NO NOS IRÍA MAL CON UNA BUENA INVERSION
La idea de que algo sorprendente ocurra, algo fuera de lo común, algo que no puede ocurrir en la realidad en la que vivimos normalmente, es la mar de sugerente. Los videojuegos conducidos por estudios de desarrollo con cierto prestigio y talento son capaces en muchos momentos de poder sorprender al jugador con efectos especiales dignos de la mejor película de Hollywood de hace 10 años. Pero hace falta algo más, la originalidad, para que la opinión sea unánime. El entorno suele ser uno de los elementos que más sufren los devaneos de programadores y directores videojueguiles, tanto en 2D como en 3D, y aquí podemos tener un claro ejemplo de ello, Inversion de Namco Bandai. Ay, parece demasiado genérico, un shooter en tercera persona del montón, pero de pronto salta la sorpresa. Aunque quizás estemos ante una buena idea llevada a la práctica de manera algo regulera.