Ajarepedia: B de Blues Brothers
La época es finales de los Ochenta. El tiempo del reinado de los 8 bits, un tiempo en el que un viernes podías estar comiendo un yogur caducado en un piso compartido y, después de un fin de semana trabajando sin parar frente al ordenador, el lunes por la tarde estrellabas un Ferrari contra una piscina llena de caviar sólo por el placer de comerlo con las manos desde el asiento del conductor, al tiempo que contemplabas tu flamante palacete y a las putillas de 10.000 pesetas la hora.
Estos eran los tiempos en los que chavales de 15 años se hacían millonarios programando videojuegos. Eran los tiempos en lo que todo se vendía y se vendía bien.
Ya sabemos que el tránsito a los 16 bits se llevó por delante a buena parte de la industria. El aumento del tiempo de desarrollo de un juego llevaba aparejados unos costes que no todos podían asumir, y mucho menos si las compañías que intentaban dar el salto no tenían cultura empresarial. Que en España sobreviviera sólo Dinamic no es por casualidad.
Al mismo tiempo, los viejos mecanismos de juego de los títulos que se lanzaban para DOS, NES y ordenadores de 8bits, estaban muriendo de sobreexplotación.
Era normal y aceptado por todos que si una compañía tenía éxito con un título, lanzará acto seguido otro juego con desarrollo similar pero, con temática diferente, generalmente haciendo la adaptación de una película. Venía a ser como sacar como segundo single una balada en el caso de los grupos de heavy metal.
Si nos centramos en Titus, compañía francesa responsable de Superman 64 y odiada por los norteamericanos más por lo primero que por lo segundo, veremos que lanzó en un período de un año (1991-1992) varios juegos casi idénticos el uno al otro: Blues Brothers, Prehistorik y Titus the Fox. Tres plataformas para Amiga, Amdstrad CPC, Atari y DOS (con alguna versión luego para NES). Aunque los dos últimos son los más recordados por los jugadores y por la prensa respectivamente, el más ajare de ellos (y probablemente el mejor título de la compañía) es la adaptación de la enorme película Blues Brothers (Granujas a todo ritmo en nuestro país) protagonizada por John Belushi y Dan Aykroyd. Adaptación tardía pues la película es de 1980, así que imaginen cómo de buena debe ser para permanecer más de una década en la memoria de la gente.
De los dos miembros más reconocibles y frontmans de BB, Belushi y Aykroyd, el primero ha dejado un aura de mito en parte por haber palmado joven y evidentemente por haber llevado una vida de excesos. Digamos que Belushi no se conformaba con prenderle fuego al tejado, al final acababa destruyendo hasta los cimientos de la casa. Mientras que su compañero, sí sabía hasta donde llegar con la broma cuando ya había alcanzado el objetivo pretendido. Aykroyd fue el que inició en el blues a Belushi, autentico animal escénico sin el cual los BB no hubieran sido lo que fueron. Y claro está, porque estaban arropados por una serie de músicos profesionales de escándalo (muchos de ellos salidos del Saturday Night Live, show que vió nacer al grupo)
El impacto mediático de los BB se ha difuminado en los últimos 15 años, pero no duden de que fueron grandes, muy grandes. Llevaban trajes negros en el escenario, por amor de Dios, huían de la justicias y eran cools por su actitud desafiante, y eso antes de que Tarantino pariera Reservoir Dogs y se creara GamesAjare.
Para los amantes de los cameos, pueden encontrar en Space Quest I una aparición de los BB en un bar. Como Sierra hacía las cosas bien por aquella época, en Space Quest IV pueden toparse de nuevo con los BB en el mismo bar, ya que Roger Wilco viajaba al pasado en el juego.
Volviendo con Titus. Durante 1991, la compañía fue portada de multitud de publicaciones, no en vano, tamaña tasa de fecundidad videojueguil se traducía en dinero lloviendo del cielo para las publicaciones de la época y sus departamentos de publicidad. Claro que el hecho de que los plataformas para compatibles siguieran intentando copiar el éxito de la franquicia Mario (John Carmack se pasó una buena cantidad de horas para imitar en PC el scroll del Super Mario Bros 3) también ayudó a que Titus se abriera paso en la industria. La mecánica de todos estos juegos siempre eran una mezcla de avanzar y golpear, saltos varios y con puzles no muy complejos y basados en diferentes alturas en los niveles. Vamos, un plataformas, plataformas.
Blues Brothers tiene un magnífico cooperativo donde dos jugadores, cada uno en el rol de Jake o Elwood (los hermanos del título) se lanzan a la carrera al mismo tiempo en pantalla , aunque el scroll siempre sigue a uno de los dos, por lo que se hace imprescindible jugar con alguien que no pretenda pasarse el juego en tiempo record. A pesar de que las únicas diferencias entre los protagonistas es la altura y la circunferencia de su zona abdominal, siempre he pensado que Elwood era más ágil. Jugar en single o en cooperativo hace que estemos ante dos juegos totalmente distintos, allí donde el single se hace repetitivo, en cooperativo se alcanzan cotas bastante altas de mala leche, frustración, maldiciones y diversión a raudales gracias a la siempre necesaria, y no suficientemente valorada, empatía.
El objetivo es recuperar varios instrumentos musicales para poder llegar al último nivel y tocar un concierto en condiciones. Por el camino recogemos discos de vinilo y corazones para reponer vida. Utilizamos cajas de madera para arrojarlas a los enemigos, globos para poder acceder a otras zonas de los niveles y paraguas para hacer el camino inverso y contener a la adrenalínica fuerza de la gravedad. El scroll consiste en que la pantalla se mueve de golpe en cuanto llegamos al final, lo que impide que sepamos que hay más adelante y si un enemigo no nos va a sorprender.
Altamente rejugable, probablemente porque no es tan difícil como para frustrarte, ni tan fácil como para que sea un paseo avanzar por los niveles. La ajustada dificultad te permite disfrutar del juego, la música, las risas, pero también te hace estar alerta porque incluso en el primer nivel puedes acabar muriendo por confiarte demasiado, quizás porque al saber el camino a recorrer quieres avanzar más deprisa de lo aconsejable. Los saltos han de estar bien medidos o corremos el riesgo de acabar cayendo hacia niveles inferiores del mapeado y entonces sí que nos acordaremos de la madre del diseñador.
Los escenarios recrean un centro comercial, una cárcel, una factoría química, un edificio en obras y el escenario del concierto. Los enemigos varían desde una anciana en carrito de super, pasando por policías, presos, obreros fornidos,… Siendo el nivel de la cárcel el mejor de todos, no sólo porque la temática del mismo encaja perfectamente con el espíritu de los Blues Brothers y sus continuas huidas de la justicia, sino porque es el que más retos propone al jugador.
Como no podía ser de otra manera, Titus lanzó una secuela llamada Blues Brothes: Jukebox, pero la lanzó con poca fuerza, porque el juego es tan malo que debería haber salido del Sistema Solar, a ser posible en una sonda Voyager para que los extraterrestres que la encuentren decidan aniquilarnos de una vez por todas. Empezando por Francia, claro.
«Everybody Needs Somebody To Love”