ANALIS DIS: MACHINARIUM
Había una vez una planeta habitado por Robots que estaban tristes porque las cosas últimamente no andaban bien del todo. Y casualmente tú eres un pequeño Robot que habita en ese planeta que tendrá que poner las cosas en su sitio.
Ese podría ser el resumen del comienzo de la pequeña gran historia que nos cuenta Machinarium, la última aventura gráfica de Amanita Games (creadores de Samorost 1 y 2, entre otros juegos flash de «point & click») que para el que escribe se ha convertido por derecho propio en la sorpresa del año y sin duda una de las mejores aventuras gráficas de los últimos años.
No voy a descubrirles nada a la hora de hablarles del «qué», aunque espero hacerlo a la hora de explicarles el «cómo». Para que me entiendan, esto es como si un negro de dos metros y una tranca enorme, les dice que les va a sodomizar analmente; quizá ustedes no se sorprendan, pero seguro que lo harían si el negro les dijera que para eso les va a atar a la puerta de un armario y les va a pintar la espalda de verde mientras les obliga a cantar lo último de Bisbal.
Por que el «qué» resulta obvio; esto es una aventura de «Point & Click» de las de toda la vida, que contiene los mismos aciertos y los mismos problemas (o casi) que siempre han tenido este tipo de juegos, en especial los grandes clásicos; esto es; hay un gran diseño artístico, una buena historia, un estupendo sentido del humor, una grandiosa banda sonora, pero por otro lado, te quedas atascado, se te olvida algún objeto por el camino y la jugabilidad no es todo lo fluída que a uno le gustaría.
Lo que pasa, es que entonces llegan los señores de Amanita, y con su «cómo», redefinen la manera de hacer las cosas para tratar de solventar algunos de los problemas del género.
Porque si te quedas atascado, el juego te da la opción para que «hagas pensar» a tu personaje; momento en que se te da una «pista» de por dónde deberían ir los tiros y si ni aún así no consigues tirar «palante», el personaje lleva encima una guía que puedes consultar y que te dice cómo solucionar el dilema que tienes delante. Lo gracioso del asunto, es que para consultar la guía, tienes que jugar un minijuego que es, deliberadamente, un coñazo y además casi nunca te sale a la primera… lo que te lleva a una evidente penalización por parte del juego que a una servidora se le antoja una genialidad:
¿Vas a usar la guía? Vale, como quieras, pero como penalización, toma aburrimiento que te cagas durante un rato.
De todos modos, se agradece enormemente, que salvo en dos o tres «pixel finders» puntuales, el juego usa en todo momento la «lógica aplastante» como base de resolución de los entuertos que a nuestro pequeño Robot le van surgiendo por el camino. Además en los «puzzles» (en el sentido más estricto de la palabra) también impera la lógica más aplastante y aunque ninguno de ellos viene con instrucciones, la genialidad de su diseño te permite entender la mecánica de los mismos al instante.
Este resulta sin duda otro de los aciertos de Machinarium y es que en ningún momento trata al jugador como a un imbécil, más bien todo lo contrario. Ni a nivel global ni a nivel particular. Para empezar porque el juego te cuenta una historia; pero no te la cuenta toda desde el principio ni te define muy claramente quién eres o qué narices haces ahí, cosa que vas descubriendo por lo que te cuentan los otros robots que habitan en el planeta y que por cierto a su vez resultan ser pistas para resolver los acertijos ¿Es o no es genial? La historia ayuda a resolver los puzzles y además estos te ayudan a completar la historia. Descendiendo a lo local, las cosas se te presentan tal y como están, sin cartelitos que te indiquen el siguiente paso a tomar o cómo funcionan o deberían de funcionar las cosas. Porque gran parte del encanto del juego es precisamente ese; encontrar la normalidad en medio de tanto absurdo y comprender qué pasa, cuál es tu misión y qué narices has de hacer para solventar el problema global.
El juego aunque está traducido, no tiene idioma. Las historias que te cuentan los habitantes del planeta, se van desgranando en forma de «comic» o pequeñas historietas que estos dibujan en un «bocadillo», que te ponen en antecedentes de lo sucedido, lo mismo para las «imaginaciones» del protagonista, así que no os asustéis por el idioma, porque simplemente es gráfico y no textual.
Puzzles lógicos, facilidad de acceso a la guía, buena historia, magnífico grafismo y encima, «casi» por encima de todo, una banda sonora maravillosa. ¿Qué tenemos?
Pues la mejor «aventura gráfica del año». Es así de sencillo.
Y eso que encima no les he dicho que cuesta 14 Euros y está disponible para su descarga aquí; que si no, igual hasta les acaba dando algo.
Si son ustedes tan sólo «un poquito» amantes del género de las aventuras gráficas, atrévanse con machinarium, se les hará la trócola agua. O algo. De todos modos en esa página web tienen una demo (es un juego flash, así que para la demo no tienen ustedes que instalar nada de nada porque la jugarán en el navegador) que les servirá para hacerse una idea.
PD: Si alguien ve un sitio donde comprarse una «estatua» del robotito, que me lo diga. Lo ailovio beyond infinito.
Nota: 8 Ajares