esto?. Y mira, si me das dos euros más, te pongo logros nuevos. Bazares de colores, gigantescos. En el fondo, quien no gana dinero (o gana solo para él) no puede competir con quien lo hace. No puede poner banners, ni enlaces, ni salir por la tele, no tiene los apoyos que otra gente quiere ganar. Seriesyonkis se está poniendo guapa, y yo creo que es por el miedo a Netflix.
Pero a mi Netflix casi me tiene ganado, mucho la tiene que joder con el catálogo, porque puedo usarla en la XBOX, y en el Smartphone, y así poner el sorround. Y para ofrecerme lo mismo, Series Yonkis aumenta el peso y me obliga a pagar a Megaupload. Y para gastar de todas maneras, me quedo con Netflix de calle. Vender es engañar, siempre lo ha sido, y siempre lo será. Todo parece muy guay, y barato. Todos compramos muchos juegos en Steam. Pero el objetivo final, que además se cumple, es que esos 50 euros por Skyrim que hace mucho dejaste de pagar, vuelvas a gastártelos ahora. Luego puedes quejarte de muchas cosas de Steam y pensar “para eso, lo gasto en formato físico”. Pero es que luego…¡No lo haces!.
Y en el fondo es una forma bonita de vender. Haciéndote feliz, soltando la monedita tan despacio que parece poco cuando es casi más de lo que hacías antes. Ganándose totalmente (y con todo mi respeto) el apelativo de “Bazar”. Aunque a veces te canses de tanto micropago y pago fraccionado y parche y expansión y eches de menos un pack total y te digas a ti mismo …
“¿Pero cuánto por un completo?”
Algún día, espero que me insulten en esta página. A posts llenos. Espero que nunca sea porque nuestros juegos no ofrezcan más calidad de la que a su precio conviene, o porque les falte imaginación o contenido. Pero si porque venda camisetas para avatares. Y logotipos. Y logros, que cojones, que la idea ha sido mía. Y me da igual. A mí me importa más que nada hacer juegos, que es lo que me gusta, pero nadie puede ignorar el poder de llenar bazares, de buscar mercado tras mercado, de buscar publicidad y éxito en lo gratuito, en el feisbus, en el tuenti…
El futuro del mercado es ese: Internacional, reducción de precio y calidad, sacarle el mayor jugo a la tecnología desarrollada, versiones para todos los formatos, interconectividad, elementos externos al juego en cantidades industriales…y sombreros. Sombreros de todas formas y colores. Porque a veces al público la situación le supera y le apetece decir que el mercado de los juegos está devorado, destruido y consumido por los viejos dinosaurios. Pero los viejos dinosaurios y sus proyectos faraónicos doblados por actores cada vez están más dañados , y suben como la espuma los HumbleBumble, los Braid, Angrybirds, castleCrahers, Minecraft o terraria. Algo significará eso. Y casi que por encima de todos ellos están nintendogs, los juegos de animalicos del kinect o los de Dora Exploradora de la DS.
Y es que al final, todo desarrollador sueña con ver en el mercado todo un triple A compitiendo con los grandes, doblado por Jodi Foster y Justin Biber, aunque seguro que del concepto original al que finalmente te imponen va un mundo. Y lo mismo el jugador, que seguro que querría ver su franquicia preferida versionada, fielmente versionada pero con todos los medios de EA, o Blizzard, o alguien así, a su disposición. Seguramente también distaría mucho del concepto original. Pero es que si un desarrollador se va a deprimir porque lleva dos años y aun sigue sacando clones del Tetris o un jugador porque tiene 300 juegos divertidísimos comprados en Steam, pero no hablan como la gente del LA Noire, entonces las lagrimas no nos dejan ver ni el sol, ni las estrellas, ni los colorines de las ofertas del STEAM que están revolucionando el mercado de los juegos de esa manera… que es tan poco evidente ahora como innegable dentro de unos años, pero visible para quien se molesta un poco para ver las cifras, empezando por las que tiene en su propia cuenta.